El hotel eléctrico
El hotel eléctrico

Dirigida por

Segundo de Chomón

Año

1908

Relación con las Telecomunicaciones

Situación: La naciente tecnología eléctrica, mediante la animación fotograma a fotograma, se abre paso hacia la domótica.

Situación: Reflejo de la dicotomía existente, en la época, entre los avances tecnológicos y el escepticismo espiritista.

El hotel eléctrico: técnica y fantasía; magia de unos, ingeniería de otros

Una pareja de turistas llegan a un hotel y piden una habitación. En ese momento, el recepcionista les indica que todo funciona de forma eléctrica. De este modo, las maletas se desplazan solas al ascensor y llegan a la habitación donde estas se abren y los objetos que contienen se colocan en los armarios. Una vez llegados a su habitación, los dos turistas llaman al servicio de habitaciones y, en su lugar, aparece una mesa de mandos. Al accionar los botones de ésta, de forma automática, empiezan a realizarse diversas acciones como el cambio de ropa o el cepillado del pelo. Todo es positivo, y los cónyuges se tumban en la cama admirados ante estos progresos técnicos. Sin embargo, el idilio acaba con la llegada en estado de embriaguez del empleado de la maquinaria eléctrica del hotel que empieza a conectar y desconectar los mandos. Así, las máquinas empiezan a echar chispas y a funcionar de forma errónea, con lo que la habitación de los turistas queda en mal estado. Y estos, maltrechos y desilusionados, no entienden el fracaso de la naciente tecnología eléctrica.

El hotel eléctrico es la película que mejor demuestra la figura de Chomón como un absoluto dominador de la técnica y la fantasía. Es, además, un filme cuyo argumento es poderoso e innovador, a diferencia de la gran parte de sus películas anteriores y de las que se hacían en la primera década del pasado siglo. Una de las razones que convierten esta película en excepcional es el buen acompañamiento que la animación otorga en todo momento al discurso narrativo, sobre todo tratándose de una película muda.

Otra razón del éxito del cortometraje se explica en el contexto de la época. A principios de siglo, la sociedad asistía a la vertiginosa revolución de las tecnologías y las ciencias basadas en los principios del positivismo. Además, triunfaban el espiritismo y el ocultismo, que mantenían la esperanza de la existencia de los poderes sobrenaturales. Así, cualquier aparición tecnológica era analizada en un plano de percepción difuso, pues se basculaba entre los avances tecnológicos y el escepticismo espiritista. El hotel eléctrico, así como buena parte del cine coetáneo, fundó su éxito en esa dicotomía, ingeniería para unos, magia para otros.

Pero, aunque la cuestión del argumento y la razón contextual de la época tuvieran un peso importante, la clave del éxito de la cinta está en el empleo de recursos técnicos que la convierten en un prodigio tecnológico para la época, un avance de gigante en la técnica cinematográfica que supera todo lo realizado hasta entonces por los más avanzados del momento, que seguían siendo franceses y americanos. A pesar de lo interesante de la propuesta, no era un filme decisivamente comercial, por lo que las ganancias económicas fueron escasas. Aunque esta película le valiese a Chomón para ganar fama, no le sirvió para enriquecerse.

Sin duda, el gran avance técnico desarrollado en El hotel eléctrico es el paso de manivela. Sin embargo, para analizar correctamente el uso de esta técnica en el filme es necesario aclarar una duda sobre el año de su filmación. Algunos historiadores originariamente habían datado la obra en 1905. Sin embargo, actualmente, se toma como válida la fecha de noviembre de 1908. La película tampoco es española sino francesa de la casa Pathé, con número de catálogo 2.510. El dato de la fecha es relevante, pues de haber creado el filme en 1905, hubiera sido un prodigio técnico inigualable. Aún así, realizada tres años después, la cinta es un fiel reflejo del empleo de recursos técnicos novedosos en el cine.

El paso de manivela, tan decisivo en el filme, es un invento al que Chomón llegó de forma aleatoria y casual después de que una mosca se posase en uno de los rótulos de las películas con las que trabajaba. Luego, al comprobar el trabajo, vio que la mosca se movía de forma desigual, a saltos, lo que le llevó a la conclusión de que los movimientos que había realizado la mosca cuando el obturador tapaba la impresión de la imagen no quedaban impresionados y deduciendo que rodando fotograma a fotograma podría escamotear lo que no le interesara. Chomón estudió el caso y comprobó que, como la impresión se hacía de forma lenta, cuando el insecto se desplazaba despacio se registraban todos sus movimientos, mientras que cuando lo hacía con rapidez, había movimientos que no quedaban registrados. Este hecho le sugirió la idea de aplicar su hallazgo a simular desplazamientos de objetos inmóviles; para ello bastaría con interrumpir la impresión tras cada fotograma, variar la colocación del objeto, impresionar otro fotograma, y así sucesivamente.

Esta técnica, de modo parecido, la usó Stuart Blackton en 1906, en su filme The haunted hotel. Chomón había aplicado la técnica con anterioridad en sus créditos y en otras animaciones de muñecos recortables y maniquís articulados pero sería después de visionar la película de Blackton cuando decidiría aplicarla a los objetos. De hecho, fue entonces cuando construyó la cámara de 16mm especialmente diseñada para rodar fotograma a fotograma.

El paso de manivela, como técnica para aparentar el movimiento de los objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas, le valió a Chomón para generar una película única, pues, aunque ya se había usado el paso de manivela, era la primera vez que se aplicaba a objetos inanimados. Y, más difícil todavía, la primera ocasión que se hacía con objetos que estaban en contacto directo con actores, lo que otorgaba a la cinta una tensión dramática mucho mayor.

El hotel eléctrico ha sido considerada por muchos expertos como una película propiamente futurista, por tratarse de una especie de demostración del funcionamiento de los servicios automatizados disponibles en un hotel, y una de las más significativas de todas las 'eléctricas' realizadas durante este período, de la que se le ha sabido sacar, además, un excelente partido a la animación de los objetos.

Segundo de Chomón Nació en Teruel, en 1871. Se trasladó a París en 1895. Trabajó en el taller de George Mélies, donde ideó un revolucionario sistema de coloreado a mano que, después, fue patentado por Charles Pathé. De esa época son "Choque de trenes" (1902) y "Pulgarcito" (1912). Con "Eclipse de sol" (1905) introdujo 'el paso de manivela': la filmación fotograma a fotograma. Con Pathé encontró todo lo necesario para investigar y poner en práctica su entusiasmo por la experimentación. En "La vida y pasión de Nuestro Señor Jesucristo" (1906-1907, Lucien Nonguet), se encargó de todos los trucajes. A partir de 1912 trabajó en la Itala Film. En "Cabiria" (1914, Giovanni Pastrone), la utilización del 'carrello' será el origen del trávelin. Su última colaboración técnica fue en "Napoleón" (1927, Abel Gance). Falleció en París, en 1929.

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Segundo de Chomón fue uno de los grandes exponentes del cine mudo. Dominador de infinidad de técnicas y maestro de la fantasía, sus inventos fueron decisivos en los inicios del cinematógrafo. Gracias al empleo de estos en su cine consiguió generar una novedosa tensión dramática frente a la cámara. Entre sus más de quinientos trabajos, destaca El hotel eléctrico, filmada en 1908.

El hotel eléctrico

Jordi Sabatés, interpreta en directo al piano, la música que ha compuesto para "El hotel eléctrico", una de las quince películas del realizador Segundo de Chomón a las que ha musicado dilatando y renovando el universo poético del cineasta y que conforman su propuesta "Jordi Sabatés Recrea A Segundo De Chomón". El concierto-proyección tuvo lugar en CaixaForum (Barcelona) el 1 de Julio de 2009. Realización y montaje en video: Alfonso De Lucas Buñuel (Producciones La Parca Feliz).

Jordi Sabatés recrea El hotel eléctrico

Juan Carlos Ortega se plantea en este capítulo descubrir quién era Segundo de Chomón, considerado uno de los padres de la animación, y sobre todo buscar lo más desconocido de una película que entretuvo y fascinó a espectadores de toda Europa.

La mitad invisible - El hotel eléctrico, de Segundo de Chomón

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