La jungla 2 (Alerta roja)
La jungla 2 (Alerta roja)

Dirigida por

Renny Harlin

Año

1990

Etiquetas

1990 | Aviónica | Radio | Teléfono

Relación con las Telecomunicaciones

Situación: El mensáfono, busca, buscapersonas, localizador, pager o beeper, era un aparato para "estar localizable", un dispositivo que llevaban encima las personas con las que se necesitaba estar en contacto directo por temas importantes.

Situación: La radio ayuda para la aproximación y el aterrizaje, o ILS (Instrumental Landing System).

Situación: Despegue de las llamadas telefónicas tierra-avión.

Situación: El walkie-talkie con scrambling.

La jungla 2 (Alerta roja): la tecnología es maravillosa

Es de nuevo Nochebuena y McClane espera en el Aeropuerto Internacional de Dulles, Washington DC, a que aterrice el avión en el que va su esposa pero también está por llegar el avión que trae al general Ramón Esperanza, dictador de la República de Valverde, para ser juzgado en suelo americano por tráfico de drogas. La inesperada acción de unos terroristas que demandan la libertad del general pone en peligro a todos los aviones que han de aterrizar allí. Los terroristas toman el control técnico del aeropuerto, dejando a los controladores aéreos completamente a su merced y a los aviones completamente ciegos visual y aviónicamente.

Valverde (Val Verde en versión original) es un país ficticio utilizado por los cineastas de Hollywood (en su mayoría por 20th Century Fox) cuando requieren una localización de América del Sur o Centroamérica sin entrar en disputas legales o diplomáticas. El país también ha sido utilizado en las películas Commando (1985, Mark L. Lester) o Depredador (1987, John McTiernan).

El material usado por los terroristas para manipular el tráfico aéreo era equipo real usado en las torres de control de los aeropuertos, aunque simplificado para conseguir un efecto más dramático.

Tal y como se dice en la película en cierto momento, McClane se halla una vez más en el momento justo en el lugar adecuado, desde el punto de vista del espectador, o todo lo contrario si se mira desde el personaje. Un personaje que se come a todo cuanto aparece a su lado. Debido al buen resultado de la primera entrega se intensificaron los chistes hablados cimentados con una violencia más descarnada y bruta, a veces brutal. Sí, muchas de las películas de acción posteriores parecen cuentos de hadas al lado de 'La jungla 2'. Verbigracia: en media, 2 muertos por minuto.

Los terroristas usan un scrambler en sus transmisiones de radio. Los equipos de aficionado no están preparados para comunicaciones encriptadas. Tampoco hay forma de modificar un transmisor analógico para poder encriptar o desencriptar a menos que esté previsto en su diseño. La premisa base de la película es que cerrar las comunicaciones de un aeropuerto dejará indefensas y desinformadas a las aeronaves que lo circundan. No hay que entrar en demasiado detalle en todas y cada una de las posibles licencias, no solo técnicas, de guion porque entonces la nochebuena de John McClane en el aeropuerto no hubiera sido tan, tan de cine. De hecho, 'La jungla 2' superó todas las expectativas; en concreto, casi dobló la recaudación en taquilla de su predecesora.

Bip-bip.

John McClane recorre la terminal del aeropuerto y, mientras esquiva a los que vienen en contra, recibe un mensaje directo en su cinturón. Y es que McClane usa uno de aquellos buscas que localizan a las personas que necesitan estar en contacto directo por temas importantes, sobre todo si se trata de un policía que ha de reconciliarse con su esposa.


El mensáfono era un aparato para "estar localizable". Tuvo infinidad de nombres: busca, buscapersonas, localizador, pager -así bautizó Motorola sus primeros modelos, en la década de 1950- y beeper, llamado así como onomatopeya del sonido de aviso que emitía.

El origen de los buscas puede situarse en el año 1921. Fue el año en que se ideó y construyó un dispositivo que permitía a los miembros del Departamento de Policía de Detroit estar localizables en todo momento. Una placa en Belle Isle Park describe el nuevo avance en tecnología.


En 1949, el beeper nació en la cabeza de Alfred J. Gross, pionero de las telecomunicaciones estadounidense de origen canadiense que en 1938 inventó y patentó el "walkie-talkie". Gross pensó en un sistema para buscar y avisar a personas, concretamente a médicos de guardia. Sin embargo, los doctores de la época protestaron, diciendo que el sonido del aparato podía molestar a sus pacientes o interferir en la concentración de un jugador de golf.

En 1956, la compañía británica Multitone Electronics desarrolló el primer sistema de busca precisamente para los servicios de urgencias del Hospital de Saint Thomas de Londres.

Los buscapersonas fueron evolucionando con el paso del tiempo. Inicialmente sólo transmitían una sencilla notificación y había que llamar a un número concreto para poder obtener más información. Más adelante empezaron a transmitir directamente el número de teléfono de quien nos buscaba y finalmente fueron capaces de transmitir mensajes de texto, similares a los SMS.

El mensáfono llegó a España en la década de los 70. La Costa del Sol, por ejemplo, ya tenía acceso a este servicio en 1973.

En los años dorados del busca en España, entre finales de los 80 y mediados de los 90, el busca se extiende poco a poco. El sistema utilizaba una banda de frecuencias especifica para estos aparatos y era unidireccional.

Para localizar a alguien, se llamaba a un número especial y el servicio transmitía el aviso al dueño del busca mediante ondas de radio. La señal llegaba al aparato y, si estaba encendido, éste emitía un pitido junto con un pequeño mensaje hablado de no más de 15 segundos o un texto sobre una pequeña pantalla de cristal líquido, en sus modelos más avanzados.

La popularización de este aparatito fue tal que en 1989 Telefónica presenta el servicio Mensatel, una nueva versión del servicio de radiobúsqueda, con cobertura nacional y que no necesitaba operadora manual, no había que dictar el mensaje a nadie sino directamente a la máquina. En 1990 se sientan las bases para la introducción del Servicio Paneuropeo de Radio Mensajería Unidireccional (ERMES - European Radio MEssage System), el equivalente al roaming en telefonía móvil.

En los 90, cuando la telefonía móvil era aún mayoritariamente analógica y los teléfonos sólo servían para hablar, los buscas se convirtieron en una especie de precursores de la mensajería SMS. Incluso los últimos modelos, antes de desaparecer este servicio, también permitían enviar mensajes.

En la época en la que era más o menos popular era casi un símbolo de estatus, quien tenía un busca presumía de él. Era común en según qué círculos escuchar frases como: 'Perdona, es que me está sonando el busca'. De hecho, el departamento comercial de Telefónica tenía claro quiénes a priori eran las personas más indicadas para utilizar este servicio.

A partir del año 1992, con los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla en marcha, Telefónica potencia este servicio, todo un símbolo de modernidad que, sin embargo, salía entonces por un ojo de la cara: 3.700 pesetas al mes (equivalente en 2016 a unos 41,6 euros ajustado el valor según la evolución del IPC desde entonces, un 87,8%) con una cuota de conexión que andaba las 25.000 pesetas (unos 235 euros). El salario medio de un trabajador entonces era de 991,40 euros al mes.

Durante los JJOO de Barcelona había cobertura sólo en las zonas olímpicas de la ciudad para telefonía móvil analógica TACS de 900 Megahercios (el sistema GSM se probó de forma precomercial), por lo que la radiobúsqueda era, a menudo, la opción más lógica y asequible para establecer comunicación móvil con alguien.

Cuando el móvil tuvo capacidad para enviar mensajes, hirió de muerte al 'beeper' aún cuando en 1996 la empresa Coca-Cola trató de resucitarlo mediante un acuerdo con Mensatel, la operadora encargada de recibir las llamadas y transmitir los mensajes, y con Motorola, el fabricante de los dispositivos.

El beeper de Coca-Cola contaba con una pantalla LCD que permitía visualizar información en un par de líneas de texto y se conseguía reuniendo puntos "beeps" y fue todo un boom entre la juventud. La llamada para dejar un mensaje costaba aproximadamente 100 pesetas y se convirtió en una forma de tener móvil sin tenerlo. Fue también el principio de su fin.

Los buscapersonas siguieron funcionando unos cuantos años más pero la telefonía móvil acabó con ellos.

Las frecuencias que soportaban el servicio de busca acabaron cerrándose en el año 2012.

Vídeos

‘Die Hard 2’ es el título lógico, coherente y esperado de esta secuela. Pero ya no hay rascacielos así que aquí se suprimió 'de cristal', quedando el título en 'La jungla 2'. El subtítulo promocional, 'Die Harder', aquí se utilizó para hacer referencia al estado de alarma en un aeropuerto cuando se prevé una catástrofe. Con ello, el subtítulo es un aviso a navegantes: un guiño a los controladores aéreos, pues para ellos la expresión "Alerta roja" es una vieja conocida, y un indicador para el espectador que queda avisado de lo que sucede cuando McClane queda confinado por Nochebuena.

La jungla 2 (Alerta roja) - Tráiler

El primer servicio de radiotelefonía aire-tierra del que se tiene constancia en un vuelo programado fue en 1937, en la ruta Chicago-Seattle por Northwestern Airlines. AirFone empezó a funcionar a principios de la década de 1980, era un servicio experimental restringido al pasaje de primera clase. Cuando obtuvo la asignación formal de la FCC (Federal Communications Commission - Comisión Federal de Comunicaciones) en 1990, los teléfonos AirFone se ampliaron gradualmente para incluir una unidad en cada fila de asientos en la clase turista. Así pues, cuando la película se estrenó, las llamadas telefónicas entre tierra y aire no eran posibles tal como se ve en pantalla si bien el servicio entró en vigor unos seis meses después.

Die Hard 2: Die Harder - Trailer

En la realidad han pasado dos años, pero en la ficción la historia transcurre durante la siguiente Nochebuena del incidente en el Nakatomi Plaza (Jungla de cristal, 1988, John McTiernan). John McClane está en el Aeropuerto Internacional Dulles, cerca de Washington D.C. Mientras espera a su esposa Holly que llega de California, una grúa del aeropuerto se lleva el coche de sus suegros y entonces, bip-bip, el busca de McClane le hace entrar en la terminal y buscar un teléfono para llamar a quien le requiere. Así se gesta esta alerta roja.

Clip: El busca

Para que las aeronaves puedan llevar a cabo la ruta programada sin desviaciones y sin que se produzcan incidentes entre ellas, como pérdidas de separación o, en el peor de los casos, colisiones, existen numerosos sistemas que permiten el posicionamiento de una aeronave. Los principales son el VOR (VHF Omni Range), el DME (Distance Measuring Equipement), el GNS (Global Navigator System), el TACAN (TACtical Air Navegation system), y el NDB (Non Directional Bacon). Para la vigilancia y control, se utilizan diversos tipos de radar, entre los que se encuentran el PSR (Primary Surveillance Radar), y el SSR (Secondary Surveillance Radar). Como radio ayuda para la aproximación y el aterrizaje, está el ILS (Instrument Landing System). Aquí, el bueno de JMC (John McClane) intentando aportar información visual a la suministrada por el ILS intervenido por los malos.

Clip: Plane crash

El sistema de aterrizaje por instrumentos ILS, del inglés Instrument Landing System, sirve de ayuda a la aproximación y el aterrizaje. Figura en OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) como normalizado en todo el mundo y permite que un avión sea guiado con precisión durante la aproximación a la pista de aterrizaje y, en algunos casos, a lo largo de la misma. Consiste, básicamente, en dos subsistemas independientes, en los que uno proporciona guía lateral y el otro guía vertical. El equipo en tierra lo forman un grupo de antenas direccionales para la señal del localizador (guía lateral). normalmente situadas a unos 300 metros al final de la pista, y otro grupo de antenas trasmisoras para la senda de planeo o 'glide slope' situadas a un lado de la pista, a la altura de la zona de contacto. Las antenas del localizador trasmiten en una frecuencia comprendida entre 108.1 Mhz y 111.975 Mhz, mientras que la 'senda de planeo' (G/S) lo hace en una frecuencia entre 328.6 Mhz y 335.4 Mhz dando una trayectoria de descenso que suele estar en torno a tres grados. Además, la frecuencia del localizador trasmite en código Morse su identificación para que la tripulación pueda comprobar que han seleccionado la frecuencia correcta y el sistema se encuentra operativo. Simplificando, estos sistemas funcionan emitiendo dos pares de señales, indicando uno de ellos el eje longitudinal de la pista, para indicar que el avión está volando en la dirección adecuada, y el otro,la senda de planeo correcta, para indicar que el avión lleva el ritmo de descenso correcto que lo colocará además en la pista con espacio suficiente para frenar. Felix Piquero comenta: "Para realizar un ILS categoría I no hace falta más que tener en vigor la habilitación de vuelo instrumental. Si lo que se quiere realizar ya es una categoría II o III la tripulación necesita un entrenamiento específico teórico y en simulador. Además el avión también tiene que estar certificado y mantenido especialmente para este tipo de aproximaciones. Y por último el aeropuerto tiene que estar calificado, y además que se encuentre en vigor los Low Visibility Procedures (LVP) para entre otras cosas salvaguardar las áreas sensibles y evitar interferencias en las señales del localizador y senda. La verdad que cuando se hace una aproximación Categoria II y III es bastante impresionante cuando sales de nubes y empiezas a ver la pista debido a lo cerca que te encuentras de ella. Por otro lado desde que tienes contacto visual con la pista hasta que aterrizas apenas pasan 10 segundos. Además lo primero que sueles ver no es la pista, si no las luces de aproximación que hay delante de la pista y es muy importante la posición del asiento en cabina más alto que en una aproximación normal. Solamente no estar bien sentado en la cabina puede ser la diferencia entre ver la pista y tener que frustrar".

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