Muertos de risa
Muertos de risa

Dirigida por

Álex de la Iglesia

Año

1999

Etiquetas

1970 | 1980 | 1990 | Televisión

Relación con las Telecomunicaciones

Situación: El ciclo de los programas de gran audiencia en televisión: el descubrimiento desde un magacín en directo, el crecimiento vía un concurso para toda la familia, la ruptura con la inercia del pasado con una serie de producción propia y la puesta de largo mundial con una retransmisión deportiva en directo.

Muertos de risa: del humor al odio no hay más que un paso.

Finales de 1999. Durante la grabación de un programa especial de Nochevieja, los populares humoristas televisivos Nino y Bruno deciden saldar sus diferencias pistola en mano. Tras dispararse el uno al otro, quedan heridos de gravedad. Es el momento de recopilar. Nino y Bruno ya venían actuando desde principios de la década de los setenta pero es en 1975, a raíz de su aparición en 'Directísimo', cuando se convirtieron en estrellas a escala nacional. Durante muchos años actuaron en las salas de fiestas más importantes, protagonizaron películas de éxito, presentaron galas, grabaron discos, escribieron libros y prestaron su imagen para todo tipo de productos de consumo masivo. Nino fue abanderado olímpico en Barcelona 1992. Lo que nadie sabía es que desde su primera actuación ante público nunca se soportaron. Sí, fino humor el del destino, el comienzo de su éxito, y de sus desgracias, empezó cuando descubrieron que pegándose en el escenario arrancaban las carcajadas de los espectadores. A partir de ese momento, la cosa empezó a degenerar cada vez más y más hasta que el 23 de febrero de 1981, ¡quieto todo el mundo!, decidieron dejar de trabajar juntos. Pero años después, alguien tuvo la fatídica idea de reunirlos de nuevo en un plató de televisión.

De la España de Nino Bravo, José María Íñigo y el mentalista israelí Uri Geller, la calabaza Ruperta, Verano Azul y Chanquete a la del príncipe Felipe encabezando la delegación de los Juegos Olímpicos de 1992, la película narra a través del tiempo la relación de odio y envidia, paranoico obsesiva, de su pareja de humoristas protagonista. Puede que lo haga de manera grotesca y exagerada pero con grandes dosis de realidad. Y, al verse a través del espejo de la televisión, deviene la visión esperpéntica de la realidad ficticia que se vivió durante la transición.

El director, en una entrevista con motivo del estreno, comentaba: "Era una idea de hace tiempo, pero cuando se me ocurrió el título en un taxi fue cuando vi definitivamente clara la película. No he querido moralizar. La historia debe hablar por sí misma; si existe una moraleja, que no lo sé, entonces debe estar en la propia historia, y no en mi intención previa de moralizar. Los mejores chistes son los que nunca acaban, es peligroso cerrar un chiste. Y a la película le ocurre un poco esto; es mejor que cada uno la termine como quiera. La película no está basada en ninguna historia real pero la realidad siempre supera a la ficción, y tras escribir el guión con Jorge Guerricaechevarría nos enteramos de historias reales de envidias y celos entre parejas de humoristas mucho más increíbles que la nuestra. Creo que incluso nos hemos quedado cortos, porque nos enteramos de cosas que jamás podrían contarse en una pantalla. Esta película, que habla de unos humoristas que no llevan precisamente una vida de rosas, retrata una vida dura, porque creo que la vida, en general, es dura, y no romántica. También creo que la televisión es la plataforma perfecta para los dos personajes. Tengo una relación de amor-odio con la televisión, porque hay muchas cosas que me gustan, aunque se emitan a las tres de la madrugada, junto a otras que no soporto. Pero la televisión me interesaba porque es el medio donde nacen estos personajes que viven la falsa realidad de una fama que se multiplica por 100 de la noche a la mañana".

A propósito de la televisión: Álex de la Iglesia ha reconstruido para esta película la entrevista que José María Íñigo realizó en su programa Directísimo al mentalista israelí Uri Geller. De la Iglesia recuperó a los dos para la reconstrucción de aquel momento de la historia de la televisión en España: "Directísimo era un gran programa donde nadie se reía de los entrevistados y nadie les interrumpía cuando hablaban, como ocurre ahora en algunos programas. Geller, un farsante, pero un farsante extraordinario, porque lo interesante no es que tenga poderes o no, sino que se los hace creer a todo el mundo. La copia original del programa ha desaparecido, y por eso, ahora, lo más cercano a aquella noche que existe es nuestra película".

Álex de la Iglesia es un director que disfruta haciendo cine para que el público disfrute viendo cine. Sus películas son cómics en cinemascope en donde todo es posible si contribuye a la diversión general. No son historias de la Marvel, son viñetas que bien podrían ser de Francisco Ibáñez o de Escobar. Sin embargo, "Muertos de risa" viene a ser una excepción; no porque no se lo haya pasado bien haciéndola sino porque parece buscar que al espectador le quede una mueca, un rictus remedo de sonrisa que recuerda al Joker de Batman, en lo que una voz en off define como "una liberación absoluta de cualquier compromiso ético", declaración ésta que, al sentar las bases antes de que la televisión los catapulte a la estratosfera de la fama, exonera al medio.

Un último apunte sobre la película: por unos segundos, la entrada de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid transmuta en el acceso a los estudios de Prado del Rey de RTVE durante el 23 de febrero de 1981.

Directísimo.

Directísimo fue un programa de TVE, emitido en la temporada 1975-1976. Estaba presentado por José María Íñigo y la realización corría a cargo de Fernando Navarrete. Se emitía los sábados por la noche y desde su emisión, en abril de 1975, ya sentó las bases de lo que sería el programa estrella de la temporada: música, entrevistas, famosos, personajes curiosos y sucesos remarcables. Uri Geller llegaría el 6 de septiembre de 1975 pero el gato al agua se lo llevó Richard Chanfray en el programa del 6 de diciembre de 1975.

Este francés acudió al Estudio 1 de Prado del Rey con una maleta en la que guardaba con celo un crisol en el que había restos de un polvillo que era capaz de transmutar el plomo en oro, es decir, el secreto de la piedra filosofal en vivo y en directo por televisión.

Íñigo, para curarse en salud, se rodeó de cuatro periodistas científicos, dos doctores en ciencias químicas, un par de joyeros y hasta un mago para que certificaran que el proceso era el adecuado y no había chanchullo de por medio.

Chanfray fue también muy escrupuloso y se negó a manipular cualquiera de los elementos necesarios en el proceso químico: tuvo que ser el propio José María Íñigo quien ejerciera de alquimista improvisado, con no pocos problemas.

Los químicos comprobaron que los valores correspondían a los del oro, los joyeros certificaron que no había duda aunque sus caras parecían indicar una mezcla entre estupor e indignación. En todo caso, todos directísimamente estupefactos.

Un, dos, tres... responda otra vez.

El 24 de abril de 1972 se estrenó en TVE 'Un, dos, tres... responda otra vez', un novedoso formato ideado por el realizador Narciso Ibáñez Serrador, 'Chicho'. En aquella época, existían tres tipos de concursos en televisión: los de preguntas y respuestas, los de pruebas y hablidadades físicas y los de carácter psicológico. Chicho, en lugar de apostar por uno de ellos, decidió mezclar todos sus ingredientes en un único espacio. Así nació 'Un, dos, tres...', un concurso con tres apartados bien diferenciados: las preguntas, la eliminatoria y la subasta.

Todo estaba inventado, pero Chicho supo dar el formato y la forma perfectos. Del programa argentino 'Un, dos... Nescafé', del cual había sido realizador, importó la manera de ir respondiendo a las preguntas de manera alternativa en un periodo de tiempo determinado. La subasta también fue un elemento que el realizador tomó del concurso 'Haga negocio con Kiko', la adaptación peruana del formato 'Lets make a deal' que precisamente había presentado Kiko Ledgard.

Para unir ambos apartados se creó la eliminatoria, una fase en el que dos parejas de concursantes debían superar una serie de pruebas para lograr el pase a la final.

El programa fue todo un bombazo y aunque por aquel entonces no había medición de audiencias el concurso fue seguido cada viernes por millones y millones de espectadores. Sólo existía un canal, por lo que toda la familia se reunía frente al televisor para disfrutar de un concurso fresco, novedoso y atractivo.

De hecho, cada programa era diferente al anterior. Cada entrega del 'Un, dos, tres...' tenía una temática diferente, por lo que todo el decorado variaba de una semana a otra. Por si fuera poco, actores y humoristas se alternaban en cada edición para poner el toque de humor al programa.

El concurso tuvo un proceso de evolución contínuo que Narciso Ibañez Serrador fue adaptando a los cambios sociales y culturales del país. En sus 10 temporadas contó con cinco presentadores: Kiko Ledgard (1972-1978), Mayra Gómez Kemp (1982-1988), Jordi Estadella (1991-1993), Miriam Díaz-Aroca (1991-1993), José María Bachs (1993-1994) y Luis Roderas (2004).

Verano azul.

Verano azul fue una serie de Televisión Española dirigida por Antonio Mercero y con música de Carmelo Bernaola. Constó de 19 episodios de aproximadamente una hora de duración cada uno, emitidos en la primera cadena de TVE entre el 11 de octubre de 1981 y el 14 de febrero de 1982, los domingos sobre las 16 horas.

La serie relata las aventuras de varios amigos, niños y adolescentes, y dos adultos en vacaciones de verano en una localidad de la Costa del Sol. En su banda sonora se recuperan canciones como 'No nos moverán' de Joan Baez o 'Amor de verano' del Dúo Dinámico que vuelven a adquirir popularidad entre el público más joven en España.

La serie tuvo un gran éxito el año de su emisión original y desde entonces ha tenido sucesivas reposiciones. Sus situaciones y personajes forman parte de la memoria colectiva de principios de la década de los ochenta.

En España la serie rompió con esquemas heredados de la televisión franquista, tratando abiertamente cuestiones entonces delicadas o novedosas como el divorcio, las libertades, el derecho de protesta, la especulación inmobiliaria, el medio ambiente o los conflictos generacionales, entre otras. Fue criticada por su naturalismo, en especial por el empleo de tacos en los diálogos de los personajes que reflejan el modo de expresión coloquial del momento.

Fue tanta la repercusión de la serie en la España de aquellos años que la muerte de Chanquete, Antonio Ferrandis, el 16 de octubre de 2000, fue portada de los periódicos nacionales, como si de un personaje real se tratase.

Barcelona 1992.

En los Juegos de Barcelona se introdujeron en la producción de televisión dos revolucionarias innovaciones. La primera consistió en la utilización de cámaras CCD. La segunda fue la adopción de magnetoscopios digitales, formato D3 de 1/2 pulgada, para toda la operación.

La tecnología CCD permitió una extraordinaria reducción del tamaño de las cámaras. Esta característica hizo posible que se construyeran varias cámaras robotizadas para aplicaciones especiales que realzaron la cobertura de televisión.

Además de la cobertura normal de los Juegos, muchas competiciones se cubrieron también en televisión de alta definición, utilizando simultáneamente el sistema japonés de 1125 líneas y el europeo de 1250 líneas.

En Barcelona, la señal internacional, además de las imágenes directas, contenía repeticiones de movimiento lento y superlento, cronometraje, nombres de los participantes en la competición, bandera e iniciales de los países, resultados y records olímpicos y mundiales.

La inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 fue un día inolvidable para todos los españoles y, en particular, para la Familia Real. El Príncipe desfilaba como abanderado. Con el sombrero sobre la frente y el orgullo en el rostro, se dirigió al palco donde se encontraban sus padres y hermanas. Unos padres, los Reyes, que no pudieron evitar extender los brazos de alegría al ver pasar a su hijo Felipe.

Vídeos

Santiago Segura comentó sobre las 178 bofetadas que recibió a lo largo del rodaje: "porque Álex, que es un director genial y, por lo tanto, excesivo, no quería una bofetada, sino LA bofetada". El Gran Wyoming apostilló que su papel explotaba su "magnetismo y atractivo físico". De la Iglesia destacó que los dos actores, curtidos en la televisión, habían llevado sus interpretaciones más allá de los pantalones de campana y las patillas con los que estaban caracterizados. Y ya metidos en película, un diálogo ilustrativo, con reflexión final, en la escena en que la excepción hace sonar la flauta: "Normalmente no hacemos caso de las peticiones del público pero creo que esta noche vamos a hacer una excepción. ... Sí había algo de amoral en todo aquello, algo siniestro, pero ¿no es así en todos los placeres de la vida?".

Una liberación absoluta de cualquier compromiso ético

Directísimo, recreado para la ocasión, plató incluido. Y para inmersión total, cortinilla y planos de entrada en blanco y negro. Luego, entre bastidores, el diálogo definitorio: "Acaban de llamarnos del mejor programa de televisión de todos los tiempos. ¿Ha llamado el 1-2-3? ¡Chicho! Chicho personalmente". Y siguen 20 segundos de la historia de la televisión recreados para la ocasión.

¡Psss! ¡Estamos en directo!

Cayetana Guillén Cuervo presenta la película "Muertos de risa". Intervienen en el coloquio el director Alex de la Iglesia y los actores Santiago Segura, José Mota y El Gran Wyoming.

- Versión española - Muertos de risa

Directísimo - Programa completo emitido el 8 de mayo de 1975. Significativa la frase de fin de programa: "Señoras y señores, nosotros finalizamos aquí y ya ven ustedes que esta vez no ha pasado nada".

Directísimo - 08/05/1975 (Programa completo)

Aunque no ha sido posible encontrar un vídeo del momento, en este audio el propio José María Íñigo explica los pormenores de la entrevista-demostración con Richard Chanfray en Directísimo.

No es un día cualquiera - El Conde de Saint Germain

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