Jornada "Innovaciones de Agustín de Betancourt": el legado de un ingeniero español que cruzó fronteras
Tras las conmemoraciones del pasado año, bicentenario del fallecimiento de Agustin de Betancourt, el pasado 9 de octubre de 2025, el Instituto de la Ingeniería de España celebró la jornada “Innovaciones de Agustín de Betancourt”, en la que, más allá de su figura, se puso el acento en mostrar el ingenio del ingeniero completo en plena época de la Ilustración.
Organizada de manera conjunta por la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de la Ingeniería Civil, la Asociación Nacional de Ingenieros del I.C.A.I., la Asociación Nacional de Ingenieros de Minas y la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación (AEIT), la sesión reunió a reconocidos expertos, que mostraron las innovaciones concretas que Betancourt aportó en sus ramas respectivas.
La apertura corrió a cargo de María Cruz Díaz Álvarez, presidenta del Instituto de la Ingeniería de España, quien señaló que esta jornada se halla incuestionablemente identificada con nuestro Instituto, rememorando el ámbito multidisciplinar de un ingeniero transversal y cosmopolita, características que los ingenieros de hoy han heredado.
Manuel Avendaño, coordinador del Foro Histórico de las Telecomunicaciones, presentó y condujo la jornada subrayando que el objetivo no era sumar otro relato biográfico, sino rescatar sus aportaciones técnicas, pues “ninguna de las nuevas ingenierías de su tiempo le resultó ajena a Agustín de Betancourt”. Con razón, el ingeniero canario es considerado el fundador de la ingeniería moderna en España.
Francisco González de Posada, doctor ingeniero de Caminos y académico de la Real Academia de Doctores y de la de Medicina, ofreció una ponencia sobre sus “ingentes contribuciones pioneras en obras públicas”, documentando como, en plena revolución industrial, Betancourt tuvo un papel importante en la planificación territorial y el urbanismo de grandes ciudades, el proyecto de canales para el transporte de mercancías, preocupándose por el gasto de agua inherente al funcionamiento de las esclusas, minimizando este aspecto mediante su invención del émbolo buzo, además de preocuparse por la educación de los ingenieros, fundando la Escuela de Caminos de Madrid y el Instituto de Vías de Comunicación de San Petersburgo.
María Ana Sáenz Nuño, doctora en Física y profesora en ICAI, hizo un repaso por los diferentes lugares en los que el ingeniero canario desarrolló su vida y su carrera, en España, Francia, Inglaterra y Rusia, definiéndolo como “un influencer, una persona que trae la ingeniería, que la acerca e influye en los demás” allá donde vaya.
Sobre su faceta minera y metalúrgica, Luis Mansilla, doctor en Ingeniería y profesor en la Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén de la Universidad de Castilla la Mancha, presentó una ponencia redactada conjuntamente con Eloy Álvarez Pelegry, doctor Ingeniero de Minas y Académico de la Real Academia de Ingeniería (ausente por incopatibilidad inexcusable de agenda), en la que resaltó la labor de Betancourt en Almadén: desagües, malacates, transporte y hornos, destacando sus conocimientos de dibujo y mediciones, y sin olvidar su contribución a la máquina de vapor, una de las mejores de la época, que diseñó y construyó tras observar la máquina de Watt en Londres, incluyendo mejoras que sirvieron de modelo para otras.
Antonio Moreno, presidente del Comité de Metrología del IIE y vocal de la junta directiva de la AEIT, cerró el bloque técnico con una lección de ingeniería centrada en el telégrafo óptico. Comenzó refiriendo que ya existían modelos de telégrafos ópticos, pero que todos ellos eran de manejo complicado, propensos a errores y, sobre todo, que el telegrafista se veía obligado a conocer el contenido del mensaje. La solución de Betancourt simplificaba y evitaba problemas, pero surgían otros nuevos, porque desde una estación concreta de repetición la visión lejana del telégrafo anterior o siguiente sufría una deformación que era exactamente la misma que la que sufría el ángulo de giro del eje conducido de una junta cardan respecto al eje motor, de tal modo que la incorporación de esta última servía de computador analógico para restituir la información original. En resumen, resolvió problemas prácticos con soluciones sencillas: Por eso, el título de su ponencia era “Lo bueno si sencillo, dos veces bueno”.
Próxima publicación de un libro sobre las innovaciones de Betancourt
En su intervención de cierre, Manuel Avendaño destacó la asistencia de la presidenta a lo largo de la jornada, señal de las muy completas e interesantes presentaciones de los ponentes, a quienes agradeció sus brillantes exposiciones. Anunció finalmente que, a fin de que perdure y difunda su contenido, quedarán recogidas en un libro de próxima aparición.