Espíritu de conquista
Dirigida por
Fritz LangAño
1941Relación con las Telecomunicaciones
Situación: Tendido de la primera línea telegráfica transcontinental de Estados Unidos.Espíritu de conquista: articulando el espíritu de una conquista
Fritz Lang llegó al mundo del cine sin pretenderlo, casi como por error, como si él mismo fuese uno de los personajes sometidos al azar del devenir que aparecen en sus películas. Su auténtica pasión eran la pintura y la arquitectura, pero terminó dirigiendo tras el éxito cosechado por algunos de sus guiones.
Lang no solo asumió desde un buen principio su ciudadanía americana sino que se sintió tentado por el wéstern pues, según comentó, no había tanta diferencia entre la saga de los nibelungos y las películas del Oeste, ya que en ambos casos se trataba de echar el ancla en las raíces culturales e históricas de una u otra nación. Este interés por el género llegó a oídos de Darryl F. Zanuck, vicepresidente de 20th Century Fox, y le propuso rodar 'La venganza de Frank James' (The Retum of Frank James, 1940) en la que el telégrafo tiene su momento estelar cuando la joven aspirante a periodista y su padre se comunican en una secuencia admirablemente escueta.
Satisfecho del éxito de este wéstern, Zanuck le ofreció a Lang 'Espíritu de conquista', una novela de Zane Grey. El guionista Robert Carson, que consideraba la novela atroz, hizo una adaptación cinematográfica que la dejaba prácticamente irreconocible. A Lang no le gustó el guión que fue reescrito a varias manos. Finalmente Zanuck puso a todos en su sitio ordenando rodar el guión original.
La película deviene un canto épico al esfuerzo de quienes tendieron la primera línea telegráfica transcontinental, la Western Union, si bien se toma todas las libertades del mundo al recrear el episodio, pues, según Lang, durante su construcción no ocurrió nada significativo quitado del derribo de algunos postes por los búfalos y, por otra parte, el responsable de la Western Union era un hombre casado y con siete hijos cuando en la película aparecía soltero.
Así las cosas, 'Espíritu de conquista' hace suyas todas las convenciones del wéstern: el enfrentamiento con los indios, que se resisten a dejar pasar el tendido por sus tierras; el triángulo amoroso entre la hermana del jefe, uno de los ingenieros y el explorador de la expedición, así como la rivalidad entre éste, antiguo forajido en pro de una ya imposible redención, y su ex banda, capitaneada por su propio hermano, que está dispuesta a sabotear la Western Union con argucias tan pintorescas como la de hacerse pasar por indios para robar el ganado, la fuente de sustento de esta ambiciosa conquista.
Tópicos al margen, Lang se documentó a conciencia y realizó un trabajo, dentro del marco presupuestario, realista: las pinturas de guerra de los indios son auténticas, resultado de la colaboración entre el realizador y Kenneth Macgowan, productor en la órbita del estudio, que estudiaron a fondo el folclore indio, y todos los aparatos de telegrafía que aparecen en el film son recreaciones exactas de los de la época. Este esfuerzo por ofrecer un Oeste verosímil se vio recompensado con una carta, que Lang recordaba siempre con orgullo, de un club de veteranos vaqueros de Flagstaff, Arizona, en la que se leía: "Querido Sr. Lang: Hemos visto 'Espíritu de conquista' y esta película describe el Oeste mucho mejor que las mejores películas que se han hecho sobre el Oeste".
Lang despachó esta obra de encargo dejando en ella su huella personal y comentó que se sentía más satisfecho de este su segundo wéstern que del primero. No es para menos: ahí está ese brillante movimiento de cámara que desciende desde lo alto de un poste telegráfico por el cable, muestra una lanza india clavada en el suelo y acaba su panorámica encuadrando a doscientos indios con pinturas de guerra. O ese otro, casi simétrico: la cámara sube nerviosa por el poste hasta descubrir a un empleado muerto, balanceándose sobre el cable con el pecho atravesado por una flecha. O este otro, elegíaco en palabras de Jordi Batlle Caminal: la tumba del ya irredimible explorador, en pleno desierto, con la hilera de postes telegráficos perdiéndo en el horizonte en un melancólico y rojo atardecer.
Nota al margen: Zanuck y la 20th Century Fox, al igual que la mayoría de los grandes estudios, buscaron métodos para intentar detener el avance imparable de la televisión. En este pulso contra la televisión, Zanuck destaca por intentar dar al público una nueva experiencia visual al promover el sistema Cinemascope, siendo su primera producción en este formato 'La túnica sagrada', dirigida por Henry Koster y estrenada en España en diciembre de 1953, pero también por haber sido artífice, en 1946, de una de esas predicciones equivocadas al respecto del medio: "La televisión no será capaz de conseguir ningun mercado después de los primeros seis meses. La gente se cansará rápidamente de ver cada día la misma caja."
Nota al margen: En su artículo "Hollywood, petite île...", publicado en "Cahiers du cinéma", n. 54 (1955), el realizador Max Ophüls, otro desplazado que recorrió el camino Europa-América, cuenta una interesante anécdota acaecida con Lang durante una reunión de la Director's Guild a la que asistieron, entre otros, ambos realizadores: (...) Se llegó al acuerdo de que había que solicitar para los realizadores el derecho de que pudieran sugerirles a los productores un primer montaje de la película. William Wyler era el que presidía esta reunión: "¿Quién está a favor? ¿Y quién está en contra? Los que estén a favor que levanten la mano." Por supuesto que casi todos levantaron la mano y yo también. Yo estaba sentado junto a Fritz Lang, que me pedía: "¡Baje usted la mano, por el amor de Dios!", me susurraba. Yo no le hacía caso, y seguía con mi mano levantada: "!Por favor, baje esa mano!". "¡No pienso bajar la mano!", le contesté yo obcecadamente. Después de la reunión, le pregunté a Fritz Lang el porqué me pedía que bajara la mano tan insistentemente. Me respondió: "¿Pero es que no ha entendido el trasfondo de la frase? En el acuerdo del contrato, se dice que el realizador debe tener el derecho de poder sugerirle al productor un primer montaje. Si ya entramos a votar, da igual si a favor o en contra, estamos admitiendo que el productor puede hacer lo que quiera y tiene la ultima palabra. Estamos admitiendo su poder". (...)
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La dificultad para escapar del pasado, de lo que en un momento se fue y que se quiere borrar. Este es un tema muy enraizado en la cultura americana que tiene que ver con las segundas oportunidades y con el 'estilo de vida americano'. En 'Espíritu de conquista' los acontecimientos surgen tamizados por la mirada de Lang que repentinamente pone en juego el pasado de cuatrero del protagonista, cuyo destino pasa por enfrentarse de nuevo a él si bien el desenlace no es precisamente el esperado en una película al uso.
Un sonido agradable, ¿verdad? Y atraviesa el continente.
¡Es música!
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