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"Tres hitos de las Telecomunicaciones españolas en los siglos XIX, XX y XXI"

El pasado lunes 13 de diciembre, el Foro Histórico de las Telecomunicaciones celebró la Jornada "Tres hitos de las Telecomunicaciones españolas en los siglos XIX, XX y XXI" en el Instituto de la Ingeniería de España. De los muchos avances experimentados por nuestras telecomunicaciones a lo largo de su corta historia, se seleccionaron tres redes significativas: la telegráfica, primera red fija de comunicaciones en España; la primera red pública de conmutación de paquetes en el mundo; y la red de telemedicina en regiones aisladas en Hispanoamérica.
 

Dio la bienvenida a todos los asistentes Evaristo Abril Domingo, Vicesecretario del COIT y de la AEIT, que destacó la importancia de conocer y valorar los logros alcanzados por nuestra ingeniería dando respuesta a las necesidades de la sociedad. “La jornada de hoy, cierra un año de intensa actividad del Foro Histórico que ha publicado tres libros de su Ciclo de Innovaciones Propias: ‘Las Industrias de las Telecomunicaciones en España’, ‘La Expansión Internacional de Telefónica’ y la ‘Internacionalización de las Industrias de Telecomunicación’, así como, y por encargo del COIT, los tomos [3] y [4] de ‘Crónicas y Testimonios de las Telecomunicaciones Españolas’ añadió Evaristo abril. Además, agradeció al reducido número de compañeros con gran experiencia profesional y activa participación en las actividades del Foro Histórico que lo ha hecho posible, nuestro reconocimiento en esta Jornada de fin de año.

Tras la apertura, Evaristo Abril invitó a que iniciara la sesión como moderador Antonio Golderos, Doctor Ingeniero de Telecomunicación, Ex-Director General de Telefónica I+D y uno de los ingenieros responsables del desarrollo de la Red Especial de Transmisión de Datos de Telefónica en 1971.

Antonio Golderos cedió la palabra al primer ponente, José Ramón Iglesia, Ingeniero de Telecomunicación, investigador e historiador de las Telecomunicaciones en España, quien presentó el hito del siglo XIX, la primera red nacional de comunicaciones mediante la telegrafía óptica primero y eléctrica después.
 
Detalló los antecedentes en Francia y en España y mostró las diferentes torres utilizadas. El arranque para la construcción de una red nacional lo desencadenó un decreto de 1 de marzo de 1844, por el que se convocaba un concurso para instalar la red de telegrafía óptica que se pretendía poner en funcionamiento en España. Se presentaron cuatro proyectos de entre los cuales resultó ganador el proyecto presentado por José María Mathé y Arangua, ingeniero militar y marino. 
 
José Ramón Iglesia explicó que Mathé diseñó un sistema de torres distantes dos leguas entre sí alineadas a lo largo de las carreteras. Las torres actuaban a modo de fortines que imposibilitaran al enemigo, en caso de guerra, interrumpir el sistema de comunicaciones. Estaban construidas en zonas altas, con escasas ventanas y el suelo arpillado en la planta baja. Los operarios que las ocupaban eran preferentemente soldados licenciados y ejercían la función de vigías. En caso de urgencia o falta de visibilidad se encargaban de trasladar los mensajes en persona. 
 
El mecanismo del semáforo estaba formado por un bastidor cúbico compuesto por ocho barras de hierro dispuestas de manera que formaban dos cuadrados, uno interior y otro exterior. El armazón sostenía unos travesaños horizontales sobre los que se colocaban unos paneles alternando con espacios sin ellos. Se formaba un tablero visual a modo de ajedrez con áreas negras y vacías. En el centro se movía un cilindro hueco, en forma de corona, arriba y abajo, indicaba las posiciones establecidas por cada signo codificado. Una esfera dorada en el exterior proporcionaba informaciones auxiliares. El indicador se manejaba con una polea agregada a un volante. El telegrafista movía desde el interior de la torre separadamente el indicador y la bola mediante cuerdas accionadas por sendos mecanismos, girando una manivela hasta que un puntero fijo señalaba sobre un dial el signo deseado. 
 
Para poder observar sin error las señales de las torres contiguas era imprescindible el uso de elementos ópticos de aumento como los catalejos que los telegrafistas vigías empleaban desde su torre. A finales del siglo XVII la óptica había dado un gran paso con la corrección de la aberración cromática en los anteojos y telescopios, lo que permitió mejorar su uso y aumentar la distancia práctica de su uso.
 
El ponente se adentró en el lenguaje telegráfico y las señales y códigos utilizados y puntualizó que código visual lo determinaban las posiciones del indicador móvil respecto a las bandas que funcionaban como un tablero. Todos los mensajes estaban cifrados y los operarios desconocían el código, de forma que se limitaban a reproducir el código sin saber su significado y como meros intermediarios. La transmisión de la información en este sistema no se hacía palabra a palabra, sino que se utilizaban una serie de frases completas preestablecidas, organizadas y codificadas en un diccionario fraseológico. José Ramón indicó que los temas que contemplaban las frases eran cálculos, bolsa, cambios y loterías, Cortes, movimiento de barcos de guerra, movimiento de tropas, nombramiento y cese o dimisión de altos funcionarios, orden público, requisitorias y fechas.
 
En junio de 1845 ya se aprobaron los presupuestos y los planos de las torres de la línea de Irún, y la contratación de los cuatro primeros sargentos recién licenciados del Ejército para iniciar las prácticas en las torres. Y por Real Decreto de 5 de agosto se aprobó el Reglamento del servicio. El 11 del mismo mes se propuso la contratación de los primeros oficiales que habían de encabezar la organización y el 1 de septiembre de los torreros. 
 
Complementando el papel técnico de Mathé, que sería el director de la red telegráfica española entre el 21 de noviembre de 1856 y el 13 de agosto de 1864, jugó un papel determinante, Manuel Varela Limia, Brigadier de Infantería, director general de caminos, puertos, faros y telégrafos, quien fue abriendo camino para acometer la obra titánica, en aquellos tiempos, de instalación de la red de telegrafía óptica, cuyos trabajos se iniciaron en 1844 y se detuvieron en 1857, tras completar tres de las cinco líneas previstas. Se habían construido casi doscientas torres y más dos mil kilómetros de red:
  • Línea Madrid-Valladolid-Burgos-Vitoria-San Sebastián-Irún. Estuvo funcionando entre 1846 y 1855. Dispuso de 52 torres. El sesquicentenario de la inauguración de esta línea se conmemoró con la emisión de un sello en 1996. 
  • Línea Madrid-Valencia-Barcelona-La Junquera. En funcionamiento, aunque de forma parcial desde 1849. Un dispositivo de 86 torres en total se construyeron en esta línea (incluidos sus ramales).
  • Línea Madrid-Toledo-Ciudad Real-Córdoba-Sevilla-Cádiz. Dispuso de 59 torres. Prestó servicio hasta 1857.
José Ramón Iglesia lamentó el que la red apenas estuviera diez años en funcionamiento, siendo abandonada y olvidada rápidamente. A pesar de ello, sus vestigios, las altivas ruinas de sus torreones, se divisan fácilmente cuando transitamos por las principales vías de comunicación de nuestro país. “Sin duda tuvimos una primera red fija de comunicaciones y aunque fuera con retraso y corta vida fue el embrión de la red telegráfica eléctrica posterior” comentó el ponente.
 
Para finalizar, José Ramón Iglesia recordó que en la segunda mitad del siglo XX los entonces nuevos enlaces terrestres por radio, los radioenlaces, empleados en las comunicaciones telefónicas de larga distancia, necesitaban ser “relevadas”. Curiosamente y como no podía ser de otra manera empleaban las mismas rutas que un siglo antes designó el plan de Mathé.  Además, las antenas de nuestra red de Estaciones Base de telefonía móvil también se ubican con frecuencia al lado de las ruinas de aquella primera red “fija”. 
 
Antonio Golderos agradeció y felicitó a José Ramón Iglesia por su interesante y detallada exposición e invitó a Luis Arroyo, Doctor Ingeniero de Telecomunicación y Licenciado en Informática, quien acuñó y definió a nivel mundial la tecnología telemática, a que presentara la segunda ponencia titulada Red Especial de Transmisión de Datos RETD/IBERPAC.
 
Luis Arroyo inició su ponencia con una cita de Derek Barber (Pionero británico del equipo de Donald Davies, inventor de la conmutación de paquetes): “… los españoles fueron los primeros del mundo en tener una red pública de conmutación de paquetes. Tenían una red bancaria que convirtieron hábilmente en una red pública de la noche a la mañana. Y el caballo perdedor nos venció a todos al final. “
Seguidamente mostró las primeras redes de paquetes, donde todos pudieron apreciar que España con RETD/RSAN fue la primera en 1971, seguida de EE.UU. con TYMNET/TELENET en 1975. Francia no puso en servicio su red TRANSPAC hasta 1978 y el Reino Unido su PSS en 1981. 
 
Abordó Luis Arroyo la génesis de la Red Especial de Transmisión de Datos partiendo de la solicitud en 1969 de la banca BANESTO a Telefónica para emplear un sistema de teleproceso en sus 3000 oficinas. Ante la inviabilidad de respuesta con circuitos punto a punto, Telefónica acometió el diseño de una red de conmutación de paquetes y convoca un concurso seleccionando equipos de IBM, UNIVAC y Bull-GE. Los ingenieros de Telefónica y los de los tres proveedores seleccionados completaron el desarrollo de la red Red Secundaria de Alto Nivel (RSAN) y el 30 de julio de 1971 se inauguró la primera red pública de conmutación de paquetes del mundo en la central Madrid/ Velázquez, hecho que presenció Derek Barber. 
 
Luis Arroyo mostró y explicó el esquema de la Red Especial de Transmisión de Datos de Telefónica. A continuación, mencionó los protagonistas del proyecto.  Antonio Barrera de Irimo como su impulsor y Jesús Manjarrés e Ignacio Vidaurrázaga como sus directores. Citó los nombres de 11 responsables del proyecto, quienes llevaron a cabo un esfuerzo total de 140 años hombre, entre ellos Antonio Golderos, moderador de la presente Jornada. 
 
Finalizó su exposición relatando los cambios introducidos en los años posteriores. En 1974 se redactó el primer borrador del protocolo standard internacional para las redes de conmutación de paquetes X.25 emitido por el CCITT. Un año después, Telefónica abordó el desarrollo de un ordenador especializado en la conmutación de paquetes, denominado TESYS (TElefónica, Secoinsa Y Sitre). En 1982 se instalaron los equipos TESYS en la RETD/RSAN.  En 1985 se implantó el protocolo X.25 en la red RETD, cuya mejora en hardware y software propició el cambio de nombre a IBERPAC y por último en 1996 se produjo el cierre definitivo de la RSAN.
 
Antonio Golderos, buen conocedor de la temática desarrollada en esta ponencia, mostró su satisfacción y agradeció a Luis Arroyo su claridad en la exposición. El moderador cedió la palabra a José Luis Monteagudo, Doctor Ingeniero de Telecomunicación y cofundador del Servicio de Bioingeniería en el Hospital Ramón y Cajal para que presentara la ponencia sobre el tercero de los hitos, acaecido en el tiempo transcurrido del siglo XXI: La red de telecomunicaciones, diseñada por ingenieros españoles, para la mejora de la salud en zonas aisladas en países en desarrollo.
 
José Luis Monteagudo con su ponencia describió la aportación de la ingeniería española a la solución de problemas de las poblaciones más desfavorecidas a través de EHAS: Enlace Hispano Americano de Salud. 
 
El ponente explicó la evolución de las diferentes soluciones aplicadas por el ingeniero de telecomunicación Andrés Martínez González en colaboración con la organización Ingeniería Sin Fronteras y diferentes universidades peruanas (PUCP y UPCH) y colombianas (Unicauca). En 1988 se ejecutaron los primeros proyectos piloto por aplicación de tecnologías inalámbricas para asistencia sanitaria a comunidades rurales en el Amazonas. Por aquel entonces, fundó EHAS (Enlace Hispanoamericano de Salud), organización que ha implantado estas tecnologías en más de 200 centros y puestos de salud en Perú, Ecuador, Colombia y Cuba.
 
Prosiguió José Luis Monteagudo informando que en 1997 se creó la red CUZCO en Perú, mediante correo electrónico vía radios Onda Corta (1.200 bps), y en el año 2000 llegó el sistema de voz y datos vía radios VHF (17.000 bps).
 
El ponente explicó que todas las tecnologías que se irían implantando deberían ser sostenibles ante las dificultades del entorno. En 2003 se consiguió la implantación del WiFi de larga distancia en sierra (3 Mbps) y en 2007 se alcanzó el WiFi de larga distancia en selva (11 Mbps).
Un hecho que José Luis Monteagudo quiso destacar fue la creación de la WiLD Red de telemedicina y servicios de telefonía celular en la cuenca del rio Napo en 2015. Esta red de telemedicina comunica a 13 establecimientos de salud con el Hospital Regional de Loreto en la cuenca. Gracias al proyecto se implementaron estaciones celulares con telefonía 3G, cuya red es operada por un OIMR (operador de infraestructura móvil rural) de manera sostenible.
 
El ponente hizo énfasis en que uno de los objetivos principales de todos los proyectos que se han ido implantando en las regiones más desfavorecidas es el de hacer llevar la atención médica donde se necesitara y la red de telemedicina ha hecho posible la provisión de servicios de Telemedicina tan importantes como ecografías, microscopías o estetoscopías a distancia. Tal es la importancia de la red, que, tras su creación, se ha reducido significativamente la mortalidad materno-neonatal logrando, de esta forma, un gran impacto en estos países en vías de desarrollo. 
 
José Luis Monteagudo finalizó su ponencia señalando que los proyectos de implementación de redes de comunicación de voz y datos en regiones aisladas de HispanoAmérica llevados a cabo por la Fundación EHAS son un ejemplo notable del ingenio para la implementación de innovaciones tecnológicas pioneras en el mundo para ayudar a poblaciones vulnerables en cuestiones básicas como la salud. En este sentido agradeció la colaboración prestada por diferentes universidades como la Politécnica de Madrid, la Universidad rey Juan Carlos, la Universidad del Cauca, la Pontificia Universidad Católica de Perú, así como al sector público  y en particular por las ayudas de la Comisión Europea y la Comunidad de Madrid. Prestan su colaboración asimismo organizaciones como Ongawa o TulaSalud y el CAF (Banco de desarrollo de América Latina) o el BID (Banco Interamericano de Desarrollo).
 
Una vez finalizó esta última ponencia, Antonio Golderos agradeció a José Luis Monteagudo su exposición y los logros alcanzados con las telecomunicaciones para la vida.
 
Tras un breve turno de preguntas, se clausuró la Jornada y tuvo lugar un encuentro de todos los asistentes durante un aperitivo con ambiente navideño.
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