Relación con las Telecomunicaciones

Situación: Importancia de la propaganda en tiempo de guerra.

Situación: La cruz del teléfono de campaña, vidas pendiendo de un cable; hilo y vida, objetos de deseo del oscuro francotirador.

Enemigo a las puertas: basta un trozo de cable al aire para que un certero disparo ponga en marcha la ruleta

Septiembre de 1942, Vasili Záitsev es un hombre corriente, un cazador ruso de los Urales que cumple con su obligado deber para con la Madre Rusia y está además dotado con una destreza extraordinaria en el tiro. Danilov, un oficial encargado de la propaganda soviética al que Vasili salva la vida en la Plaza Roja de Stalingrado, se da cuenta del enorme valor de este modesto pastor y lo convierte en un héroe nacional.

Tras una serie de derrotas a manos de los alemanes, la Unión Soviética está al borde del colapso y la pérdida de Stalingrado podría asegurar a los alemanes la victoria final en el Caúcaso. Stalin envía a Nikita Khrushchev para supervisar la defensa de la ciudad. El valiente ejemplo de Vasili, convenientemente realzado por Danilov, anima a las tropas a seguir la lucha contra unas fuerzas abrumadoramente superiores y a resistir al coste de una elevada pérdida de vidas. Sin embargo, Danilov mostrará pronto sus celos del hombre que ha creado cuando ambos se enamoran de Tania Chernova, una intérprete rusa del idioma alemán que voluntariamente ha elegido combatir como soldado. Tania queda atrapada entre los afectos del francotirador y el oficial de propaganda y, sin querer, desata una guerra personal entre ambos por su amor.

Los alemanes se dan cuenta de que mientras Záitsev siga vivo la moral de las tropas rusas no decaerá, por lo que envían a König, un noble alemán director de la escuela de francotiradores en Alemania.

La película es una adaptación de la novela homónima escrita por William Craig, basada en el hecho real del enfrentamiento durante la batalla de Stalingrado de un francotirador ruso y otro alemán si bien se toma muchas libertades con los hechos, sobre todo en los personajes de Danilov y König que difieren de los personajes y hechos reales.

El objetivo del film es describir el papel de la propaganda en ambos bandos durante la Segunda Guerra Mundial, utilizando la imagen del francotirador como una metáfora de la lucha entre ambos ejércitos.

La mística del francotirador.

"Usa cada bala a conciencia, Vasili", le decía de niño su padre cuando cazaban lobos en la taiga. A fe que lo hizo en Stalingrado. "Mataba a cuatro o cinco alemanes todos los días", escribió en sus tremendas memorias el francotirador Vasili Zátsiev (1915-1991), Héroe de la Unión Soviética, uno de los más famosos en su difícil y atroz oficio. Unas memorias que adentran al lector en la contienda particular que ese tipo de soldados libró durante la II Guerra Mundial, una historia de oscuridad y violencia que llevan al corazón más frío y letal de la batalla y permiten asomarse a la personalidad y las tácticas del francotirador, un combatiente tan admirado como temido y denostado y que siempre ha provocado una morbosa fascinación.

Las "Memorias de un francotirador en Stalingrado" (Vasili Záitsev, Editorial Crítica, 2014) se centran en la actividad en Stalingrado, donde su cuenta particular ascendió a 242 militares alemanes, incluidos 11 francotiradores (abatir a los tiradores del otro bando era una de las prioridades de estos combatientes). Parte de lo que cuenta el francotirador, incluido el largo y épico duelo con el experto tirador alemán enviado a cazarlo que es el núcleo del filme, es muy controvertido y está considerado por historiadores como Antony Beevor pura invención. Eso no impide que las memorias, y la película, sean una interesantísima descripción de la salvaje y brutal lucha en Stalingrado.

El grandioso duelo que aparece en "Enemigo a las puertas" ocupa todo un capítulo del libro. El autor explica que un soldado alemán prisionero les reveló que el alto mando, preocupado ante el creciente número de bajas, había enviado "a un tal mayor Konings" (Köenig en otras versiones), "director de la escuela de francotiradores de la Wehrmacht en las afueras de Berlín", con el propósito exclusivo de abatir "al gran conejo ruso" (Zátsiev significa conejo). El 'superfrancotirador' alemán y el ruso juegan una partida mortal. Zátsiev lo caza al final con un par de artimañas.

El historiador Antony Beevor comenta: "Nunca hubo un francotirador alemán llamado mayor Konings. Investigué todos los informes de francotiradores en Stalingrado que existen en los archivos del Ministerio de Defensa en Podolsk (TsAMO) y por tanto puedo decir con toda seguridad que el épico ‘duelo de francotiradores’ entre los ases alemán y ruso nunca ocurrió. Si hubiera tenido lugar habría sido reportado en su momento dado que era exactamente la historia que querían en Moscú para propaganda. Definitivamente, fue inventada después de la batalla".

El teléfono de campaña, en el punto de mira.

Los teléfonos de campaña son teléfonos portátiles de uso militar, diseñados para soportar condiciones de guerra. Pueden alimentarse de su propia batería, desde una central telefónica (a través de una batería central, conocida como BC), o de una fuente de energía externa. Pueden operar entre dos puntos, o a través de una central en un puesto de mando.

Los teléfonos de campaña operan a través de cables, a veces ocupando circuitos civiles cuando están disponibles, pero frecuentemente usando cables tendidos en condiciones de combate. Los cables empleados pueden ir desde el ligero 'cable de asalto', como el W-130, 8,5 kg por km, con un alcance de conversación de unos 8 km, hasta cables más pesados con múltiples pares. El equipo para tender el cable abarcaba desde camiones equipados con arados para enterrar las líneas hasta bobinas en mochilas.

En sus 131 minutos de duración, 'Enemigo a las puertas' dedica tres escenas, en total menos de tres minutos, a triangular la otra cara del teléfono de campaña: basta un trozo de cable al aire para que un certero disparo lo corte, el corte de la comunicación obliga a enviar a alguien arrastrándose para tender un nuevo cable que es blanco del francotirador y, sabiendo que cualquiera que aparezca será blanco, un prisionero enrocado en desconocer la ubicación del francotirador es enviado con el rollo de cable para que el tirador se delate por sí mismo.