Dirigida por
José Luis Sáenz de HerediaAño
1965Relación con las Telecomunicaciones
Situación: Retrato de la sociedad española de 1965 y un fiel reflejo del panorama televisivo español en aquel momento.Historias de la televisión: No te quieres enterar, la tele es fama y algo más.
Justo diez años después de "Historias de la radio" su director, José Luis Sáenz de Heredia, ante la profusión de antenas de TV que germinaban en los tejados y azoteas, tal y como narra la introducción de la película, puso motor, cámara y acción con la televisión como hilo conductor. En 1965 los tiempos habían cambiado y ya buena parte del territorio podía recibir unas emisiones profesionalizadas cuyos presentadores eran estrellas reconocibles por toda la ciudadanía.Son dos historias de encuentros y desencuentros con, en, acerca de, la televisión aderezadas con tres temas musicales, uno de los cuales, 'Chica yeyé', causó auténtico furor. Por un lado, Felipe, hijo del guarda de un zoológico, es un incansable profesional de todos los concursos televisivos aunque no con mucha fortuna. Por otro, Katy es una chica de Fortuna, provincia de Murcia, que sueña con llegar a ser una cantante famosa y que, tras haber sido seleccionada su canción para un concurso de televisión de ritmos modernos que abre con la carátula de Eurovisión, se encuentra con que en esa competición sólo pueden actuar los cantantes que ya son famosos.
En la película aparecen varios presentadores de TVE haciendo de sí mismos. José Luis Uribarri enfrenta a Tony Leblanch contra José Luis Coll en un concurso en el que han de dispararse respuestas mientras galopan sobre el tiempo que corre. Jesús Álvarez conduce un festival de la canción con la ayuda de Carmina Alonso e Isabel Bauzá, que aparece con el apellido "Bouzas" en los títulos de crédito. Antolín García dirige el concurso "La fama y algo más", demostrando una gran paciencia ante un supuesto mago chino que no da una. El cameo de David Cubedo, informativos, es aún más especial pues se le ve desde un televisor.
La balada pop "Chica yeyé", interpretada por Conchita Velasco, la chica de Fortuna, permaneció veintisiete semanas en las listas de éxitos de 1965, tres de ellas en el número 1. Lo anecdótico es que el tema había sido escrito para Luis Aguilé con el título de "Chico yeyé", había sido lanzado con anterioridad a la película y, además, dado conocer en un programa de TVE. El destino quiso que en un momento del rodaje en el madrileño Palacio de los Deportes, con varios miles de jóvenes como ocasionales espectadores, a raíz de una larga pausa en la filmación el director sugirió a la actriz y al grupo Los Botines (entre los que se encontraban nada menos que dos de los futuros Brincos, Juan Pardo y Manolo González) que interpretaran algo para entretener a los figurantes durante la espera. Así, sin las cámaras en acción, intrepretaron, adaptada para la ocasión, "Chica yeyé", que el grupo había aprendido mientras la cantaba Luis Aguilé, quien hacía un cameo en la película. Y la tuvieron que repetir varias veces pues los extras mutados en público no paraban de aplaudirla. Obviamente, Sáenz de Heredia decidió incluir "Chica yeyé" en el largometraje. Ya de paso, se popularizó el vocablo "yeyé", que si bien nadie sabía su significado se acabó adjudicando a los jóvenes más modernos y atrevidos en sus vestimentas, peinados, actitudes y modos de pensar de entonces.
Cuarenta años antes del estreno de "Historias de la televisión", en 1925, el escocés John L. Baird había logrado construir una cámara que transmitía las imágenes captadas a un pequeño receptor situado en la otra punta de la habitación. Mientras Baird realizaba sus experimentos en el Soho londinense, en Estados Unidos David Zworykin trabajaba en el iconoscopio. El desarrollo de la televisión, a pesar de los progresos efectuados a ambos lados del Atlántico durante los años treinta, sufrió un notable parón por causa de la Segunda Guerra Mundial e incluso se llegó a prohibir la fabricación de receptores domésticos por temor al espionaje. A inicios de los cincuenta, el desarrollo del invento fue asombroso y se extendió a todo el mundo. El salto decisivo tuvo lugar en 1951, cuando se efectuó la primera retransmisión de costa a costa, de Nueva York a San Francisco, en Estados Unidos. Apenas dos años después nacía la Televisión Europea, Eurovisión, que se inauguraba con la retransmisión de la ceremonia de coronación de la reina Isabel II de Inglaterra.
Los orígenes de la televisión en España se remontan a 1932, cuando el ingeniero barcelonés Vicente Guiñau hizo diversas pruebas con un receptor comprado en Inglaterra. La Guerra Civil suspuso un importante frenazo para el desarrollo de la novísima tecnología. En 1948, con motivo de la Feria Internacional de Muestras de Barcelona, el público pudo contemplar el funcionamiento de varios televisores de 567 líneas que transmitían en directo actuaciones filmadas en un plató situado a unos 200 metros de distancia.
Las pruebas para la instalación de un sistema de televisión en España se sucedieron en los años siguientes, escogiendo el sistema europeo de 625 líneas. Ya en 1951 se nombró un cuadro técnico y de programación en el que en poco tiempo figuraban los nombres de Laura Valenzuela, Jesús Álvarez y David Cubedo como locutores.
El 28 de octubre de 1956 se inauguró oficialmente la televisión en España. TVE se estrenó con una misa oficiada en los estudios del Paseo de la Habana, discursos del Ministro de Información y Turismo, Carlos Arias Salgado, y del director de Radiodifusión, Jesús Suevos, y una actuación de la cantante chilena Monna Bell. De los 600 receptores que había en aquel momento -al desorbitante precio de la época situado entre las 24000 y 32000 pesetas-, sólo pudieron ver la inauguración los privilegiados que se encontraban en un radio de 70 kilómetros alrededor de los estudios.
Hasta 1959 la televisión no llegó a Zaragoza y Barcelona. Precisamente el 14 de julio de 1959 se inauguraron los estudios barceloneses de Miramar. Poco a poco fue ampliándose la red televisiva, con repetidores distribuidos por casi toda la península, llegando en 1964 hasta las islas Canarias.
Debido al lento avance de la televisión en España a inicios de los sesenta se crearon los teleclubs para llevarla a lugares de deficitaria economía. Por otra parte las caídas en el 'fluido eléctrico' y los cortes de emisión eran habituales. Muchas veces esas 'caídas' eran muy oportunas, como la sucedida el 21 de marzo de 1964 cuando se 'cortó' la retransmisión del Festival de Eurovisión desde Copenhague en el momento en que 'Los T.N.T' interpretaban "Caracola" y unos espontáneos desplegaban pancartas contra la dictadura franquista.
TVE no tenía que luchar por liderar los índices de audiencia, pero sí se planteaba un incremento de la oferta cultural que se iba a encauzar hacia un segundo canal televisivo: el UHF, iniciales de Ultra High Frequency. Al igual que en la Primera Cadena, las emisiones de UHF, inauguradas en octubre de 1965 se restringieron a una zona geográfica que se fue ampliando en los meses siguientes.
En 1969, con Adolfo Suárez como director general de TVE, se optó por el sistema de color PAL. El festival de Eurovisión se celebró en Madrid y, por fin, desde todos los rincones del país se pudieron seguir los contoneos de Salomé con "Vivo cantando".
Vídeos
1965. Quienes habían logrado tener una antena en condiciones, un televisor a válvulas y sobrevivían a los carteles de 'Rogamos disculpen la interrupción. Permanezcan atentos a sus pantallas' y las socorridas "Manos mágicas", disfrutaban de unas doce horas de variada programación, incluidas las musicales y exasperantes Cartas de Ajuste.
Historias de la televisión, avance televisivo
"Historias de la televisión" es un retrato de la sociedad española de la época y un fiel reflejo del panorama televisivo español en aquel momento. Cuando se estrenó el largometraje, el 3 de mayo de 1965, TVE ya hacía casi un año que se había trasladado a sus estudios en Prado del Rey. Desde hacía meses las emisoras de radio y programas como "Noche de estrellas" no dejaban de incluir la canción "Chica yeyé" en la versión grabada por Conchita Velasco para la banda sonora y la que Luís Aguilé había lanzado al mercado como apoyo a su propia intervención en la película.
The Beatles eran un fenómeno social que viajó hasta Madrid y Barcelona para ofrecer sendas actuaciones los días 2 y 3 de julio de 1965. En Francia Sylvie Vartan y Françoise Hardy se situaban a la cabeza de las vocalistas pop y en España se acuñaba el término yeyé para definir a una discreta modernidad que asimilaba como podía -y le dejaban- ambos fenómenos.