Dirigida por
Pilar MiróAño
1980Relación con las Telecomunicaciones
Situación: Una realizadora de programas dramáticos en la televisión española de la transición.Gary Cooper, que estás en los cielos: ... líbrame de todo mal.
Pilar.Antes de hacer cine, Pilar Miró comenzó en la televisión; como los directores norteamericanos que en los años sesenta formaron el Nuevo Hollywood, la llamada 'generación de la televisión' con Stanley Kramer, Robert Altman y Robert Mulligan, Sidney Lumet, Martin Ritt, Arthur Penn o John Frankenheimer.
Pilar empezó estudiando Derecho. Su estancia en Derecho fue breve, no le fue bien y probó suerte en Periodismo, carrera más afín al mundo de la imagen y del cine que tanto le apasionaba desde niña. Finalmente, ya trabajando, se matriculó en la Escuela Oficial de Cinematografía y se licenció en 1968 obteniendo el diploma de guionista.
En 1960, con 20 años Pilar intenta entrar en TVE como locutora de continuidad. Las locutoras de continuidad eran unas locutoras de guardia que entraban en antena en los momentos que se cortaba la emisión normal, por ejemplo para conectar con Eurovisión o cambiar la retransmisión a Barcelona, ellas llenaban el espacio de tiempo que necesitaban los técnicos en los cambios, diciendo cosas como "Permanezcan atentos a la pantalla".
Fracasa pero no ceja en su empeño, se busca una recomendación y la encuentra en unas tías suyas que son amigas de Blas Piñar que era entonces Consejero Nacional del Movimiento, Procurador en las Cortes y Director General del Instituto de Cultura Hispánica. Con esta recomendación entra en TVE como secretaria, trabajo para el que claramente no valía pues era torpe, desordenada y despistada.
Pilar recurrió a Blanca Álvarez, a la que había conocido casualmente en la primera prueba y que se había ofrecido a ayudarla. Blanca era aún más pionera: de locutora pasó a ser la primera mujer en ocupar cargos ejecutivos en TVE. Blanca habló con unos y con otros hasta lograr que Pilar fuera recibida por el director de programas, Victoriano Fernández de Asís, que la mandó a los servicios informativos, donde se encargó de modificar los textos de las noticias para ajustarlos a las imágenes recibidas.
De ese puesto pasó a ser ayudante y a hacer de casi todo, de ordenar los platós antes de su utilización a regidora de estudio. Su valedor, Fernández Asís, la apodó cariñosamente 'la botellita lacrada' porque apenas hablaba y sabía guardar los secretos.
En los pequeños y artesanales estudios de TVE en el Paseo de la Habana, Pilar hizo absolutamente de todo: auxiliar de redacción, meritoria, redactora, puso rótulos, ayudante de realización, intervino en labores secundarias en informativos, concursos, programas religiosos, musicales. Los estudios del Paseo de la Habana tenían algo que se perdió cuando crecieron: no había especialistas así que todos hacían absolutamente de todo, de forma que la experiencia que acumulaban los que allí trabajaron era total y absoluta. A esa experiencia y conocimiento del medio se sumaban unos reflejos y un total control de los nervios; condiciones, éstas, ideales para la realización de retransmisiones en directo, lo más difícil de hacer en TV.
En 1963 realiza su primer programa televisivo, "Revista para la mujer". En 1964 Adolfo Suárez llega a Jefe de Programas de TVE y a Pilar le llega también el primer aviso de su endeble salud. Con 24 años, Pilar sufre unas simples anginas que complicadas con su delicado corazón la ponen al borde de la muerte. Los médicos la advierten de su delicada salud y su probable corta vida. Esto la empujó a exigir dirigir programas dramáticos. Pilar ya había reclamado su pase a dramáticos varias veces pero Suárez pensaba que una mujer no se haría respetar en un plató.
Llega la época de esplendor de TVE: se han abierto los Estudios de Prado del Rey, Paseo de la Habana se queda para preparar los programas para Iberoamérica y se han abierto estudios en Barcelona, en Miramar y en L'Hospitalet. Pilar comenzaba a dirigir su primeros programas dramáticos. En el trabajo era dura y seca pero segura, algo que se agradece en el realizador, sobre todo en los directos cuando todos tienen los nervios a flor de piel.
En 1966 Pilar dirige su primera novela: "Lilí", una telenovela de cinco capítulos. Una vez roto el hielo todo fue más fácil, le encargaron más novelas y llegó a dirigir más de cien programas de todo tipo. Consiguió grandes éxitos, como la serie de veinte capítulos de media hora de "La pequeña Dorrit", protagonizados por una desconocida Ana Belén. Pilar y Ana se entendieron tan bien que juntas hicieron su primer largometraje, 'La petición' (1976), basado en el relato de Zola 'Por una noche de amor'. Y aún siendo la época del 'destape' la película fue retenida por la censura pues según el director general se debía cortar la secuencia de cama entre Emilio Gutiérrez Caba y Ana Belén porque había momentos en que a Emilio se le veía el 'hermano pequeño'.
Su siguiente película, 'El crimen de Cuenca' (1979), fue la única película prohibida durante la democracia, tras la desaparición de la censura en 1977, y desembocó en un consejo de guerra en el que se pedían para Pilar Miró seis años de cárcel por injurias a la Guardia Civil. Estando en libertad condicional y con un recién nacido de diez días se produce el 23F.
Pilar Miró.
Cuentan que Alfredo Matas buscaba un director con redaños para dirigir "El crimen de Cuenca" cuando le recomendaron a Pilar Miró, quién, a su vez, le llegaba con un proyecto para el que necesitaba productor. Dicen que fue la única vez que se vio a Pilar Miró transigir en algo. "El crimen de Cuenca" estuvo prohibida durante meses y Pilar Miró sometida a múltiples presiones que estuvieron a punto de conducirla al exilio. Una vez estrenada, la película se convirtió en un éxito de taquilla. Por estas circunstancias, "Gary Cooper, que estás en los cielos" adquirió un cariz personal para producción. Una manera de resarcir a su directora. Eso se comenta.
El País, en su edición impresa del martes 25 de noviembre de 1980, día siguiente del estreno de la película, publicaba unas declaraciones de la directora: "Es un guión escrito con anterioridad al verano de 1978, pero cuando lo terminé, pasó lo de siempre: el proyecto quedó aplazado. En esta ocasión, el aplazamiento se debió a la propuesta de un tema interesante: la crónica de un 'error judicial' que ocurrió en la provincia de Cuenca hace setenta años..., película de la que de momento prefiero no hablar, por absoluto agotamiento. Tras todos los incidentes que esta segunda película acarreó y viendo la creciente crisis de la industria cinematográfica española, no vi más solución para afrontar un nuevo rodaje que abordando alguna de las fórmulas inventadas ya, o por inventar aún, de autoproducción. La operación, en resumen, se ha llevado de la siguiente forma: el coste de la película roza los veintidós millones de pesetas, que han sido sufragados en un 35% por Incine, el 15% por Jet Films y el 50% restante por la productora que he tenido que crear (Pilar Miró, PC), que, a su vez, se compone de aportaciones en metálico, aportaciones en trabajo y letras diferidas. Obviamente, si la distribución de la película no se hace con un cierto cariño, si su exhibición se reduce a cubrir la obligada cuota de pantalla, si el 50% que no me pertenece se da por bien invertido sólo para obtener automáticamente la importación de tres películas extranjeras, no creo que el espectador tenga tiempo para enterarse de que "Gary Cooper, que estás en los cielos" puede conectar con él mucho mejor, a mi juicio, que cualquier película americana -pese a sus estrellas y superproducciones-, simplemente porque le estamos contando una historia que ocurre aquí y ahora".
Todos los autores se reflejan en sus obras, más cuando pretenden hacerlo. Así la directora opina libre y directamente sobre el mundo inmediato que la rodea y de sus emociones personales, tanto propias como de quienes puedan sentirse reflejados en las actitudes de la protagonista, una realizadora de televisión que hace balance de su vida antes de someterse a una delicada intervención quirúrgica. La feminidad, la emancipación de la mujer durante la transición española, su inserción en el mercado laboral, y su repercusión sobre la maternidad, en oposición al papel de la mujer durante el franquismo, son los temas centrales. Estos dos aspectos de la experiencia femenina -maternidad y trabajo- entran en conflicto cuando la protagonista acude al ginecólogo, y éste le anuncia que tiene que interrumpir su embarazo debido a un avanzado estado de tumoración.
La película es un diario íntimo al que el espectador se asoma de sopetón, sin necesidad de conocer los antecedentes de las situaciones que van apareciendo, sin una presentación tradicional que posiblemente sobraría pues la película se abre a la curiosidad del espectador con las elipsis y sobreentendidos que ofrece cualquier persona a la que se acaba de conocer. Con crueldad y ternura se nos lleva de la mano por el túnel de emociones que, con sus puntos de luz y zonas oscuras, ha conformado la vida de una mujer en la cuarentena a la que dentro de tres días intervendrán quirúrgicamente, a vida o muerte, y que trata de cuadrar, en sus quizá últimos contactos con amigos, amantes y parientes, el balance de su existencia entera.
Se trata de una película apasionada en torno al horror, al miedo a la soledad, al desamor, al desengaño, a la soledad, al fracaso, a la vejez, a la muerte, con una inspiración claramente autobiográfica. Andrea está ensayando una obra de Sartre, 'A puerta cerrada', que Adolfo Marsillach representaba en Barcelona cuando Pilar y él se hicieron amigos. Acaba de recibir un premio internacional de televisión, como Miró en Montecarlo. Siendo pareja de un conocido periodista, cree estar embarazada y cuando se dispone a abortar es cuando el médico le descubre un trastorno grave. Gasta el dinero fácilmente y tiene una difícil relación con su madre. En su casa hay una foto de Ramón Miró y un ejemplar de 'Mujercitas' -el libro que marcó su infancia, por su identificación con Jo-. Por la noche, el personaje de Andrea está acabando de montar un documental, que es el que Pilar hizo sobre Ana Belén y Victor Manuel. Luego vuelve a su casa en la calle donde vivía Miró. En el baño escucha el 'Werther' de Alfredo Kraus -su ópera favorita-, la víspera de una operación a corazón abierto, que se encomienda a Gary Cooper, mientras intenta localizar a su amor de hace doce años, por si acaso se muere. Las imágenes finales de las luces y las puertas del pasillo, camino del quirófano, son el recuerdo de su primera operación de corazón en 1975.
Sí, puede que sea una visión personal pero no por ello intransferible. El examen introspectivo de la protagonista constituye un eje fundamental de la narración y denota un contenido altamente reflexivo sobre la identidad femenina. La dimensión estética configura una mirada femenina dentro del cine español de la transición. Así, en la escena en que Andrea se contempla en el espejo, lejos de mostrar un cuerpo erotizado por la mirada masculina tan del momento lo hace desde la posición de una mirada femenina que revela la conciencia de su propia fragilidad física.
Gary Cooper.
En el fondo, la película es un wéstern tradicional en el que la protagonista tiene que enfrentarse a un problema vital que debe resolver en un espacio concreto de tiempo. Y la invocación al héroe que le da título aporta otro paralelismo social y cinematográfico.
Ningún wéstern ha molestado tanto a los amantes del género y, a la vez, ha influido tanto en los que se hicieron a continuación como "Solo ante el peligro" (1952, Fred Zinnemann). La película fue criticada como antiamericana por nada menos que el propio John Wayne, un héroe del género, y, durante su rodaje, el guionista, Carl Foreman, fue llamado a declarar ante el Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso de los Estados Unidos. La película ha sido descrita como, o acusada de ser, un 'antiwéstern', un 'drama social', un 'wéstern psicológico' que pone en cuestión tanto los valores de la comunidad americana (los habitantes del pueblo abandonan al sheriff Kane en su lucha contra unos criminales) como el valor del héroe prototípico del género. El sheriff, declaró en una ocasión Fred Zinnemann, no era intrépido, sino que estaba asustado; no era una figura mítica, era humano.
Cabe pensar, por lo tanto, que la selección de "Solo ante el peligro" como referente de "Gary Cooper, que estás en los cielos" no es una simple conexión con el wéstern como tradición genérica sino la peculiar intervención crítica que sobre esa tradición supone la película de Fred Zinemann: de la misma forma que el sheriff Kane pone en entredicho, o redefine, la heroicidad tradicional del mítico protagonista de las películas del Oeste, la realizadora televisiva Andrea sirve como modelo de una feminidad problemática y transgresora que sirve para desmontar la mitología erótica del cine de destape de la transición. La película de Pilar Miró, como antes había hecho la de Fred Zinemann, juega con las expectativas de la audiencia para poner en cuestión y revisar, actualizar, poner al día, los estereotipos cinematográficos.
Vídeos
Henos ante una exposición crítica de la condición de la mujer profesional que aspira al éxito en un mundo dominado por los valores de una masculinidad patriarcal y condescendiente. No parece casual que la raíz etimológica del nombre de la protagonista, Andrea, sea andrós, el término griego para identificar al hombre en oposición a la mujer.
¿Me podéis decir qué pinta ahí ese espejo?
Cuando el riesgo de no ser respetada por actores o técnicos planea en el ambiente quizá hay que 'pasarse' y ganarse fama de realizadora intransigente en el trabajo, capaz de poner firme a todo el equipo desde el primer momento.
Decía Pilar Miró que de niña solo Gary Cooper era lo suficientemente íntegro para acabar con una sola mirada con el miedo que le producían su padre, las monjas y las amígdalas. Algo que explica perfectamente el título de la película y la fascinación que su protagonista siente por el actor americano.
Historia de nuestro cine - Presentación de "Gary Cooper, que estás en los cielos..."
"¿Quién fue Pilar Miró?" cuenta cómo la realizadora se convirtió en una de las grandes creadoras audiovisuales de España y uno de los personajes más singulares de su tiempo. Explora su perfil como creadora, al tiempo que indaga en las razones que le llevaron a combinar su actividad artística con una amplia vida pública y política. Analiza, también, hasta qué punto ese perfil público y político fue beneficioso o perjudicial para su carrera artística. Entrevistas en prensa y televisión, incluso testimonios autobiográficos nos permitirán conocer a la persona de primera mano. Este documental retrata a la mujer pionera y nos permite también conocer el contexto y la realidad que hace más impresionante y meritorio su recorrido personal. Una visión que se completa con entrevistas entre otros a Ana Belén, Enrique Cerezo, Emma Cohen, Javier Gurruchaga, Joaquín Leguina, Fernando Lara, Fernando Méndez Leite, Aitana Sánchez Gijón, Ángel Sánchez Harguindey, Emma Suarez, Imanol Uribe y Gonzalo Miró, entre otros.
Marisol Carnicero empezó en RTVE como secretaria de producción, script y ayudante de dirección, hasta que se decantó por jefa de producción. Junto al productor Alfredo Matas rodó numerosas películas con Berlanga "La Escopeta Nacional", "Patrimonio Nacional", "La Vaquilla". Con Pilar Miró: "El crimen de Cuenca", "Gary Cooper que estás en los cielos". Con Josefina Molina: "Esquilache". Continua en activo y una de sus últimas producciones ha sido "Maktub" (2011) de Paco Arango. Entrevista publicada el 28/06/2012.