Complejo de Comunicaciones del Espacio Profundo de Madrid (MDSCC)
Vídeo publicado el 27 de febrero de 2017.
Un pequeño pueblo serrano situado a 63 kilómetros al noroeste de Madrid, Robledo de Chavela, jugó un papel fundamental para que el 16 de julio de 1969 el hombre pisara la Luna por primera vez. Así lo reconoció el propio Neil Armstrong: "sin las vitales comunicaciones mantenidas entre el Apollo 11 y la estación madrileña, nuestro aterrizaje en la Luna no habría sido posible". En realidad el astronauta norteamericano se refería a dos bases distintas -la de Robledo y la de Fresnedillas de la Oliva, situadas a escasos 25 kilómetros de distancia en aquel año, aunque en la actualidad la segunda ya haya sido desmantelada-, pero eso no resta méritos a la participación española en aquel hito tan relevante de la conquista espacial. El ahora conocido como Madrid Deep Space Communications Complex (Complejo de Comunicaciones del Espacio Profundo de Madrid), fue inaugurado en 1964, y una de sus antenas recibió la primera foto de la Tierra vista desde la Luna el 23 de agosto de 1966 retransmitida desde el Lunar Orbiter.
En aquellos años sesenta la NASA tenía unas connotaciones casi legendarias, de resonancias tecnológicas llegadas desde el otro lado del Atlántico. Las estaciones espaciales en nuestro país eran entes extraños, tan exóticos que incluso inspiraron una divertida película -El astronauta (1970, Javier Aguirre), protagonizada por Toni Leblanc- en la que un grupo de iluminados con poco talento y menos dinero se empeñaban en colocar un cohete español en la Luna. Los tiempos, obviamente, han cambiado mucho y hoy el MDSCC es un centro puntero que pertenece a la red internacional de antenas de radio coordinadas por la NASA, que sirven como apoyo a misiones interplanetarias de naves espaciales, así como a observaciones de astronomía y de radar para la exploración del Sistema Solar y del universo.
Ángel Martín, director de MDSCC, explica que una de las funciones de la estación actualmente es la comunicación con las naves (orbitadores o vehículos de superficie) que están explorando Marte, uno de los planetas que mayor interés despierta en a comunidad científica debido las grandes posibilidades que tiene de convertirse en el próximo que pisen los seres humanos. Las antenas del MDSCC no sirven únicamente para recibir información, añade Martín, también pueden ser utilizadas "como radiotelescopios. Son compartidas para realizar diferentes experimentos de observación de galaxias lejanas, agujeros negros, otros planetas u otras estrellas que sean de interés científico".
Un pequeño pueblo serrano situado a 63 kilómetros al noroeste de Madrid, Robledo de Chavela, jugó un papel fundamental para que el 16 de julio de 1969 el hombre pisara la Luna por primera vez. Así lo reconoció el propio Neil Armstrong: "sin las vitales comunicaciones mantenidas entre el Apollo 11 y la estación madrileña, nuestro aterrizaje en la Luna no habría sido posible". En realidad el astronauta norteamericano se refería a dos bases distintas -la de Robledo y la de Fresnedillas de la Oliva, situadas a escasos 25 kilómetros de distancia en aquel año, aunque en la actualidad la segunda ya haya sido desmantelada-, pero eso no resta méritos a la participación española en aquel hito tan relevante de la conquista espacial. El ahora conocido como Madrid Deep Space Communications Complex (Complejo de Comunicaciones del Espacio Profundo de Madrid), fue inaugurado en 1964, y una de sus antenas recibió la primera foto de la Tierra vista desde la Luna el 23 de agosto de 1966 retransmitida desde el Lunar Orbiter.
En aquellos años sesenta la NASA tenía unas connotaciones casi legendarias, de resonancias tecnológicas llegadas desde el otro lado del Atlántico. Las estaciones espaciales en nuestro país eran entes extraños, tan exóticos que incluso inspiraron una divertida película -El astronauta (1970, Javier Aguirre), protagonizada por Toni Leblanc- en la que un grupo de iluminados con poco talento y menos dinero se empeñaban en colocar un cohete español en la Luna. Los tiempos, obviamente, han cambiado mucho y hoy el MDSCC es un centro puntero que pertenece a la red internacional de antenas de radio coordinadas por la NASA, que sirven como apoyo a misiones interplanetarias de naves espaciales, así como a observaciones de astronomía y de radar para la exploración del Sistema Solar y del universo.
Ángel Martín, director de MDSCC, explica que una de las funciones de la estación actualmente es la comunicación con las naves (orbitadores o vehículos de superficie) que están explorando Marte, uno de los planetas que mayor interés despierta en a comunidad científica debido las grandes posibilidades que tiene de convertirse en el próximo que pisen los seres humanos. Las antenas del MDSCC no sirven únicamente para recibir información, añade Martín, también pueden ser utilizadas "como radiotelescopios. Son compartidas para realizar diferentes experimentos de observación de galaxias lejanas, agujeros negros, otros planetas u otras estrellas que sean de interés científico".
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