Relación con las Telecomunicaciones

Situación: La comunicación a muy larga distancia, por partes. Primero cada cual por su lado pero la comunicación está en lo que uno hace y lo que el otro observa. Es cuestión de tiempo que haga su aparición la comunicación digital más básica: ¿me recibís?, sí o no. A continuación, un primario chat a base de codificación ASCII en adversa intemperie que permite llegar al cómodo chat escrito tecleado desde el sillón para, finalmente, comunicar por voz desde cualquier lugar.

Marte: la alegría de recibir "Sí"

Basada en la novela The Martian (El marciano) del escritor Andy Weir, la adaptación cinematográfica son tres películas en una: por un lado el centro de seguimiento de la NASA en la Tierra, luego la nave con la tripulación que abandona Marte y, sobre todo, está la aventura de Watney, una historia de coraje y supervivencia basada en el amor a la ciencia, las patatas y la inquebrantable presencia de ánimo apoyada en el ácido sentido del humor, monólogos en su mayoría tomados directamente del libro, que siembran de sarcasmo y fina ironía la carrera contra reloj para eludir la muerte en un Marte cinematográfico homologado por la NASA en el que todos los elementos se ajustan a la estética de la agencia espacial y llevan su logotipo, conocido como 'Meatball' (albóndiga), aunque con sus comprensibles licencias artísticas, como por ejemplo la fuerte tormenta del principio que obliga a abortar la misión cuando en realidad un fenómeno atmosférico de ese calibre es imposible en un planeta como Marte cuya densidad del aire no llega al 1% de la Tierra (sin tormenta, no hay trama).

Ya decía Nietzsche que «el hombre sufre tan terriblemente en el mundo, que se ha visto obligado a inventar la risa». El botánico Watney aplica la sonrisa: "La comandante Lewis era quien estaba al mando. Yo solo era un miembro de la tripulación. El de menor graduación, de hecho. Solo habría estado 'al mando' de la misión de haber sido el último que quedara. Mira por donde, estoy al mando."

Visualmente espectacular y con una selección de significativas canciones de los años 70 que encajan a la perfección y cuyos títulos ya lo dicen todo, como "Don't leave me this way" (Thelma Houston), "Starman" (David Bowie), "Waterloo" (Abba) o "I will survive" (Gloria Gaynor), Marte se ve como una metáfora de nuestra soledad en el mundo y de nuestra pequeñez en la inmensidad del universo pero, sobre todo, de cómo la vida persevera y siempre encuentra un camino para abrirse paso a través de lo inhóspito, como la pequeña planta que crece en medio del suelo árido. Una metáfora que, también, escenifica lo útil y definitorio que resulta tener a mano una tabla de código ASCII.