10.000 km
10.000 km

Dirigida por

Carlos Marques-Marcet

Año

2014

Etiquetas

2010 | Chat

Relación con las Telecomunicaciones

Situación: El fácil acceso y el liberador uso de las nuevas tecnologías (Skype, Whatsapp, Facebook o Twitter) y la diferencia entre estar delante de alguien o delante de la imagen de alguien.

Situación: Mimetización de las antenas de telecomunicación en el entorno urbano.

10.000 km: tan lejos, tan cerca, tan lejos.

La presión social, el entorno laboral y el liberador, aparentemente, uso de las nuevas tecnologías desembocan en un mundo contemporáneo marcado por un antirromanticismo en el que la imagen de las cosas o personas nos resulta a veces más real, y casi siempre más habitual, que su presencia física.

Alex y Sergi son una pareja de Barcelona en torno a los 30 que está buscando tener un hijo cuando a ella le ofrecen una beca para desarrollar un proyecto de fotografía en la Costa Oeste de Estados Unidos. A partir de ese momento, su relación se desarrollará a través de la pantalla del ordenador, en una rutina -en el sentido aséptico de la palabra- de videollamadas que si bien los acerca, ella está en Los Angeles y él en Barcelona, también pondrá a prueba su unión.

El director y coguionista construye una narración artesanal que nos cuenta la historia de una relación urbana y treintañera amenazada por la distancia, sin pretensiones de filosofar sobre el amor o de retratar a una generación, y en la que todo funciona bien: el ritmo del guión (un drama que sabe introducir el humor), la cuidada realización (desde un brillante plano secuencia inicial de 23 minutos a memorables escenas costumbristas vía pantalla del ordenador), la gran interpretación de los dos únicos actores (miradas, silencios, además de ese reto que es enfrentarse a la imagen del otro personaje y no al personaje), la mínima pero significativa presencia musical (la canción que los unió y a la que se aferran como náufragos a un salvavidas) o la simbólica escena a pantalla partida con la imagen real y la de Street View (la realidad del momento presente contrapuesta a lo que había cuando pasó el coche de Google).

Marques-Marcet comenta: "La distancia, cuando no hay conexión, permite idealizar, o estar más en conexión con la imagen interior que tienes del otro. Cuando tienes a la otra persona delante, esa distancia se hace muy presente y la realidad de la no conexión es mucho más fuerte. El discurso de 10.000 km es también sobre cómo el lenguaje cinematográfico se introduce en nuestras vidas cotidianas. Cuando haces una videollamada estás haciendo de operador de cámara: hay una posición, una puesta en escena, nos convertimos todos en pequeños directores de cine y actores cuando nos ponemos delante de la webcam".

La tecnología marca la trama del film y también la forma de filmar una historia que no tiene personajes secundarios ni escenas de exterior. La química entre la pareja protagonista es algo que salta a la vista desde el brillante plano secuencia de 23 minutos (que salió al cabo de 17 tomas) con el que arranca la película, un primer acto que es puro teatro. El segundo acto, con Alex en L.A. y Sergi en Barcelona, se desarrolla a través de las conversaciones por videochat de la pareja. Para ello se preparon dos sets de rodaje en sendos pisos de Barcelona, uno para cada personaje, y realmente hablaban a través de las pantallas. Esto conllevaba que, en función del plano, el grueso del equipo y el director simultaneasen ambos sets, mientras que en el otro estaba solo uno de los actores con un técnico de sonido y un ayudante de dirección, a lo más.

Pero la tecnología también juega malas pasadas. Por un lado, cuando el rodaje iba sobre ruedas se cortaba la conexión y había que repetir; aunque bien mirado eso también ayudaba a los actores porque condimentaba la frustración de la pareja que no puede estar junta. También ocurría que cuando, por exigencia de guión, se necesitaba que el videochat fuese mal, entonces iba perfecto, por mucho que se alejase el router o todo el mundo del equipo se pusiera a conectarse a la vez. Para los actores era duro, pero una vez acostumbrados también tenía su parte positiva al trabajar solos pues se podían concentrar y encontrar un punto de intimidad que es imposible tener cuando te rodea un equipo de 30 personas. El director utilizaba un videochat paralelo para dar las indicaciones al actor que se encontraba a "10.000 km".

Skype fue fundada en 2003 por el danés Janus Friis y el sueco Niklas Zennström. El desarrollo del software es obra de tres programadores estonios: Ahti Heinla, Priit Kasesalu y Jaan Tallinn, los creadores del Kazaa, algo así como el abuelo de los actuales programas P2P de descarga de archivos. En septiembre de 2005 la empresa fue comprada por eBay por 5900 millones de dólares. Sin embargo, en julio de 2009 los desarrolladores iniciales del sistema demandaron a eBay porque las licencias de Joltid (que provee los códigos que utiliza el núcleo del sistema y que es una subsidiaria de los antiguos dueños) habían caducado y eBay estaba infringiendo sus derechos al seguir usándolas. Finalmente y al no poder reemplazar la tecnología que estaba siendo infringida, eBay vendió el 70 % de su participación de Skype a Silver Lake Partners, un grupo que sí incluye a Joltid. El 10 de mayo de 2011 Microsoft anunció la compra completa de Skype por 8500 millones de dólares. El 6 de julio de 2011, Facebook y Skype anunciaron que los usuarios de ordenador de Facebook podrían realizar videollamadas por Skype con solo instalar el correspondiente complemento en el navegador web. El 7 de noviembre de 2012, Microsoft anunciaba oficialmente la retirada de Windows Live Messenger. Muerto y enterrado el Messenger, Skype se coronaba como el rey del videochat.

Todo, los llantos de alegría, las risas cargadas de lágrimas, los rostros y los cuerpos pixelados, la muerte de las llamadas de larga distancia, todo nació en Tallin, Estonia, en un antaño centro de investigación en cibernética perdido en un diminuto país europeo de un poco más de un millón de habitantes y con vistas al mar Báltico, hace unas décadas considerado el "parque científico" de la Unión Soviética.

Deambular por los pasillos de Skype es como caminar por el apartamento de un treintañero (millonario y obsesionado por la limpieza y el orden). Tuerces a la derecha y hay una mesa de billar y un televisor gigante para jugar a la PlayStation. Avanzas un poco más y te encuentras una sauna. Intentas perderte en la visita guiada y te topas con un perro durmiendo a los pies de un programador con auriculares. Eso sí: en estas oficinas no hay teléfonos fijos, no los necesitan, usan Skype.

Cuando hablas vía Skype con otra persona la información se divide en paquetes que viajan por internet. Pero a veces algunos se pierden en el camino y la imagen se pixela y el audio se distorsiona. El objetivo de sus ingenieros es mejorar la calidad de las videoconferencias, algo que solo pueden hacer con la ayuda de los usuarios. Por eso al final de cada conferencia, el servicio solicita la valoración del usuario: si fue mala, buena o excelente. El problema es que casi nadie se toma el tiempo para calificarla.

El ingeniero y "videoarquitecto" sueco Andrei Jefremov no es famoso pero debería serlo pues en agosto de 2004 empezó a trabajar en la incorporación de vídeo en el software. Por motivos profesionales, él vivía en Londres y su mujer residía en Estocolmo. Ambos estaban en contacto por voz pero Andrei estaba convencido de que sería mucho mejor si se pudieran ver. La primera llamada con vídeo se hizo en junio de 2005 y el lanzamiento público del servicio se hizo en diciembre de ese mismo año.

Desde su irrupción en agosto de 2003 y, sobre todo la inclusión de vídeo en diciembre de 2005, Skype es usado por las abuelas para ver y escuchar por primera vez a sus nietos en el rincón opuesto del mundo, por los soldados para hablar con sus novias y por infinidad de hombres y mujeres que, mañana, tarde y noche, virtualizan sus relaciones, unas menos blancas que otras.

La creciente proliferación de sistemas de antenas para nuevas aplicaciones de tecnologías emergentes parece percibirse por la ciudadanía en general, y en las grandes ciudades en particular, como un deterioro del paisaje urbano, lo que conlleva una cierta repulsa social ante la presencia de los ya existentes y la futura implantación de otros nuevos. Por este motivo el sector de la telefonía móvil en España se encuentra con una dificultad más a la que hacer frente. Esta proliferación ha sido muy rápida, en ocasiones con unos plazos de despliegue que no han permitido una planificación estéticamente óptima para una extensa tipología de estaciones instaladas. Las Administraciones Públicas, conscientes de este problema preparan, o han aprobado en algunos casos, nuevas normativas y ordenanzas al respecto. En dichas ordenanzas se impone la evaluación del impacto visual de las nuevas estaciones base y en muchos casos a la instalación de sistemas mimetizadores (barreras visuales de camuflaje) que oculten total o parcialmente las antenas y sus soportes. Todo ello se presenta como un paso previo a la obtención de Licencia de Obra para la realización de los trabajos pertinentes. Por eso no es de extrañar que el proyecto fotográfico de Alex tenga que ver con la mimetización de antenas en el entorno urbano de Los Angeles.

Vídeos

1 año, dos ordenadores y 10000 km entre los dos. Son las cosas del querer en el arco descendente de una relación urbana y treintañera amenazada por la distancia. Nada más. Conversar, vernos y escucharnos son experiencias fundamentales en nuestras vidas. Y nada menos.

Tráiler de 10.000 km y algunos minutos más

La situación del que está fuera es diferente del que se queda. El que se va está viendo una realidad en la que el otro no forma parte. En cambio el que se queda sigue en la misma realidad del que se ha ido y por ello la ausencia tiene mucha más presencia.

Días de cine - 10.000 km

Cayetana Guillén Cuervo presenta la película "10000 km" y un coloquio sobre la misma, con la intervención del director Carlos Marques-Marcet y de los actores Natalia Tena y David Verdaguer.

Presentación y debate sobre la vida y el amor a distancia

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