Dirigida por
Adam McKayAño
2021Relación con las Telecomunicaciones
Situación: La sobreestimulación mediática y la creciente ola de noticias catastróficas, las noticias falsas y los hechos alternativos, la superficialidad de las redes sociales, cómo los algoritmos y las estadísticas están determinando los comportamientos de la sociedad, la explotación de las tragedias y las crisis y su instrumentalización por parte de políticos y empresas, sobre todo las tecnológicas.Situación: La importancia de los minerales que se usan en la fabricación de móviles y ordenadores.
Situación: La creciente dependencia de los artículos cotidianos de alta tecnología de los recursos minerales raros que plantean nuevas exigencias a la industria minera mundial.
No mires arriba: Podemos llamarlo un suceso potencialmente importante
Una noche cualquiera de un presente posible, Kate Dibiasky, una doctoranda de la Facultad de Astronomía de Míchigan, hace un sorprendente descubrimiento: hay un nuevo cometa moviéndose por el sistema solar. Su profesor, el Dr. Randall Mindy, tiene un poco oxidado el cálculo orbital pero esto no es óbice ni valladar para determinar que la trayectoria del objeto estelar está en curso de colisión directa con la Tierra. A este problema alarmante se le añade un segundo no menos importante: a nadie parece importarle. Resulta que advertir a la humanidad sobre un asesino de planetas del tamaño del Everest es un hecho incómodo de gestionar, o como bien dice la Presidenta de los Estados Unidos: "las fechas es que son inoportunamente atroces". Con sólo seis meses para el impacto, conseguir la atención del público obsesionado con las redes sociales antes de que sea demasiado tarde resulta una tarea sorprendentemente ¿cómica?
McKay quiere concienciar a base de sátira y no está dispuesto a dejarse nada en el tintero, así que sus dardos tienen como diana la insensibilización del público ante la sobreestimulación mediática y la creciente ola de noticias catastróficas, el papel de los medios alimentando la paranoia con desinformación y sensacionalismo y relegando la información importante en favor de la frivolidad y el click fácil, la incompetencia de los gobiernos, la superficialidad de las redes sociales, las noticias falsas y los hechos alternativos, o cómo los algoritmos y las estadísticas están determinando los comportamientos de la sociedad.
Adam McKay: "Sátira es una palabra engañosa porque creo que la gente piensa que una sátira es cuando no te ríes demasiado y el público al que hemos mostrado la película se ríe a carcajadas. Así que defino esto, principalmente, como comedia de cosas absurdas y ridículas. En realidad, hemos intentado hacer una película que permitiera a la gente reír a carcajadas de lo loco que es nuestro mundo. Y creo que es bueno que la gente lo asimile para que vea el conflicto de intereses, el arribismo, la distracción. Con suerte, si se están riendo de eso pueden obtener algo de perspectiva y claridad. Y creo que es importante que recordemos que las noticias no deben ser entretenidas, se suponen que no son una canción o un baile, sino que deben darnos la información que necesitamos para vivir. En Estados Unidos hemos convertido las noticias en programas de entrevistas en los que solo les decimos a las personas lo que quieren escuchar para que se sientan bien. Les vendemos productos. Es absolutamente ridículo. Necesitamos volver a regular las noticias, que vuelvan a ser solo la información que necesitamos escuchar. Creo que debemos dejar de entretenernos con cada aspecto de nuestra vida. Obviamente me encanta entretener y me encantan las películas, me encanta reír. Pero debe haber un espacio en nuestra sociedad que no solo esté inundado de participación en los clics y el entretenimiento. Necesitamos un espacio donde podamos hablar sobre soluciones y tener conversaciones reales".
Aunando la crítica sociopolítica, la comedia del absurdo de buscada brocha gorda y la ciencia ficción del presente inmediato, el guion afilado y lleno de aristas de McKay, basado en una historia firmada por el columnista político y escritor David Sirota, también aborda los efectos secundarios de la fama, el ombliguismo de los mandatarios, la frustración de la comunidad científica que se enfrenta a la fuerza creciente de las teorías conspiranoicas más estúpidas, la brecha generacional, la normalización de los sociópatas y aprovechados en el poder, la misoginia en los medios de comunicación o la explotación de las tragedias y las crisis y su instrumentalización por parte de políticos y empresas (aquí las grandes tecnológicas) que solo buscan beneficiarse.
A propósito de la influencia de las grandes compañías tecnológicas, Adam McKay comenta: "Creo que la gente está empezando a despertar últimamente. Ya no vivimos en un mundo de guerra convencional. Es la guerra de la información, manipulación y persuasión. Y estas empresas son muy buenas en eso. La cantidad de datos que Google o Facebook tienen de nosotros es increíble. Sí, creo que somos bastante ingenuos. Lo estoy diciendo y probablemente sea todavía bastante ingenuo a pesar de que conozca mil maneras en las que crean el comportamiento o influyen en las perspectivas del comportamiento, los puntos de vista. Creo que se convertirá en la característica definitoria de esta época. Al igual que el arco o las armas de fuego han cambiado el poder y la guerra a lo largo de la historia, en esta era todo trata de información, de manipulación de las creencias y los comportamientos de las personas".
Una de las escenas más significativas de la película es la reunión de urgencia en la Casa Blanca en la que el CEO de BASH Móviles, Peter Isherwell, móvil en mano explica porqué la misión gubernamental para destruir el cometa ha sido cancelada a los pocos segundos del despegue.
Presidenta Orlean: Según las lecturas de espectómetro más recientes del cometa Dibiasky, llevadas a cabo por los astrogeólogos de BASH Cellular, henos descubierto algo. Algo realmente milagroso. Peter. ¿Peter?
Peter Isherwell: Oh, gracias Janie. Como todos ustedes sabrán, entre los minerales más valiosos del mundo cada vez figuran más aquellos que se usan para la fabricación de teléfonos móviles y ordenadores: el itrio, el terbio, el osmio, el disprosio, etcétera, etcétera. Y se están agotando. El problema se agrava desde luego porque China tiene su enorme garra de panda firme sobre casi todas las minas que producen estos valiosos y escasos minerales de la Tierra, así que podrán imaginar lo mucho que nos alegramos en BASH cuando nuestros astrogeólogos descubrieron y luego confirmaron que ese comenta que se precipita desde el espacio sideral contiene, de hecho, al menos 32 billones de dólares de estos materiales tan necesarios y decisivos para la tecnología.
Mirando hacia abajo.
En 2019, el Dr. Arjan Dijkstra y el Dr. Colin Wilkins, geólogos de la Facultad de Geografía, Ciencias de la Tierra y Medioambientales de la Universidad de Plymouth (Inglaterra), se plantearon triturar un teléfono móvil entero hasta convertirlo en polvo y realizar un análisis químico de los materiales resultantes para así demostrar por qué deberíamos interesarnos más por lo que contienen los artículos electrónicos de uso cotidiano.
Dr. Dijkstra: "Dependemos cada vez más de nuestros teléfonos móviles, pero ¿cuántos de nosotros pensamos realmente en lo que hay detrás de la pantalla? Cuando miramos, la respuesta suele ser tungsteno y cobalto procedentes de zonas de conflicto en África. También hay elementos raros como el neodimio, el praseodimio, el gadolinio y el disprosio, por no hablar de las cantidades de oro, plata y otros elementos de gran valor. Todos ellos necesitan ser obtenidos mediante la extracción de minerales de alto valor, lo que supone una importante presión para el planeta".
Para llevar a cabo el experimento, los investigadores tomaron el teléfono triturado y lo fundieron a casi 500°C con un potente oxidante, el peróxido de sodio. A continuación, pudieron hacer un análisis detallado de la solución resultante en ácido para determinar su contenido químico preciso.
Los resultados mostraron que el teléfono utilizado en las pruebas contenía 33 g de hierro, 13 g de silicio y 7 g de cromo, así como cantidades menores de otras sustancias abundantes.
Sin embargo, también presentaba una serie de elementos críticos, como 900 mg de tungsteno y 70 mg de cobalto y molibdeno, así como 160 mg de neodimio y 30 mg de praseodimio. Y cada teléfono contenía 90 mg de plata y 36 mg de oro.
Esto significa que, desde el punto de vista de la concentración, un teléfono tiene 100 veces más oro -o 10 veces más tungsteno- que un recurso mineral que los geólogos llamarían "de alta calidad".
También demuestra que para crear un solo teléfono habría que extraer entre 10 y 15 kg de mineral, incluidos 7 kg de mineral de oro de alta calidad, 1 kg de mineral de cobre estándar, 750 g de mineral de tungsteno estándar y 200 g de mineral de níquel estándar.
Mirando hacia arriba.
Entre el conjunto ordenado de elementos químicos de la tabla periódica hay un pequeño grupo que sustenta nuestro sistema económico y tecnológico. Y de ellos, sin duda, el oro se encuentra entre los que han levantado más pasiones y causado más destrucción en la historia reciente de la humanidad. Su búsqueda ha provocado genocidios, movimientos migratorios masivos y su extracción es responsable de uno de los mayores desastres ambientales de la historia.
Pero esto es en la Tierra. En el universo, el oro también es especial ya que se encuentra entre esos elementos químicos que se producen en eventos únicos. El oro, el platino, y más de la mitad de los elementos que constituyen la tabla periódica no se forjan en el núcleo de las estrellas sino en sus envolturas o aledaños a partir de procesos especiales llamados de captura neutrónica. En su formación interviene además la desintegración beta que es responsable del cambio literal de un tipo de partícula subatómica a otro.
En astrofísica, la historia de los elementos comienza en el Big Bang donde se forma todo el hidrógeno del universo (un protón). También tienen su origen en este evento cósmico gran parte del helio (dos protones) y algo del litio (tres protones). Para formar el resto de los elementos químicos se necesitan estrellas y vientos.
En 1957, la astrofísica Margaret Burbidge publicó el trabajo donde se demostraba que los elementos químicos se producen en el interior de las estrellas. La parte quizás menos conocida de esta historia es que sin un fenómeno conocido como vientos estelares no seríamos nada.
El origen de la vida está íntimamente ligado a la historia química de los elementos llamados biogénicos (carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre) que se producen en esos calderos a millones de grados que constituyen el corazón de las estrellas. Estos elementos viajan a la superficie desde sus lugares de nacimiento en el núcleo y desde allí experimentan una compleja historia química. Es en las regiones que rodean las estrellas donde tienen lugar los procesos que hacen que parte del material pase de la fase gaseosa a la fase sólida (polvo) y de un compuesto químico a otro. A partir de ahí, ya sea mediante violentas explosiones de supernovas o mediante los llamados vientos estelares más suaves, el fertilizante para la vida se inyecta en el medio interestelar donde tiene lugar la mezcla del material de ensamblaje del que estamos hechos. Comprender esta historia y su relación con nuestro origen es una de las cuestiones clave de la astrofísica moderna.
Un viento estelar es, en sus efectos, parecido a los vientos en la Tierra (ambos empujan material) aunque en esencia no tienen nada que ver. El viento en la Tierra se produce por diferencias de presión asociadas a la temperatura y la gravedad. En las estrellas, el viento son protones, electrones y átomos de metales más pesados expulsados de su superficie. Y estos vientos los tenemos tenues, densos, explosivos, esféricos, o en forma de churros que escapan solo en una dirección y, como si estuviésemos lanzando un cohete, requieren una cierta velocidad (entre 2 y 10,000 km/s) para escapar de la atracción gravitatoria de la estrella que literalmente se está evaporando.
Estos vientos estelares son impulsados directamente por la presión que los fotones (sin masa) ejercen sobre el material (con masa). Como si estuvieran impulsando un velero, los fotones empujan las partículas más grandes dándoles velocidad.
Los vientos son determinantes en la evolución química del universo, transportando material y mezclándolo. El ciclo de vida estelar está además íntimamente conectado con el viento, ya que es responsable de cómo tendrá lugar su muerte: suave y lenta o explosiva y rápida. El material que se forja en el interior de una estrella se inyecta y se mezcla con el entorno, se hace complejo químicamente. Las cenizas enriquecidas de una generación se incorporan como los componentes básicos de la siguiente. El viento que sopla de las estrellas es tan importante que de esta interacción depende literalmente no solo la vida de la estrella sino también de todo lo que la acompaña, como los planetas y nuestra existencia.
Vídeos
Aunque muchos se la han tomado en serio, la película es una comedia, una fábula construida con humor negro para abordar la situación de la crisis climática y transmitir un aviso a navegantes sobre el negacionismo y la necesidad de escuchar las advertencias de la comunidad científica. Adam McKay aceptó que Amy Mainzer, asesora científica en astronomía, redujera de 32 a 9 kilómetros el tamaño del cometa, para que fuera posible hacer algo contra él, pero McKay no se dejó convencer cuando Mainzer le propuso que tuvieran años de margen para actuar y no solo seis meses ya que en ese caso no se tendría ninguna capacidad de reacción para evitar esa colisión. El director quería que fuera algo urgente, inaplazable, al fin y al cabo se trataba de una ficción.
Jesús Pamplona (DdC): "El guion es previo a la pandemia; nadie lo diría pues el nuevo trabajo de Adam McKay, responsable de otros puñetazos en el plexo solar de la sociedad norteamericana como La gran apuesta (2015), El vicio del poder (2018) o la serie Succession (2018) -McKay es productor ejecutivo de los 29 episodios de la serie y dirigió el primer episodio-, resulta casi clarividente a la hora de retratar la ineficacia, los intereses partidistas y las zancadillas comerciales que se generan en la solución de una crisis internacional, en este caso apocalíptica. No mires arriba no deja títere con cabeza: los medios de comunicación, cantantes y actores, las grandes tecnológicas o los políticos; nadie escapa de los dardos del filme que dibuja con imágenes cuidadas, otras con textura de video de TikTok, noticias, videoclips o anuncios de televisión un ácido mosaico de lo más vanidoso y superficial de la sociedad actual".
Días de Cine - No mires arriba
13 de marzo de 2019. Cada año se fabrican en el mundo 1.400 millones de teléfonos móviles pero ¿de qué están hechos, de dónde proceden esos materiales? Las respuestas a esas preguntas son el objetivo de un proyecto de científicos de la Universidad de Plymouth.¿Qué hay dentro de un smartphone? ¿Qué elementos químicos componen el dispositivo? El proyecto ha sido concebido por el Dr. Arjan Dijkstra y el Dr. Colin Wilkins, geólogos de la Facultad de Geografía, Ciencias de la Tierra y Medioambientales de la Universidad, y su interés inicial se debió a la creciente dependencia de los artículos cotidianos de alta tecnología de los recursos minerales raros que plantean nuevas exigencias a la industria minera mundial. El proyecto consistió en triturar un teléfono móvil entero hasta convertirlo en polvo y realizar un análisis químico de los materiales resultantes para mostrar las cantidades de elementos raros o llamados "conflictivos" que contiene el teléfono. A continuación, los geólogos trabajaron en colaboración con la empresa de animación Real World Visuals, con sede en Devon, para producir un breve vídeo que demuestra la cantidad y variedad de recursos de la Tierra utilizados cada año en la producción mundial de teléfonos móviles.