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Torres Mena, en la p. 481, la sitúa en Castillejo de Iniesta, después la inscribe correctamente en el término municipal de Iniesta: “diseminadas por el término se hallan además once casas de labor, una torre telegráfica y más de veinte chozos ó albergues de pastores”. Esta es una de las cuatro torres cuya construcción supervisó el torrero D. José Miguel. El 7 de enero de 1850, en los primeros compases de esta línea, comenzó su servicio en esta estación D. Hermenegildo Heras aunque por poco tiempo, pues el 28 de febrero será destinado “á la formacion del ramal de la Junquera”, pero volverá a esta división de la línea en 1853.Es curiosa la abundancia de grabados de cierta antigüedad en las paredes del zócalo de la torre, lo que demuestra que esta es un auténtico hito para los pueblos de alrededor. El número de cruces inscritas parece indicar, incluso, cierta relevancia religiosa, como si de una ermita se tratara. En todo caso, está claro que la torre ha sido un referente para el pueblo, una vez perdida la memoria de su funcionalidad inicial.
Conservación:
Está muy bien conservada. Al estar a media ladera, descansa sobre un doble zócalo recto. La torre conserva el revoco ocre en todas su caras, aunque está en peor estado en la occidental. El primer cuerpo sobre el doble zócalo es ataluzado y de 2’04 m. de altura hasta la moldura intermedia; conserva las aspilleras en todos los lados, menos la central de la fachada norte. Sobre este cuerpo se dispone una moldura formada por cuatro hiladas de ladrillos de 26 cm. de altura con un zócalo sobre ella de 70 cm. El segundo cuerpo aparece conservado en todos los lados hasta la cornisa de remate. La fachada oriental conserva casi perfectamente sus dos ventanas, abocinadas al interior y con los herrajes para sujetar las contraventanas de madera aún presentes en la superior. En el lado oeste está la puerta, que ha perdido su base, mientras que la ventana superior conserva también los retenes de hierro de las contraventanas. Los esquinales son de ladrillo y sólo se pueden ver en este lado, pues en el resto están recubiertos por el enlucido.
El interior se conserva también excelentemente, quedando en las aspilleras aún los restos de la carpintería y mostrando el enlucido fino excepto en su lado oriental. El hueco de la escalera con las huellas de los escalones es perfectamente visible en la esquina suroriental. La torre presenta numerosas cruces e iniciales grabadas en el exterior. Es la torre mejor conservada de la provincia de Cuenca.
Referencias:
Ibercastillos
(Jesús López Requena, 2008)
(Jesús López Requena, 2010)