Relación con las Telecomunicaciones

Situación: El poder tras el micrófono.

Situación: La radio como motor de cambio en las relaciones institucionales.

Situación: La BBC y su legado de influencia cultural en todo el imperio de Gran Bretaña.

El discurso del rey: tres parpadeos, una fija y está en el aire

Los grandes discursos han escrito la historia de las naciones y de los grandes movimientos sociales. Churchill, Lincoln, Martin Luther King... todos ellos pusieron voz y palabra a momentos históricos cruciales; y al hacerlo ponían de manifiesto su autoridad como líderes de masas.

Rey: ¡Recto, erguido! Enfréntate al puñetero chisme, míralo directamente, como lo haría cualquier inglés que se precie. Demuéstrale quién manda.
Duque: Papá, yo no ... creo que pueda leerlo.
Rey: Este artefacto diabólico lo cambiará todo si no lo haces. En el pasado un rey debía mostrarse respetable luciendo uniforme y no caerse del caballo. Ahora debemos invadir todos los hogares y congraciarnos con ellos. Esta familia se ha visto reducida a la más baja y plebeya de todas las profesiones. Nos hemos convertido en actores.

Pero no todos los hombres de poder nacen con el don de la palabra, como le ocurrió al príncipe Alberto (Federico Arturo Jorge) de Inglaterra (1895-1952). Cuando su hermano Eduardo abdicó de la corona para casarse con una plebeya norteamericana divorciada dos veces, Bertie -como le llamaban sus amigos- se vio obligado a convertirse en Jorge VI y asumir la responsabilidad sobre un Imperio ya en declive y un país todavía herido por la Primera Guerra Mundial. Con la radio como medio de comunicación principal con sus súbditos, el nuevo monarca se vio en el brete de vencer como fuese la grave tartamudez que le perseguía desde niño.

La suya fue una historia de superación a puerta cerrada que se hizo pública muchos años después, cuando el guionista David Seidler, quien también había sufrido problemas con el habla de pequeño, consiguió llevarla a la pantalla grande con Tom Hooper en la dirección. La factura de Hooper no busca llamar la atención y sin embargo no es convencional. Sus encuadres, la textura de las imágenes, el uso de las lentes, los primeros planos... se aprecian muy personales y realzan y dan lustre a una historia, contenida e inteligente, hilvanada a través de pequeños detalles, silencios, miradas y escenas de memorable emoción que no tendrían la potencia que transmiten si no fuese por las interpretaciones; así que algo también tendrá que ver su dirección de actores.

El discurso del rey es una película que goza de la perfección inglesa y que aún percibiéndose estudiada al milímetro en su guion, interpretaciones y puesta en escena consigue sorprender por la frescura que logra transmitir.

BBC: De British Broadcasting Company (1922-1927) a British Broadcasting Corporation (1927 - *)

La primera emisión pública en vivo de Gran Bretaña se realizó desde un estudio improvisado en la fábrica Wireless Telegraph Company de Marconi en Chelmsford. Fue patrocinada por Lord Northcliffe del Daily Mail y contó con la participación de la famosa soprano australiana Dame Nellie Melba.

Para la ocasión se usó un micrófono creado a partir de un micrófono de teléfono con una bocina hecha a partir de la madeja de una caja de puros.

Nellie abrió su recital a las 19:10 del 15 de junio de 1920 cantando "Home Sweet Home" y después de otros temas populares y varios bises, cerró con el Himno Nacional. Su voz, transportada desde una antena con mástiles altísimos, se oyó desde tan lejos como Irán y Terranova, y se ha sugerido que la señal se recibió con tanta intensidad en la Torre Eiffel de París que se hicieron grabaciones de gramófono.

La presentación de Melba atrajo la imaginación de la gente y marcó un punto de inflexión en la actitud del público británico hacia la radio.

Sin embargo, este entusiasmo público no se compartió en los círculos oficiales que consideraban que tales transmisiones podían interferir importantes comunicaciones militares y civiles. A fines de 1920, la presión de estos círculos y la inquietud entre el personal de la autoridad de licencias, la Oficina General de Correos (GPO), llevó a prohibir las transmisiones desde Chelmsford.

En 1922, la Oficina General de Correos había recibido casi 100 solicitudes de licencias de emisión y a raíz de una petición de 63 sociedades inalámbricas con más de 3.000 miembros se vio obligada levantar la prohibición. Esta vez la estación autorizada estaba en Writtle, cerca de Chelmsford, y era la llamada "Cabaña de difusión de Marconi". La cabaña albergaba la estación 2MT, o 'Two Emma Toc', y emitió todos los martes por la noche desde febrero de 1922 hasta enero de 1923. Estas fueron las primeras emisiones de radio regulares del Reino Unido. El jefe de la emisora era el ingeniero Peter Eckersley, quien entre 1922 y 1929 sería Ingeniero Jefe de la BBC.

Empeñada en evitar la misma expansión caótica experimentada en Estados Unidos, la Oficina General de Correos propuso que se emitiera una única licencia de radiodifusión a una compañía, propiedad de un consorcio de fabricantes líderes de receptores inalámbricos, conocida como British Broadcasting Company Ltd (BBC). La compañía debía ser financiada por una regalía sobre la venta de receptores inalámbricos.

La BBC quedó establecida el 18 de octubre de 1922. La primera emisión se realizó desde Londres el 14 de noviembre de 1922. Y, pocas semanas después, en diciembre de 1922, John Reith, un calvinista escocés, fue nombrado Director General.

Los planteamientos financieros pronto resultaron inadecuados. Las ventas fijadas eran decepcionantes pues los aficionados se construyeron sus propios receptores y los oyentes compraron sistemas rivales sin licencia.

A mediados de 1923, las conversaciones entre el GPO y la BBC estaban estancadas y el Director General de Correos encargó una revisión de la transmisión por parte del Comité Sykes. El Comité recomendó una reorganización a corto plazo de las tarifas de licencia con una aplicación mejorada para abordar la dificultad financiera inmediata de la BBC, y una mayor parte de la división de ingresos de licencia entre ella y el GPO. A esto le seguiría una simple tarifa de licencia de 10 chelines sin regalías una vez que expirara la protección de los fabricantes de dispositivos inalámbricos. El monopolio de transmisión de la BBC se hizo explícito durante la vigencia de su licencia de transmisión, al igual que la prohibición de la publicidad. A la BBC también se le prohibió presentar boletines de noticias antes de las 19:00.

A mediados de 1925, se consideró oportuno que el comité Crawford realizara un estudio. Hasta ese momento la BBC, bajo el liderazgo de Reith, había forjado un consenso a favor de la continuación del servicio de transmisión unificado (monopolio), pero aún se necesitaba más dinero para financiar una rápida expansión. Los fabricantes de dispositivos inalámbricos estaban ansiosos por salir del consorcio de pérdidas mientras que Reith deseaba que la BBC fuera vista como un servicio público en lugar de una empresa comercial.

Las recomendaciones del Comité Crawford se publicaron en marzo de 1926 y mientras el GPO las estudiaba estalló la huelga general de mayo. La huelga interrumpió temporalmente la producción de periódicos y, con la cancelación de las restricciones en los boletines de noticias, la BBC de repente se convirtió en la principal fuente de noticias durante la crisis.

Sin embargo, esto colocó a la BBC en una posición delicada. Por un lado, Reith sabía muy bien que el gobierno podía ejercer su derecho a intervenir la BBC en cualquier momento, pero por otro lado estaba ansioso por mantener la confianza del público actuando, aparentemente, con independencia.

El gobierno estaba dividido en cómo manejar la BBC pero terminó confiando en Reith, y éste caracterizó la cobertura de la huelga general haciendo hincapié en la impresión positiva creada por el equilibrio de las opiniones entre el gobierno y los huelguistas.

La BBC salió bien de la crisis y consolidó una audiencia nacional para sus transmisiones que fue seguida por la aceptación del Gobierno de la recomendación hecha por el Comité Crawford de que la British Broadcasting Company fuera reemplazada por una organización comercial autorizada por la Corona: la British Broadcasting Corporation.

La British Broadcasting Corporation nació el 1 de enero de 1927, y Reith, recientemente nombrado caballero, fue nombrado su primer Director General.

El público de la radio británica tenía pocas opciones, aparte de la programación exclusiva de la BBC. John Reith y la BBC, con el apoyo de la Corona, determinaron las necesidades universales del pueblo de Gran Bretaña y transmitieron contenido de acuerdo con estos estándares percibidos. Reith efectivamente censuró todo lo que sentía que sería perjudicial, directa o indirectamente.

De 1935 a 1939, la BBC también intentó unir las ondas de radio del Imperio Británico, enviando personal a Egipto, Palestina, Terranova, Jamaica, India, Canadá y Sudáfrica. Reith visitó personalmente Sudáfrica, presionando en pro de programas de radio estatales, lo que fue aceptado por el Parlamento sudafricano en 1936. Un programa similar fue adoptado en Canadá. Mediante la colaboración con estos centros de transmisión estatales, Reith dejó un legado de influencia cultural en todo el imperio de Gran Bretaña con su partida de la corporación en 1938.

En estas horas difíciles, tal vez las más fatídicas de nuestra historia, envío a todos los hogares de mi pueblo, tanto en el Reino Unido como en ultramar, este mensaje...

... que pronuncio con emoción y sentimiento para todos vosotros como si fuera capaz de entrar en vuestras casas...

... y hablaros en persona.