Relación con las Telecomunicaciones

Situación: El software libre como alternativa al monopolio del software bajo licencia.

Situación: Anticipo de lo que será la convergencia digital de sistemas.

Conspiración en la red: cualquier chico en un garaje con una buena idea puede desbancarnos

Milo Hoffman es un joven y brillante programador informático que en el garaje de casa, junto con otros amigos, está desarrollando un revolucionario software que permite el enlace de todas las formas de comunicación digital; una tecnología por la que salivan las mayores empresas del mundo. Cuando Hoffman está a punto de conseguir su sueño, recibe una tentadora oferta para participar en el proyecto SYNAPSE de NURV, una compañía líder en el desarrollo de software, y conoce personalmente a Gary Winston, fundador de NURV y su particular héroe profesional, con quien entabla una buena relación. Winston está muy pendiente de Hoffman y le va aportando soluciones a los problemas que pueden estancar el desarrollo. Con el paso del tiempo, Hoffman empieza a percibir extrañas actuaciones dentro de la empresa que le conducen a descubrir las consecuencias de la ambición desmedida de Winston por hacerse con el control del sector. Cuando Hoffman se plantea desvelar las prácticas monopolistas se apercibe de que Winston lo tiene atrapado en su red.

La película está ligada al movimiento del software libre -uno de cameos es el desarrollador mexicano de software libre Miguel de Icaza- como alternativa al monopolio del software propietario y, también, anticipa lo que será la convergencia digital de sistemas.

Mapa conceptual del software libre (fuente wikimedia.org).

Clic sobre la imagen para obtener el diagrama en grande

Según Rafael Mompó (Revista BIT 168, abr/may 2008, páginas 69-70) la convergencia es la consecuencia de un legítimo deseo del mercado por disponer de cualquier servicio susceptible de ser distribuido por las telecomunicaciones, en cualquier circunstancia en la que se encuentre el usuario. Como todo lo que tiene que ver con la convergencia está fuertemente influenciado por la evolución de los mercados de masas, el ingeniero teleco de la convergencia debe basarse en el marketing y orientar el diseño de los productos y servicios hacia la satisfacción de la gente. Y lo que más satisfacción le da a la gente es el disfrute de los multimedia, sobre todo el audiovisual, y hacerlo en cualquier parte, porque a las personas les gusta la movilidad. Como los usuarios quieren acceder a cualquier contenido o servicio prestado por cualquier proveedor, los proveedores de servicios y operadores necesitan establecer protocolos, tanto técnicos como de negocio, para la interoperabilidad de sus redes y sistemas así como la interacción entre los diversos servicios y contenidos digitales posibles.

La convergencia digital (extracto del artículo de Luis Sánchez-Merlo en la edición de El País del 5 de junio de 2015).

Cuando, hace casi tres décadas, Canal Satélite Digital ya bregaba con la televisión de pago en España, era impensable el escenario de la ultra alta definición y las autopistas digitales.

En este tiempo, el paso de la tecnología analógica a la digital ha supuesto un cambio intenso en la calidad de la transmisión y recepción de los contenidos; se han digitalizado las conexiones terrestres con la sustitución de los pares de cobre por redes de fibra óptica; y las televisiones de tubo han evolucionado hasta las actuales pantallas planas de alta definición.

Nuestra aspiración es seguir desarrollando la tecnología para la creación de autopistas digitales universales, pero también escalables, duraderas, flexibles y respetuosas con el medio ambiente. Un objetivo difícilmente alcanzable si antes no se resuelve una cuestión perentoria: la conexión universal, esto es, la comunicación a través de cualquier dispositivo, en cualquier lugar y en cualquier momento.

Estas autopistas ponen en marcha tres fuerzas que, a partir de ahora, han de seguir un mismo trazado. En primer lugar, el motor del consumo, dinamizado por una nueva generación conectada, que reclama disponibilidad permanente. A continuación, el progreso tecnológico, con un creciente número de dispositivos móviles, cada día más accesibles para el gran público. Y por último, el reconocimiento unánime de las enormes ventajas de esta tecnología para el desarrollo social y económico del planeta.

La brecha digital debe desaparecer. Para ello, las redes terrestres podrían aportar la conectividad al tiempo que los satélites distribuyen el contenido, un partnership híbrido que asegura una cobertura universal.

No se discute que, en un futuro próximo, el volumen de las redes fijas será insuficiente para responder a la demanda, y los aumentos de capacidad necesarios supondrán, entonces, cientos de miles de millones de dólares en reparación de rutas, cables y construcción.

No olvidemos que la señal que envía el mercado es que el espectro aporta mayor riqueza y valor añadido a la sociedad si se utiliza para comunicaciones móviles. La convergencia es inevitable y no tardará en llegar: los satélites son las autopistas y las vías terrestres las carreteras secundarias y urbanas -tan necesarias también- de nuestro futuro tecnológico.