Sully
Sully

Dirigida por

Clint Eastwood

Año

2016

Etiquetas

2000 | Audio | Aviónica

Relación con las Telecomunicaciones

Situación: El factor humano en las simulaciones es algo más que seres humanos en el simulador.

Situación: El audio de cabina es un elemento clave en la reconstrucción de los hechos.

Sully: ¿Alguien necesita ver más simulaciones?

El 15 de enero de 2009, un Airbus A-320 con 155 personas a bordo (incluyendo pasajeros y tripulación) despegó del aeropuerto de La Guardia (Nueva York) con destino a Charlotte (Carolina del Norte). Cuando apenas llevaba unos minutos volando, una bandada de pájaros se cruzó repentinamente en su trayectoria e inutilizó los dos motores del aparato, obligando a realizar un aterrizaje de emergencia. En la valoración del comandante, la baja altura a la que volaba y el escaso margen de tiempo de planeo impedían regresar al punto de partida o dirigirse hacia otro aeropuerto por lo que el piloto optó por amerizar sobre el río Hudson; una maniobra extremadamente arriesgada que, sin embargo, se saldó con éxito pues no hubo que lamentar víctimas. El suceso copó las primeras planas de los diarios y fue resultado de la pericia de Chesley Sullenberger, también conocido como "Sully", un experimentado aviador forzado a tomar una importante decisión en caliente y convertido de inmediato en héroe por la opinión pública.

Más de 1200 miembros del personal de primera intervención y 7 ferris con capacidad para 130 viajeros rescataron a los pasajeros y a la tripulación del vuelo 1549. Lo mejor de Nueva York trabajó codo con codo. Les llevó 24 minutos.

Pero la compañía propietaria del avión, las aseguradoras y las autoridades federales no lo tenían tan claro. El avión se había perdido (un gasto nada desdeñable) y había que buscar responsables, sobre todo porque algunos expertos aseguraban que Sully podría haber regresado a La Guardia o haber aterrizado en el cercano aeropuerto de Teterboro, en New Jersey. Se inició así una investigación basada en los datos de las cajas negras y diversas simulaciones de vuelo, que ponía en tela de juicio su heroica acción, y que constituye la columna vertebral de la película.

Sully: Llevo 40 años volando, pero al final me van a juzgar por 208 segundos.


El planteamiento de Todd Komarnicki en cuanto al guion fue partir de una historia que todo el mundo había escuchado, tomando simplemente los elementos principales de ese día, y convertirla en una que nadie conocía para de este modo dar al público la sensación real de haber estado allí.

La película nos sitúa en el punto en el que la prensa internacional nos dejó a la mayoría en su momento: en los días posteriores al accidente cuando se emprende la investigación, aparentemente más movida por los cuantiosos daños materiales que por la hazaña, que empuja al comandante Sullenberger y a su copiloto Jeff Skiles a una suerte de proceso judicial en el que los informes técnicos, simulaciones y estimaciones estadísticas vienen a demostrar que amerizar en lugar de intentar retornar a alguno de los aeropuertos de la zona fue más una temeridad que una heroicidad.

Así, Eastwood configura su narración como la penitencia de un hombre que cree haber hecho lo correcto, basándose en su experiencia, su habilidad y su "ojo de buen cubero", y que debe demostrarlo ante el aparato financiero-burocrático que cuenta con datos, cálculos y simulaciones, tanto por ordenador como con pilotos, que indican lo contrario.

Sully: No se ha dedicado nada de tiempo al análisis o a la toma de decisiones. En estas simulaciones se ha sacado el factor humano de la cabina. (...) Están buscando un error humano, pues humanícenlo.
Charles Porter: Estableceremos el tiempo de reacción en 35 segundos.

Aunque la dramatización del proceso pueda parecer un tanto esquemática en su dibujo de dos bandos contrapuestos y una resolución que reafirma y subraya el heroísmo del protagonista, la visión de Eastwood resulta ejemplar en su sobria y a la vez potente exposición de lo sucedido aquel día en el río Hudson.

Jeff Skiles: Ahora que hemos visto lo que podría haber ocurrido, ¿podemos escuchar lo que realmente ocurrió?

La película vuelve a la narración de unos mismos hechos hasta encontrar el punto de vista adecuado que precisa quien se merece el calificativo de héroe y que no se evidencia hasta que, con gran acierto por parte del director, no se 'visualiza' el audio de las conversaciones en cabina (llegados aqui, y vistas las simulaciones con tiempo de reacción incluido, resulta subliminalmente estremecedor cuando el copiloto tras leer la parte del procedimiento "Si tras 30 segundos no hay reencendido de los motores, confirme parada", y confirmar la parada, sigue leyendo "Espere 30 segundos").

Pero el heroísmo de Sully no radica, solo, en su capacidad de tomar y ejecutar una decisión acertada en una situación de emergencia. Su valor no se resume en esos 208 segundos que investiga la Junta de Seguridad y ponen en jaque su carrera y su reputación. La película construye un personaje con un sistema de valores clásico: Sully saluda a la dependienta del quiosco del aeropuerto por su nombre; en el momento del accidente, es el último en abandonar el avión tras comprobar meticulosamente que no queda nadie a bordo o en el hotel en el que la compañía lo ha alojado tras el accidente y que le ofrece cualquier cosa que solicite pide, y como único favor, si le pueden llevar el traje a la tintorería porque lo necesita para el día siguiente. Sully asume su responsabilidad sin aspavientos y cumple con su deber sin renunciar al trato humano. Y, como colofón. en la secuencia final, mientras la cámara cierra el encuadre sobre su figura sin dejar fuera de campo a su copiloto, Sully reivindica que el amerizaje tuvo un final feliz gracias a la labor de muchas personas, desde su personal de vuelo a los capitanes y tripulaciones de los ferris y demás equipos que acudieron al rescate y atendieron a los rescatados.

'Sully', película, es la constación del heroísmo civil como gesta compartida y de cómo el factor humano, tanto en la realidad como en la simulación, es la clave que resuelve la balanza entre la actuación cuestionable y la incuestionable.

Vídeos

'Sully' no solo muestra los aterradores momentos que pasaron todos los que iban en el avión, sino también las tareas de rescate que se llevaron a cabo de inmediato para sacar a los pasajeros de las gélidas aguas. De hecho, el equipo de producción intentó que el máximo número posible de personas que ayudaron ese día participasen en la película.

Tráiler

En la película, el Consejo Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) acapara todo el tiempo de Sully tras el accidente.

Clip: Estimación

En la vida real, las audiencias con el NTSB no se realizaron hasta 18 meses después; los cineastas se tomaron algunas libertades para poder condensar los sucesos y presentar la historia completa en la película.

Clip: Inesperado

Simulaciones con pilotos humanos y con tiempo de reacción.

Clip: 35 seconds delay

La cabina del avión A320 se recreó en el plató 19 de Warner Bros. y el escenario se apoyó en un mecanismo de suspensión, pero como no hay muchos tanques de agua disponibles en Hollywood en los que quepa un avión de 42 metros, los cineastas acudieron al vecino Falls Lake en Universal Studios. No solo había espacio para el Airbus, sino que además pudieron construir un par de estructuras para que los ferris coincidiesen con las escenas rodadas en Nueva York, a las que luego añadiría el avión el supervisor de efectos visuales Michael Owens. El avión estuvo inclinado durante el tiempo en que estuvo en la superficie del Hudson, con la parte trasera medio sumergida. Para inclinar el avión hacia delante, hacia atrás y a los lados el equipo utilizó un mecanismo de suspensión que también les permitió subir y bajar el avión para reproducir el lento hundimiento a medida que los pasajeros abandonan la cabina. Cuando los primeros pasajeros llegan a las alas están relativamente secas; en el momento en que los rescatan, el agua les llega ya a las rodillas.

Vídeo: Milagro en el Hudson

A los 21 años, cuando estaba en el ejército, Eastwood voló en un avión de la Marina desde Seattle a Alameda. Había tormenta y el avión empezó a caer en Punta Reyes (California), en pleno Pacífico. En un visto y no visto, el avión estaba sobre el agua, la cola empezó a descender y tuvieron que salir rápido porque creyeron que se iba a hundir inmediatamente y nadaron unos cuantos kilómetros hacia la costa. Puede que este hecho de su juventud no fuera un factor decisivo a la hora de escoger esta película pero seguro que el rodaje algún recuerdo le traería.

Vídeo: Experiencia de vuelo 360º

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