Dirigida por
Sam MendesAño
2019Relación con las Telecomunicaciones
Situación: Había radio, teléfono, señales, animales (palomas y perros) pero también estaban los corredores, los soldados que portaban de un lado a otro la información.Situación: El envío de un mensaje en un sobre a través de la tierra de nadie en tiempo continuo, casi real.
1917: Asegúrese de que tiene testigos cuando entregue el mensaje; algunos hombres lo único que desean es luchar
Trinchera y Primera Guerra Mundial van de la mano. No estaba planeado, pero después de una serie de operaciones inconclusas ambos bandos se atrincheran en el frente occidental. Y lo hacen, básicamente, empezando a cavar agujeros en la tierra. Luego los unen durante kilómetros y kilómetros. Todos los historiadores califican vivir en estos lugares peor castigo que un bombardeo. Se trata de uno de los lugares más insalubres en los que ha estado el ser humano: siempre empapados y con 'compañeros' como piojos, pulgas y ratas. Hay que diferenciar entre las trincheras de primera línea, las de reserva y las de descanso. También entre las de un bando y otro. Las de los alemanes estaban más cuidadas y ordenadas que las del resto.
En las comunicaciones, no se puede pasar por alto el papel de la radio: se utilizaban dispositivos móviles capaces de transmitir y recibir código Morse, pero la mayoría eran muy grandes, frágiles y su alcance era limitado (las comunicacioens por radio se utilizaron más en el mar). Los teléfonos estuvieron presentes en diferentes unidades, pero presentaban el gran problema de los cables. Las trincheras eran el único lugar para conectarlos y con frecuencia se veían afectados por los ataques o por los movimientos de los propios soldados.
Por ello, se usaban otros sistemas: signos, espejos, banderas de distintos colores, lámparas de parafina o cohetes entre las distintas líneas de trinchera. Luego estaban los animales: palomas y perros que llevaban mensajes de una zona a otra. Y, por último, los corredores. Los soldados que portaban de un lado a otro la información. Era uno de los puestos más peligrosos del frente. Precisamente, Adolf Hitler fue uno de ellos.
1917 trata sobre dos soldados británicos que son enviados, tierra de nadie a través, para llevar un mensaje que puede salvar la vida de los integrantes del 2º Batallón del Regimiento de Devonshire. Los alemanes se han retirado inesperadamente durante la noche, animando a los aliados a montar una ofensiva y seguirles en su repliegue. Pero las fotos aéreas han revelado que esto es una treta; los alemanes han simulado esta retirada para emboscar a los 1600 soldados que avancen tras sus pasos.
Comenta su director que los hechos narrados en la película están basados en un relato que escuchó de niño de su abuelo, Alfred Mendes: "Tenía una historia que era un fragmento que me contó mi abuelo, quien luchó en la I Guerra. Es la historia de un mensajero que tiene un recado que llevar. Esta historia o este fragmento se quedó conmigo y obviamente lo he ampliado y cambiado significativamente, pero tiene eso en su núcleo".
Filmada en largas tomas y con los cortes disimulados en el montaje, de hecho la película transcurre en apenas dos planos secuencia, el director crea la ilusión de un movimiento continuo mientras los soldados avanzan por campos de lodo y guerra. El resultado de esta técnica es deslumbrante pues aumenta la tensión y la inmediatez de la imagen y conecta al espectador con los dos 'corredores'.
Sam Mendes: "La historia de mi abuelo no era para nada romántica. No era sobre heroísmo o valentía, sino sobre si un soldado tenía la suerte, o no, de sobrevivir a la guerra. Y por eso mi idea fue: ¿por qué no encerramos a la audiencia en esta experiencia de una manera que sienta que no se rompe nunca, en una película que les parezca como el tic-tac de un reloj, en el que experimentemos cada segundo lo que pasa en tiempo real?".
1917, 6 de abril, un día en la Primera Guerra Mundial. Pero no un día cualquiera, precisamente la fecha en que EE.UU. entra en la contienda. Mendes, sin pretensiones historicistas, planifica su inmersiva narración en el mismo ojo del huracán de un punto de inflexión para el devenir de la guerra.
Vídeos
Los cabos Blake y Schofield son asignados para la misión de despachar un mensaje con el fin de cancelar el inminente ataque que el segundo batallón tiene previsto lanzar sobre las líneas enemigas, ya que los alemanes se han replegado de manera estratégica para así encerrarlo en un trampa. Tienen pocas horas para llegar al puesto de mando y avisar al general encargado de dar la orden.
Sam Mendes: "Fue la guerra en la que se perdió la inocencia, porque hasta ese momento no había testimonios visuales de los combates. Y finalizó el siglo XIX con sus divisiones de caballería y duelos de sable. La humanidad entró en la era contemporánea, con las armas de destrucción masiva. Todo eso me fascinaba. No hay aún comunicaciones modernas, cada oficial afirma algo distinto y el público se queda encerrado con los protagonistas en ese no tiempo. Mi abuelo nunca le contó historias de la Gran Guerra a sus hijos pero sí a la siguiente generación. Me impresionó la idea de un sobre con un mensaje importante que había que llevar, y esa fue la semilla. Otro detalle que de crío me llamaba la atención es que constantemente se lavaba las manos: con el tiempo sospeché que era un gesto inconsciente para quitarse el barro de las trincheras. Escribí este guion a la vez que el de Spectre (2015), así que he tenido tiempo para macerarlo. Cuando filmé el plano secuencia del inicio de Spectre, sentí que estaba preparado para 1917. Porque, al fin y al cabo, solo había una instrucción en la portada del guion: se filmaría en una única toma. Volveré al plano y contraplano, pero he aprendido que tienes que casar el formato con el contenido. Cada historia necesita su forma".
Roger Deakins: "Hasta que no la ves en la gran pantalla, con los planos unidos como si fueran solo uno, no llegas a darte cuenta de su poder de inmersión, cómo esa técnica te mete dentro de la película".
Sam Mendes: "Para mí, el tema más interesante que hay es el ser humano, por eso me apasiona el teatro. En esta película he usado la misma parte de mi cerebro que utilizo para el teatro. Curiosamente, viniendo de los escenarios, el aspecto del cine que más disfruto es el montaje. Sin embargo, en 1917, su estructura de plano secuencia me ha devuelto al teatro. Por otro lado, es la película más cinematográfica que he hecho, porque me ha obligado a cuestionarme dónde ponía la cámara en cada instante. Hay un triángulo cámara-personajes-paisaje que cambiaba constantemente para pasar de la épica a la intimidad... Puedes caer en la pereza haciendo planos y contraplanos. Aquí solo hay un punto de vista, y necesitas afinar mucho para que sea el adecuado a lo que quieres contar. Fue tan emocionante como frustrante".
La última milla, aunque se haga de un tirón, siempre es complicada: pulsa 'Play'.
now hold on...February 5, 2020