Dirigida por
Alfonso CuarónAño
1998Relación con las Telecomunicaciones
Situación: Cableuropa, marzo-septiembre de 1998, de la nada al todo, pasando por el nodo.Grandes esperanzas: el color de las cosas depende del día
El escritor británico Charles Dickens se caracteriza por su manera de plasmar en las letras los conflictos sociales de su tiempo y de paso los rasgos más sobresalientes del espíritu humano: la pasión, la vanidad, la ambición, el egoísmo y, por supuesto, la lealtad y el amor. Grandes esperanzas, publicada como serie, desde el 1 de diciembre de 1860 hasta agosto de 1861 en la revista literaria All the Year Round, alcanzó rápidamente las dimensiones de un clásico y como tal ha suscitado varias adaptaciones al cine.En 1998, el director mexicano Alfonso Cuarón estrenaba la cinta homónima pero trasladando el drama de Dickens al siglo XX y ubicándolo, con toda la parafernalia contemporánea, en Estados Unidos.
La película narra la historia de amor entre un humilde niño de un pueblo de Florida, aprendiz de pintor, y la sofisticada hija de una millonaria excéntrica y amante del bolero. Las clases de baile que la matrona solitaria dicta a los niños en su mansión fantástica sirven de inspiración para el nacimiento de un romance que, con todos los ingredientes de la tragedia, se ve de pronto truncado por el viaje de la joven a Nueva York. Pero la frustración momentánea del tímido galán cobra nueva esperanza cuando el destino le ofrece la oportunidad de exponer sus pinturas en la Gran Manzana. Y, ya en Nueva York, no sólo surge la posibilidad de volver a ver a la fuente de su ideal romántico sino de convertirse en el hombre de éxito que su amada quiere poseer.
El film es fruto de los años de Cuarón como director por encargo. Se había mudado a Nueva York -dice que no soportaba el escándalo de la industria en Los Ángeles- y se dedicaba a leer guiones. Un ejecutivo de un estudio le aconsejó que, si quería trabajar en Hollywood, no debía mencionar lo de ser guionista. Al principio no fue muy difícil. Cuarón se enfocó en perfeccionar otros talentos. Esta película, en sintonía con su título, es prueba de lo rápido que llegó a dominar todos los aspectos de la producción cinematográfica: los platós, el vestuario, la iluminación, el sonido, la coreografía y la planificación de rodaje.
Y sin embargo, la película está en la lista del olvido del propio director. Había aceptado filmar Grandes esperanzas porque necesitaba dinero y le gustó la idea de trabajar con Robert De Niro. No entendía muy bien a Dickens, pero creyó que podía compensarlo con las imágenes. No obstante, mientras filmaba con Emmanuel Lubezki, su director de fotografía, se sintió fastidiado con el proceso de tomar solo decisiones estéticas. Un día, después de haber filmado en Nueva Jersey y mientras observaba el paisaje desde una furgoneta llena de equipo de iluminación con Lubezki, preguntó en voz alta: "¿Para qué estamos estilizando esto?".
Cuando el crítico francés Michel Ciment proyectó una escena de la cinta en Cannes 2017 -un plano secuencia en el que Ethan Hawke busca a Gwyneth Paltrow bajo la lluvia-, la audiencia respondió con gritos y aplausos. Cuarón parecía avergonzado: "El problema no es que esté adaptada a tiempos modernos, el problema es que en realidad no la adapté; la regué".
Aun así, la película es admirada por su estética, su diseño de producción, sus colores y por ser parte de la etapa estilizada de Cuarón.
Valencia, 24 de junio de 1998. "Cableuropa pone en marcha en Valencia el servicio de telefonía fija", era el titular de una noticia publicada en El País que, resumida, decía: La empresa Cableuropa, a través de su operadora Valencia de Cable, puso en marcha ayer los servicios telefónicos de su red de fibra óptica en la capital valenciana, primer cableado alternativo al de Telefónica existente en España. Con la puesta en marcha de la nueva red se rompe un monopolio de 75 años. La nueva red de la compañía valenciana, ganadora del concurso de servicios integrados para la ciudad y primera en instalarse en España, permitirá en un futuro la transmisión de canales de televisión, Internet, servicios de datos o redes corporativas. En el acto inaugural se realizó una serie de demostraciones, entre las que destacaron unas llamadas dirigidas al presidente de la Comunidad Valenciana, el ministro de Fomento y la alcaldesa de la capital.
Unos meses antes, en concreto el 6 de marzo, el equipo de redes de Cableuropa tenía programada una reunión para lanzar el programa de construcción de las redes de banda ancha en las concesiones de cable ya obtenidas.
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Artículo en BIT-210 - CABLEUROPA: historia de unos pocos que hicieron mucho
Ese mismo día, viernes, se estrenaba Grandes esperanzas. Y Finnegan Bell decía: Debe ser que las cosas son, o no son, de cierta manera. El color de un día. Lo que se sentía ser niño. La sensación del mar salado en las piernas quemadas por el sol. El agua a veces es amarilla. A veces es roja. Pero el color que queda en la memoria depende del día. No voy a contar esta historia tal como ocurrió. Voy a contarla tal como yo la recuerdo.
Dicen que las grandes historias ya están escritas, son universales e intemporales, pero todas ellas se pueden volver a crear mil veces. Al fin y al cabo, todas tratan de lo mismo, la vida, pero no todos los creadores la ven de igual manera.
Un día Alfonso Cuarón se despertó con un halo verde que le comía por dentro... era la esperanza. Y se propuso hacerla grande. El color verde denota naturaleza y vida. Alfonso Cuarón explora esta simbología ante lo vital y natural en su filmografía y gracias a la luz y fotografía de Emmanuel 'Chivo' Lubezki logra obras visuales de belleza y calidez automáticas. Este verde perpetuo es la esperanza del ser humano de transformarse y alcanzar sus sueños gracias al hilo conductor del amor.
Hay directores de cine que tienen un rasgo distintivo, tanto en lo temático como en lo formal. Y, en esto último, y en el caso de Alfonso Cuarón, el rasgo está muy claro: lo suyo son esos planos secuencia en los que no se percibe ni un mísero corte, ni un juego de montaje. Y Grandes esperanzas tiene su momento Cuarón, como ha de ser, bajo la lluvia.