Durante la tormenta
Durante la tormenta

Dirigida por

Oriol Paulo

Año

2018

Etiquetas

1980 | 1990 | Teléfono

Relación con las Telecomunicaciones

Situación: En 1989, el Gobierno aprobó la LOT y modificó la relación entre el Estado y la CTNE.

Durante la tormenta: ¿dónde estabas en 1989? (observa y recordarás)

Vera Roy es una madre felizmente casada que acaba de mudarse con su marido y su hija a una nueva casa. Una noche que se prepara una extraña tormenta eléctrica, semejante a otra que ocurrió 25 años atrás, Vera descubre que puede hablar con un niño que vivió en esa misma casa a través de un viejo televisor y una cámara de vídeo olvidados en un armario. Es más: conoce su historia y sabe que el niño va a morir en los próximos minutos si ella no lo impide. Y lo intenta. Y ese aviso que evita la muerte del niño varía la vida de Vera.

Comenta Oriol Paulo que le gusta zambullir al espectador en el mar de dudas que generan las decisiones tomadas en la vida y en los miles de "y si..." que, de haber sido otros, hubieran cambiado las cosas. Quizá por eso ésta, su tercera película, arranca con la caída del muro de Berlín porque, en ese momento, el mundo cambió, un cambio metafórico para explicar el giro total en la vida de la protagonista a raíz de un hecho concreto. El director reconoce que 'Durante la tormenta' contiene cosas que estaban en sus trabajos anteriores, El cuerpo (2012) y Contratiempo (2016), como el misterio, personajes obligados a actuar contra reloj o la necesidad de que el espectador se involucre con la trama desde el minuto uno, pero ésta, incluye una vuelta de tuerca adicional que la sitúa en el terreno de la ciencia ficción conceptual porque contiene un detonante fantástico, una tormenta misteriosa que conecta dos tiempos, pero que viaja más allá del género puro de las paradojas temporales para hablar de emociones universales. Y, como siempre, los detalles son importantes.

Abril, 2019. "Durante la tormenta" se estrenó en España el 30 de noviembre de 2018 y ha recaudado unos 800.000 euros en total. En el primer fin de semana en China recaudó 10 millones de dólares ganando a la superproducción estadounidense "Dumbo" (2019, Tim Burton) que se estrenaba el mismo día, 29 de marzo de 2019. Tras tres semanas de cartel en China, lleva recaudado 14,1 millones de euros al cambio. Para hacerse una idea del éxito de "Durante la tormenta" -distribuida en el mercado internacional bajo el título de "Mirage"-, uno de los grandes éxitos del último año, "Bohemian Rhapsody" (2018, Bryan Singer), lleva recaudados 12,5 millones de euros en el país asiático desde su estreno allí el 22 de marzo de 2019.

Cuando el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, participó en el acto de desembarco en España de Netflix, lanzó una frase que se perdió entre los fastos de celebración: "Se ha roto el cuello de botella entre la producción y la distribución. Había películas que no llegaban al público, y no por falta de calidad: las plataformas han sabido llegar al público". El paso por las salas del cine español es cada vez más complicado. Las distribuidoras se lo juegan todo al primer fin de semana, un disparo que pocas veces da en el blanco, y repetir una segunda semana en la cartelera de las salas más populares es un reto casi imposible sin la maquinaria publicitaria de una cadena de televisión.

Las ventanas de distribución -el tiempo de explotación en cines hasta su estreno en plataformas o DVD- duran lo mismo que hace décadas, pero la realidad es que la falta de público las cierra cada vez antes, ahogando las propuestas menos populares. Ante este estrangulamiento, hay películas que encuentran una segunda vida cuando parecía que ya todo estaba perdido. Las plataformas en la mayoría de los casos, y China en otros pocos, son un balón de oxígeno para títulos que se perdieron en la vorágine de las salas.

La película española más vista en lo que va del año fue un fracaso en nuestro país. "Durante la tormenta" apenas tuvo 124.000 espectadores tras su estreno en noviembre. Sin embargo, cinco meses después se convirtió en la séptima cinta más vista en el mundo durante el fin de semana de su estreno en China. De momento ya va por 16 millones de dólares recaudados y Warner ha apostado por reponerla en salas pese a que está disponible en Netflix. Oriol Paulo, su director, lo tiene claro: "Asegurar un futuro para la película te alivia. Nos ha pasado a muchos, incluso con películas que funcionaron como "Verónica" (2017, Paco Plaza), que luego saltó a Netflix, que la lleva a ciento y pico mercados y sigue triunfando. Es una segunda oportunidad porque como creador quiero llegar a cuanta más gente posible".

Si hace un par de décadas las redes de seguridad eran el DVD y la venta para las televisiones, hoy lo es el "streaming" y en menor medida China. Cuando una ventana se cierra... otra se abre.


9 de noviembre de 1989. Nico mira la pantalla del televisor, ajeno a que el año 1990 marcará un hito en la historia de la televisión en España con el comienzo de las emisiones de las cadenas privadas y con RTVE ejerciendo sus actividades en un régimen de competencia. Esta pérdida del monopolio estatal para RTVE ha venido precedida de un nuevo régimen jurídico de la Red de Telecomunicación que se separa de RTVE para formar un Ente Público Retevisión.

Pero la "tormenta" no está en la pantalla sino en el teléfono.


Teléfono mural ALCATEL


Y noviembre de 1989 se sitúa en la mitad de los inicios del cambio regulatorio (1987-1993).

Entre 1987 y 1993 las autoridades europeas iniciaron el proceso de liberalización del sector, aunque en España coincide con un período en el que el Estado recuperó el control de la política de telecomunicaciones, que durante años se había delegado en Telefónica, y se centró en modernizar el servicio y universalizar el acceso a la telefonía fija de voz.

A mediados de los años ochenta, las instituciones comunitarias empezaron a preocuparse por la mala evolución de la industria de telecomunicaciones europea y, sobre todo, por la pérdida de competitividad y capacidad de innovación de la CEE respecto a Estados Unidos. Se consideraba que la excesiva compartimentación de los mercados nacionales y las barreras impuestas por los monopolios nacionales eran obstáculos importantes para el desarrollo del servicio.

La falta de iniciativa de la CEE se hizo patente cuando Estados Unidos desmembró la compañía American Telephone and Telegraph (AT&T), que había sido el monopolio de las telecomunicaciones por excelencia. Y también cuando el Reino Unido y Japón privatizaron sus monopolios públicos y liberalizaron sus mercados de telecomunicaciones. El "desafío americano" hizo que el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros de la CEE se vieran obligados a reaccionar. En 1984, adoptaron un programa de acción para desarrollar coordinadamente el sector. Posteriormente, la Dirección General XIII de la Comisión Europea realizó un amplio análisis del sector que quedó plasmado en el Libro Verde sobre el desarrollo del mercado común de servicios y equipos de telecomunicaciones de 1987. El Libro Verde contenía un programa de telecomunicaciones en el que el Consejo y la Comisión consensuaron la reforma del sector. Decidieron liberalizar el mercado de equipos y terminales, los servicios de valor añadido, armonizar las redes, crear servicios a nivel europeo y separar las actividades de regulación y explotación de los servicios de telecomunicaciones. Tan importante como el Libro Verde fue una comunicación posterior de la Comisión donde se proponía abrir a la competencia el mercado de terminales antes del 31 de diciembre de 1990 y el mercado de servicios de valor añadido (distintos de la telefonía vocal) antes del 31 de diciembre de 1989.

El primer fruto de esta iniciativa fue la directiva de 1988, que liberalizó los mercados de terminales de telecomunicaciones. Posteriormente, en 1989, la Comisión y el Consejo acordaron liberalizar los servicios de valor añadido.

En España, la primera oleada liberalizadora europea obligó a modificar la regulación del sector y la relación del Estado con la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), que desde 1924 explotaba los servicios de telecomunicaciones en régimen de monopolio. A diferencia del resto de los países europeos, la CTNE tenía mayoría de capital privado y no estaba integrada en la estructura administrativa del Estado. La compañía no se regía por la Ley de Contratos del Estado, sino por un contrato específico firmado en 1946. Esto le daba un gran margen de maniobra que iba desde seleccionar estándares técnicos hasta controlar la industria de electrónica y telecomunicaciones a través de su política de compras. Tras su ingreso en la CEE el 1 de enero de 1986, España tuvo que incorporar a su ordenamiento los objetivos de política comunitaria de telecomunicaciones establecidos en 1984. En 1985 se eliminó el antiguo Gabinete de Ordenación de las Telecomunicaciones y se creó la Secretaría General de Telecomunicaciones (SGT), una Dirección General de Telecomunicaciones (DGT) y el Consejo Asesor de las Telecomunicaciones. La SGT concentró las responsabilidades que hasta entonces estaban dispersas en diversos organismos. Su misión era ordenar y desarrollar las telecomunicaciones. Por su parte, la DGT tenía la responsabilidad de diseñar la política de telecomunicaciones, regular el mercado, planificar las inversiones en redes y proponer tarifas.

La tarea inicial de la DGT fue diseñar un marco regulatorio específico para las telecomunicaciones y adecuar la normativa española a la europea. Primero se pensó en redactar una ley general que, a modo de gran código regulatorio, recogiese todas las actividades que integraban el macrosector industrial y de servicios de telecomunicaciones. Esto incluía desde la telefonía fija de voz y los servicios de valor añadido hasta el cable y el satélite. Era un objetivo puramente ordenancista, que no tenía en cuenta el cambio tecnológico que estaba afectando a las telecomunicaciones y la informática. De ahí que durante el proceso de elaboración de la ley fueran cayendo del proyecto los servicios audiovisuales y las telecomunicaciones por satélite y cable, para dejar solo las actividades vinculadas a los servicios de telefonía que se transportaban por hilo de cobre. Así, en diciembre de 1987 se aprobó la Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones (LOT), la primera en regular el mercado.

Teléfono inalámbrico PANASONIC Easa-Phone

En 1989, en España existían 32,2 teléfonos por cada 100 habitantes, mientras que la media de la CEE era de 41,7 teléfonos. Además, existían grandes disparidades en la penetración del teléfono entre Comunidades Autónomas. Así, por ejemplo, Galicia, Asturias, Murcia y Andalucía tenían un gran número de poblaciones sin servicio telefónico. Las peculiaridades demográficas del país -con más de 63.000 entidades de población- y la accidentada orografía habían excluido del servicio a más de 1,7 millones de personas. La baja cobertura y los problemas de calidad del servicio se vieron agravados a partir de 1983, cuando Economía y Hacienda recortó las inversiones en la CTNE para controlar los desequilibrios macroeconómicos del país y salir de la crisis.

Desde la CTNE se levantaron algunas voces de alarma contra los recortes. Pronto la realidad les dio la razón. Cuando a principios de 1986 la economía comenzó a manifestar los primeros síntomas de recuperación, el tráfico telefónico y la demanda de nuevas líneas se dispararon, lo que llevó a la saturación de las redes y a la aparición de grandes colas para conseguir una conexión. En las horas punta era imposible establecer comunicación telefónica, tanto entre las principales ciudades como dentro de una misma ciudad. Fue en estos años cuando se hizo popular el estribillo de "Telefónica le informa de que las líneas están saturadas; por favor, vuelva a intentarlo más tarde".

El malestar social se convirtió en uno de los principales factores para que el Gobierno cambiara la política en el sector. En 1989, el Gobierno aprobó la LOT y modificó la relación entre el Estado y la CTNE pero la liberalización todavía se percibía como un obstáculo para la modernización del servicio y por este motivo se había ido retrasando. Finalmente, la liberación culminaría en 1998. Pero esto ya queda fuera de "Durante la tormenta".

Vídeos

Vera es un personaje que vive en estado de calma y bienestar y, por un accidente, o mejor dicho, por un incidente, su realidad se transforma y pierde el contacto con el suelo, con sus asideros, con lo que ella era. A partir de ese momento, la protagonista solo puede reencontrarse a sí misma acudiendo a lo verdadero que hay en ella, conectando con su parte salvaje o de animal, como si su sangre le llamase. Y es que Vera es un personaje basado en la fuerza de creer en uno mismo por encima de todo y más allá de la realidad determinada.

Tráiler

El tráiler en relación de aspecto 1:1, un formato que parece estar orientado a la publicidad en las redes sociales (Facebook, Twitter) y en el que los subtítulos están para seguir el tráiler aunque el audio esté desactivado.

Tráiler (en formato cuadrado)

Durante la tormenta propone un viaje entre tiempos (el 1989 de la caída del Muro y los televisores de pantalla 4:3 y un presente de casas y barrios residenciales impersonales) para intentar conciliar la resolución de un crimen, recomponer una maternidad truncada en el bucle cuántico y proponer incluso un romance intergeneracional.

Clip: Conexión

¿Qué pasaría si al salvar una vida, perdieras la tuya? ¿Qué pasaría si un día despertaras y tu hija no hubiera nacido nunca? La primera pregunta es la premisa sobre la que se sustenta Durante la tormenta. La segunda, la consecuencia devastadora de la primera y el motor de la historia.

Días de cine - Durante la tormenta

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