Dirigida por
Kathryn BigelowAño
1995Relación con las Telecomunicaciones
Situación: Presenta una sociedad de finales del siglo XX abocada a la cultura del placebo: las nuevas tecnologías y la realidad virtual.Situación: El squid es el nuevo útil que permite escapar de la realidad para adentrarse en el territorio de lo virtual, un premonitorio anticipo de modos de evasión contemporáneos como la multitud de aplicaciones, complementos y accesorios para los dispositivos móviles.
Situación: MiniDisc es el protagonista (había sido lanzado por Sony en Japón en 1992 con la voluntad de reemplazar a las cintas de casete y ofrecer un medio de grabación digital editable).
Situación: Augur del Y2K.
Días extraños: esto es mejor que la televisión; esto es vida, es un fragmento de la vida de alguien
30 de diciembre de 1999. Lenny Nero es un expolicía de la brigada antivicio que sobrevive como camello de la nueva droga de diseño, el squid, que consiste en un casco de realidad virtual y un 'discman' con el que puedes "vivir" los clips, las experiencias registradas por otras personas con el mismo sistema y contenidas en un MiniDisc. Estas experiencias son tan reales que te enganchan. Lenny está en declive y, siempre que puede, se enchufa uno de esos clips para revivir cuando era capaz de sonreír junto a su antigua novia Faith, que ahora está con Philo, un mafioso productor musical, que es el mecenas de Jeriko One, un rapero que representa la revolución social para liberar al ciudadano de a pie de la fuerte represión policial existente. El asesinato de Jeriko One conmociona a la ciudadanía que ve cómo el fin del mundo se acerca, coincidiendo con la llegada del año 2000 (el Y2K). Conforme se acerca el fin de año, Nero se ve cada vez más implicado en el asesinato mientras la ciudad explota ante la asfixiante represión a la que se ve sometida por la policía.La película se convierte en una obra mayor del cine distópico (que alude a un mundo imaginario que no se considera ideal, sino que más bien al contrario se considera indeseable) al identificar las experiencias virtuales como la droga del futuro. Aquí, el squid es el nuevo útil que permite escapar de la realidad para adentrarse en el territorio de la simulación; un premonitorio anticipo de modos de evasión contemporáneos como la multitud de aplicaciones, complementos y accesorios para móviles y tabletas. Así, los "traficantes de imágenes" son los nuevos "camellos", los encargados de proporcionar a la clientela (y, de trasfondo, al público que visiona la película) unas experiencias virtuales transgresoras vinculadas al sexo y la violencia. La película adquiere así tintes metacinematográficos al traspasar la barrera entre espectador y espectáculo, permitiendo que el espectador se convierta en protagonista de un recuerdo ajeno concebido como una ficción, consiguiendo así que el voyerismo se intensifique con el placer de la sustitución. Este proceso se muestra en una serie de escenas, rodadas en plano subjetivo, de abrumadora belleza, que indefectiblemente traen a la memoria las demos de "Proyecto Brainstorm" (1983, Douglas Trumbull). Sin embargo, en 'Días extraños' este placer de sustitución adquiere reminiscencias desmesuradas en la perturbadora escena snuff.
El título, 'Dias extraños', en alusión a la canción de 1967 de The Doors, ya es un aviso de la abrumadora confusión que pesa como una losa sobre sus protagonistas. La violación y la violencia racial son la consecuencia fatal del desborde de un ansia neurótica por el placer, de un hedonismo incapaz de hallar satisfacción. Y son precisamente estos planteamientos los que hacen tan especial esta película pues Bigelow armoniza el delirio propio de un film de David Cronenberg y la acción trepidante de un James Cameron, compatibiliza con naturalidad los ribetes existencialistas del cyberpunk y el desenfreno del 'taquillazo' de calidad, consiguiendo un film bello y extraño enfocado en advertirnos sobre los riesgos de difuminar los límites entre realidad y representación.
La película, producida y coescrita por su exmarido James Cameron, se presentó como una elaborada película de gran público con vocación de convertirse, por su estética grunge, en una referencia del cine apocalíptico del cambio de milenio. Una vez estrenada, la película fracasó en taquilla y recibió críticas desiguales. Sin embargo, con el tiempo, bien puede decirse que cumplió sobradamente su segundo propósito.
SQUID
Los SQUID, acrónimo inglés para Superconducting Quantum Interference Devices (Dispositivos Superconductores de Interferencia Cuántica), se usan para medir campos magnéticos extremadamente pequeños, actualmente son los magnetómetros más sensibles conocidos, y se basan en los lazos superconductores desarrollados con uniones de efecto Josephson continuo.
Los conjuntos de SQUID se utilizan en los laboratorios de investigación médica en todo el mundo, para trazar el mapa de los campos biomagnéticos producidos por los procesos fisiológicos dentro del cuerpo humano.
Desde hace tiempo se sabe que las células y los tejidos generan un campo eléctrico que se puede medir en la superficie de la piel. Pero, las leyes de la física afirman que cualquier corriente eléctrica genera un campo magnético correspondiente en el espacio. Dado que estos campos magnéticos son demasiado pequeños para ser detectados, los científicos asumieron que dichos campos no podían tener una importancia fisiológica.
Esta situación empezó a cambiar en 1963. Gerhard Baule y Richard McFee, del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Universidad de Siracusa, Siracusa NY, detectaron el campo biomagnético proyectado por el corazón humano utilizando dos electroimanes de 2 millones de vueltas de hilo cada uno, conectados a un amplificador de muy alta ganancia.
En 1970 David Cohen del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) en Cambridge, Massachusetts, utilizando el SQUID confirmó los resultados concernientes al corazón. Su obra estableció las bases del magnetocardiograma.
En 1972, tras conseguir mejorar la sensibilidad del SQUID, Cohen pudo extender sus mediciones a los campos producidos por el cerebro pues los campos emitidos por el cerebro son cientos de veces más débiles que los del corazón. El resultado fue el primer registro del campo biomagnético del cerebro. Esto también dio paso a que se iniciara lo que ahora se conoce como magnetoencefalograma, que ofrece más detalles del cerebro que el electroencefalograma y sufre menos distorsión al pasar por los tejidos.
Posteriormente se descubrió que todos los tejidos y órganos producen pulsaciones magnéticas específicas, que son ahora conocidos con el nombre de campos biomagnéticos. Los exámenes tradicionales con el electrocardiograma y electroencefalograma se complementan ahora por el magnetocardiograma y el magnetoencefalograma. Por distintas razones, el estudio del campo magnético alrededor del cuerpo da indicaciones más exactas sobre la fisiología y la patología que el estudio del campo eléctrico.
MiniDisc (1992-2013)
Con la voluntad de reemplazar a las cintas de casete y ofrecer un medio de grabación digital editable, MiniDisc fue lanzado por Sony en Japón en 1992. Los primeros modelos podían contener 80 minutos de música. Un formato HD apareció en 2004 con una capacidad para almacenar 45 horas de música. Su disco óptico de 64 milímetros de diámetro era la mitad más pequeño que un CD. El MiniDisc consiguió su máxima popularidad en Japón y en algunos países asiáticos. Su entrada en Estados Unidos fue eclipsada por el CD, mucho más popular en aquella época. Ya sólo faltaba la llegada de reproductores de MP3 para que las ventas mermaran. Un paisaje que acabó de desolarse con la llegada del iPod en 2001.
En cambio, el MiniDisc fue ampliamente utilizado por músicos y entusiastas de la grabación en vivo, debido a la alta calidad del formato. También fue muy usado por los estudios y emisoras de radio, hasta el año 2010 aproximadamente, cuando fueron sustituidos progresivamente por discos duros como medio de grabación de noticias y almacenamiento de emisiones.
Pese a que los MiniDisc fueron diseñados inicialmente para almacenar audio, Sony anunció en 1993 una nueva versión llamada MD Data destinada al almacenamiento de datos, que nunca tuvo éxito. Era capaz de almacenar hasta 140 MB, pero los tiempos de acceso eran demasiado grandes y la velocidad de escritura baja en comparación con otros medios. El MD Data no se podía utilizar como un MD convencional, y era mucho más caro. En 1997, Sony lanzó el MD-Data2, de 650 MB de capacidad, que fue usado solamente por las vídeocámaras diseñadas para MD. En el año 2004 apareció el Hi-MD, que permitía almacenar hasta 1G de datos o audio.
Y2K
El efecto 2000 es un gazapo, o error de software, que se temía que trascendiese más allá del mundo de la informática y tuviese letales consecuencias. Se basaba en la tesis de que, una vez alcanzado el año 2000, o Y2K, los equipos lo marcarían como año 00 y el mundo informático viviría en 1900.
Todo surgió de una mezcla de imprevisión y falta de recursos: durante las últimas décadas del siglo XX las limitaciones de los equipos con poca memoria y capacidad de almacenamiento, junto con la falta de visión de futuro, hicieron que muchos programadores prefirieran guardar las fechas que indicaban los años con solo dos dígitos en vez de cuatro. Por ejemplo usar 89 para 1989 era cómodo y económico, sobre todo para quienes pensaban que sus sistemas ya no existirían o no se usarían en el año 00 (2000).
Sin embargo, muchos de esos sistemas perduraron más allá de lo previsible, y la industria se enfrentó durante los años previos al 2000 a una revisión generalizada de millones y millones de líneas de código para garantizar que no hubiera una catástrofe de dimensiones mundiales.
Este error afectaría potencialmente a los programas que cuentan el número de años a través de la sustracción de las fechas, que obtendrían una cantidad de años negativa (por ejemplo, si una persona nació en 1977, la edad de esta persona en 2000 sería: 00-77 = -77 años) y a los programas que consideran solo los dos últimos dígitos del año y muestran los dos primeros dígitos del año como 19 (en éstos, el año 2000 se convertiría bien en 1900 o en 19100).
Lo más temido era sin duda un "efecto en cascada" que hiciera que algunos sistemas primarios fallaran, tales como los suministros de energía o de transportes, produciendo a su vez fallos graves en otros sistemas.
Durante la Nochevieja que daba paso al año 2000 todas las grandes empresas tenían a su disposición un equipo de expertos informáticos preparados para un posible colapso en sus equipos y las miradas se fijaron en Nueva Zelanda, Australia y Japón, los países que serían los primeros en recibir el nuevo año y por tanto los conejillos de Indias de las posibles consecuencias del 'efecto 2000'.
Si se consideran tanto los artículos, comentarios y apariciones públicas posteriores al uno de enero del 2000, la primera deducción es que como mínimo la magnitud no era ni mucho menos tan importante como se quiso hacer ver. Lo normal hubiera sido que, delante de unos resultados tan claros a favor del éxito de las innumerables medidas tomadas para paliar el "desastre", aparecieran declaraciones alabando dichas medidas y el trabajo realizado tanto por técnicos, gerentes y políticos. Por el contrario, la casi total inexistencia de éstas, junto con los contados episodios, casi al nivel de meras anécdotas, donde los cambios de dígitos tuvieron alguna que otra incidencia, llevan a plantearse: en realidad, ¿existió el Efecto 2000?
Sí, fueron unos días extraños.
Vídeos
Tras la trama de un thriller futurista y apocalíptico, se revela una crítica a una sociedad de finales del siglo XX de relaciones humanas frías, interesadas y caóticas en medio de la cultura del placebo y las nuevas tecnologías.
'Días extraños' nos muestra un futuro apocalíptico en el que, como ocurre en otras películas cyberpunk, el paisaje urbano parece un auténtico campo de batalla. Los Angeles es una ciudad tensa y violenta, al borde del colapso, una suerte de Babilonia contemporánea, el testimonio hecho jirones de una humanidad en crisis sumida en un caos urbano consecuencia de la suciedad ambiental y moral: "la cuestión, Lenny, no es si estás paranoico, sino si estás lo bastante paranoico".
Por cierto, los recuerdos estaban destinados a desaparecer. Y es así por algo.
Clip: Memories were meant to fade
La ciudad de Los Angeles, protagonista de excepción de estos días extraños plenos de alta tecnología y propensos a la baja vida.
Los Angeles, the City in Cinema: Strange Days
Seis películas en las que el MiniDisc tiene su papel.
02 ene 2011. El mundo se preparó a conciencia para el efecto 2000. En el cambio de siglo había miedo a que todo lo que está controlado por la informática, por chips que no entendían el nuevo año, se viniera abajo. Pero, al final, no pasó nada.