Relación con las Telecomunicaciones

Situación: Identidad, o la forma que tenemos de probarla, y privacidad son dos conceptos cruciales en la conformación del tejido social que están fuertemente afectados por la evolución de la tecnología.

Situación: El reconocimiento biométrico a través del patrón del iris.

Situación: El programa Aadhaar del gobierno de India de reconocimiento biométrico de iris y huellas dactilares que suministra un número de identificación único de doce dígitos.

Personaje: EINSTEIN, Albert.

Orígenes: Identidad confirmada

Tú, ¿en qué crees?
Soy científico, creo en los datos.
Y, ¿qué investigas?
Biología molecular, siento una especial fascinación por el ojo. Los ojos.
Y, ¿por qué?
El ojo es el punto de conflicto que la gente religiosa utiliza para desacreditar la evolución... lo utilizan como prueba de un creador inteligente. Quiero zanjar la discusión de una vez por todas con... claros y concisos datos.

Este fragmento de diálogo nos abre los ojos a cómo Orígenes se llevó el premio a la mejor película del festival de Sitges 2014.

Su director comenta que la idea le sobrevino cuando 12 años atrás empezó a investigar sobre la biométrica del iris y leyó que todos los ojos son únicos como las huellas dactilares. Añadamos la referencia de Séneca "Los ojos son el reflejo del alma" y el gen inspirador de la historia de Sharbat Gula, la joven afgana que fue portada de National Geographic en 1985 y reencontrada en 2002 gracias a sus espectaculares ojos. Todo ello, presentado con una cámara serena y atenta, a modo de ojo imparcial, da como resultado un fascinante juego de miradas que se cruzan mientras recorren el debate evidente entre ciencia y espíritu.

El director opina que "detrás de cada gran hombre hay una mujer, o dos"; de ahí que nos muestre las dos historias de amor del protagonista que, como el ojo, evolucionan con el tiempo: inicialmente el amor que te arrastra como un huracán haciéndote sentir la calma en su ojo y luego el sólido como una roca que te conquista día a día y que inspirador te guía.

Nota: Hay que quedarse hasta después de los títulos de crédito pues nuestros ojos aún han de ver 30 segundos más.

Sharbat Gula fue fotografiada cuando tenía 12 años por el fotógrafo Steve McCurry, en junio de 1984. Fue en el campamento de refugiados Nasir Bagh de Pakistán durante la guerra contra la invasión soviética. Para realizar la fotografía, McCurry utilizó un carrete Kodachrome 64, una cámara Nikon FM2 y unas lentes Nikkor 105mm Ai-S F2.5. Su foto fue publicada en la portada de National Geographic en junio de 1985 y, debido a su expresivo rostro de ojos verdes, la portada se convirtió en una de las más famosas de la revista. Sin embargo, en aquel entonces nadie sabía el nombre de la chica.

Steve McCurry realizó una búsqueda de la joven que duró 17 años. El fotógrafo realizó numerosos viajes a la zona y, aunque sus pesquisas aldea por aldea habían resultado en vano, McCurry no se rindió hasta que, en enero de 2002, la encontró convertida en una mujer de 30 años y, por fin, pudo saber su nombre. Sharbat Gula vive en una aldea remota de Afganistán, es una mujer tradicional pastún, casada y madre de tres hijos. Ella había regresado a Afganistán en 1992. Nadie la había vuelto a fotografiar hasta que se reencontró con McCurry y no sabía que su cara se había hecho famosa. La identidad de la mujer fue confirmada al 99,9% mediante una tecnología de reconocimiento facial del FBI y la comparación de los iris de ambas fotografías.

Aadhaar.

25 de mayo de 2016. Aadhaar, que significa credencial, el ambicioso programa del gobierno de India de reconocimiento biométrico de iris y huellas dactilares que suministra un número de identificación único de doce dígitos, acaba de cruzar un umbral de vértigo. Han sido cinco años de paciente escaneo de dos mil millones de iris (dos ojos) y diez mil millones de dedos (diez dedos), en centenares de miles de aldeas, pueblos y barrios. Todavía no están todos, pero mil millones de indios cuentan ya con una identificación única de doce cifras, asociada a su nombre, sexo, edad y dirección. Aunque pueda no parecer mucho, para decenas de millones trabajadores pobres y migrantes de un estado a otro, supone salir del limbo. Un éxito numérico que el Banco Mundial sigue de cerca, con la vista puesta en países africanos.

Para el Estado indio supone un esfuerzo racionalizador, ya que hasta ahora el abanico de documentos válidos dejaba a muchos fuera de la red, pese a ser tan amplio: desde permiso de conducir, NIF o pasaporte (menos de un 10% de los indios cuentan con ellos) a las más comunes cartillas de racionamiento o tarjetas electorales o de estudiante. En India no existe ningún documento nacional de identidad obligatorio y el registro no exhaustivo de los nacimientos -sobre todo en el pasado- o la dificultad de acreditar un domicilio propio excluía a muchos de cualquiera de estos documentos y -como un pez que se muerde la cola- también de obtener una cuenta corriente o legalizar el suministro eléctrico.

En varios estados, la emisión de Aadhaar cubre ya a más del 90% de la población y en Delhi supera el 100% del censo, supuestamente por su población flotante. Por otro lado, la combinación de dos procedimientos biométricos es testimonio de la dureza de la vida en esas latitudes, donde muchos campesinos pierden literalmente sus huellas dactilares y donde las cataratas hacen estragos.

Iris. Oh, iris.

La idea de utilizar el patrón del iris para identificar a las personas fue propuesto inicialmente en 1936 por el oftalmólogo Frank Burch. Sin embargo, no fue hasta la década de los 80 cuando empezó a ser conocida dicha idea, en forma de diversas películas de ficción (James Bond, Misión Imposible, etc.). Pero no sería hasta 1987, cuando Leonard Flom y Aran Safir, oftalmólogos americanos, patentaron el concepto de Burch. Su interés en desarrollar el sistema, les empujó a contactar con John G. Daugman, profesor por entonces de la Universidad de Harvard, para que éste desarrollase los algoritmos necesarios para realizar el reconocimiento biométrico a través del patrón del iris. Estos algoritmos, patentados por Daugman en 1994, y publicados en parte en noviembre de 1993 (IEEE Trans. on Pattern Analysis and Machine Intelligence), han sido la base de todos los sistemas de reconocimiento por iris.

El iris es un tejido pigmentado de alta movilidad que se encuentra visible desde el exterior debido a la trasparencia de la córnea, y gracias a ésta, perfectamente protegido de agentes externos. Todo esto confiere al iris las siguientes características, desde el punto de vista de su potencial aplicación a la identificación biométrica:

• Estabilidad frente a cambios originados por accidentes, debido a la protección que le confiere la córnea.
• Fácil mecanismo de detección de "sujeto vivo". Pequeñas variaciones en la iluminación producen alteraciones en la apertura de la pupila. Incluso, con iluminación fija, el iris no se encuentra estático, sino que presenta pequeñas y continuas variaciones en su apertura.
• La imagen y sus datos asociados se pueden capturar de forma no invasiva, al ser visible desde el exterior por la transparencia de la córnea.
• El intento de falsificar el iris de una persona conllevaría operaciones quirúrgicas que podrían dañar muy seriamente la visión.

Todas estas características son, sin duda, muy importantes a la hora de estudiar la viabilidad de esta técnica. Sin embargo falta la característica fundamental: la unicidad. Basándose en diversos estudios recogidos en la publicación de Daugman, en el patrón visual del iris hay más información que identifica unívocamente a una persona que en una huella dactilar. De hecho, los dos ojos de una persona poseen patrones distintos, siendo ésta una característica muy importante que tiene que ser considerada en el sistema al no ser la imagen de los dos ojos intercambiables. Estudios más detallados han llevado a la conclusión de que incluso los hermanos gemelos poseen patrones de iris bien diferenciados. De todo esto se puede concluir que esta técnica presenta una unicidad extremadamente alta, lo que llevaría a unas tasas de falsa aceptación nulas, garantizando, por tanto, su viabilidad para ser utilizada en identificación en entornos de alta seguridad.

Los tres "padres" de esta técnica, Flom, Safir y Daugman, fundaron en 1994 IriScan Corp., empresa que tendría en su poder la patente y que se encargaría de licenciarla a otras compañías, tales como integradores de sistemas y desarrolladores que quisieran explotar productos de reconocimiento basados en iris. A partir de ahí, la evolución ha venido marcada por los progresos de dos empresas, la propia IriScan y uno de sus primeros licenciados, Sensar Corp.

A partir del 2001, IriScan y Sensar deciden fusionarse creando la empresa Iridian Technologies que es la encargada de explotar las patentes.

En 2005, la patente que cubría el concepto básico de reconocimiento de iris expira, proporcionando oportunidades comerciales a otras compañías que han desarrollado sus propios algoritmos.

En 2009, el algoritmo de reconocimiento de iris de IriTech es reconocido como el número 1 en precisión e interoperabilidad en el NIST IREX I (Iris Exchange Project of the National Institute of Standards and Technology). En 2011, IriTech participa en el proyecto UIDAI (Unique Identification Authority of India) del gobierno de India.

Orígenes.

Mike Cahill: "India, a pesar de la distancia y las incontables complicaciones de rodar allí, fue el lugar ideal para resolver la búsqueda de Ian. Elegí grabar en India el tercer acto porque estamos tratando el tema de la ciencia y la espiritualidad. En cuanto a ciencia, hablamos de la naturaleza única de los ojos y los iris; y en cuanto a espiritualidad, hablamos del alma. En India, la transmigración del alma es algo que se da por sentado. Pero, al mismo tiempo, tienen un programa único de identificación para escanear los ojos de todos los habitantes de India. El programa Aadhaar indio es probablemente una de las aplicaciones más ambiciosas de reconocimiento biométrico de iris que se han desarrollado hasta la fecha. El gobierno pretende crear una base de datos de los más de mil millones de habitantes del país; una alucinante y complicada tarea que tiene la intención de mejorar el bienestar social. Cada día escanean los ojos de un millón de personas. En vista de esto, pensé que era el lugar ideal para grabar la última parte de la película".

El rodaje tuvo lugar en Delhi, la capital de India y la segunda ciudad más poblada del mundo. Entre los lugares en los que estuvieron, se incluyen Okhla Mandi, uno de los mercados al aire libre más grandes y antiguos; un centro comunitario construido por ellos mismos; y el Imperial Hotel, una asombrosa reliquia de la era Raj y uno de los hoteles más lujosos de la ciudad.

En 2012, mientras preparaba el guion de la película, Cahill realizó una investigación exhaustiva sobre la autenticación de identidad basada en el iris: leyó cada libro y artículo sobre el tema que pudo encontrar. Y un día, en su búsqueda en Google, descubrió una charla dada en TEDxKC por Jeff Carter, el director de tecnología de EyeLock, empresa con sede en Nueva York especializada en tecnologías biométricas tales como los sistemas de reconocimiento de iris.

La charla captó la atención y desbordó la imaginación de Cahill quien tardó un suspiro en contactar con EyeLock para preguntarles si podía usar su sistema de reconocimiento basado en el iris en la película. Al principio, EyeLock vaciló pues ya habían sido abordados por otras producciones cinematográficas en el pasado y no les gustaba la idea de dejar la presentación de su tecnología al gran público en manos de terceros. Pero cuando se dieron cuenta de que el guion de la película giraba en torno al reconocimiento de iris estuvieron de acuerdo.

Poco después, Carter y su equipo EyeLock invitaron a Cahill y otros miembros de la película a sus oficinas. Cahill recuerda: "Jeff fue muy amable. Nos mostró toda su tecnología. Había leído mucho sobre eso, pero fue la primera oportunidad que tuve para ver en acción el juguete. Vivimos demostraciones. Me acerqué a una puerta, la puerta dijo 'Hola, Mike Cahill' y luego se abrió".

Este sistema hace un cameo en la película: es el control de acceso al laboratorio.

A Cahill le encantó usar tecnología real: "Añade un nivel adicional de autenticidad. Usar tecnología existente permite a la audiencia creer que todo es cierto... En el caso de las narrativas científicas, cuando una audiencia las cree, es más estimulante. Es como si hubiera una conexión especial con nuestro corazón. Y el sentimiento visceral es mucho más fuerte".