La casa eléctrica
La casa eléctrica

Dirigida por

Buster Keaton, Edward F. Cline

Año

1922

Relación con las Telecomunicaciones

Situación: Los primeros pasos de la automatización de una casa, antes de encaminarse hacia la domótica.

La casa eléctrica: la electricidad es fácil

El enorme éxito que las proyecciones cinematográficas obtuvieron durante sus primeros años de existencia no hizo más que aumentar a lo largo de la primera década del siglo XX, llegando a convertirse en un auténtico fenómeno de masas a partir de la 1ª Guerra Mundial. Ya en los años 20, a raíz de la enorme demanda, empezaron a realizarse producciones en serie y con ello, la repetición de ciertos esquemas, tramas y clichés que dieron lugar a los géneros cinematográficos. Uno de los más exitosos fue el cómico, fundamentado en el uso del gag visual y conocido como comedia de porrazos (en inglés, slapstick, nombre que viene de los palos de madera que los payasos de circo hacían sonar para marcar el momento en el que el público debía aplaudir).

Tres son los elementos principales que caracterizan el slapstick. Uno es la violencia física y visual que llena la pantalla de golpes, caídas, rapidísimas persecuciones policiales y un sinfín de peripecias y cabriolas que buscan la hilaridad del público. Otro, la espontaneidad que aporta la improvisación de situaciones. Y por último, la pantomima, que hace de la exageración del gesto su máxima forma de expresión.

Aunque el slapstick no tiene un origen claro, suele tomarse como punto de partida el estreno de "El regador regado" (1895) de los hermanos Lumiére pero realmente fueron otros muchos nombres los que contribuyeron a que el género se hiciese popular en la sociedad de la época: Max Linder (encarnó a un personaje de aspecto distinguido y elegantemente vestido, que se veía atrapado en los más insólitos enredos), Mack Sennett (un cómico sin mucha gracia que hizo historia al colocarse detrás de las cámaras y escribir y producir sus propias películas cómicas, humor simple basado en caídas y tortazos, para Keystone, su propia compañia), Roscoe 'Fatty' Arbuckle (el inventor de las peleas con pastel de nata, comenzó en la Keystone pero tras su enorme popularidad emprendió carrera en solitario), Charles Chaplin (el personaje de Charlot lo convirtió en uno de los iconos universales del siglo XX), Harold Lloyd (alcanzó el éxito masivo encarnando al prototipo de joven americano normal y corriente, sometido a los nuevos peligros de la gran ciudad) o Buster Keaton (capaz de protagonizar las escenas de riesgo más asombrosas sin perturbar el gesto ni la mirada triste, lo que le hizo ser conocido con el apodo de 'Cara de palo'; en España también se le conoció como 'Pamplinas').

A propósito de Keaton, el director Leo McCarey, recalcando el estilo libre y sin freno de los días en los que se hacían las 'slapstick comedies', comentó: "Todos tratábamos de apoderarnos de gags de los otros cómicos pero no tuvimos suerte con Keaton, porque él preparaba los mejores gags para sí mismo y nadie podía robárselos".

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Buster Keaton ha estudiado botánica pero una confusión tras la entrega de diplomas pone en sus manos el título de ingeniero eléctrico y un empujón le sitúa ante un hombre rico que le contrata para que le haga la instalación eléctrica de su mansión aprovechando que él y su familia van a estar fuera por vacaciones. Keaton es hombre de recursos y se reconvierte en electricista especialista en automatización. Cuando el hombre rico y su familia regresan, se encuentran con los innumerables mecanismos automáticos pensados para hacerles la vida más fácil que Keaton les ha preparado durante su ausencia. Sin embargo, el auténtico titulado eléctrico considera la confusión una usurpación y busca en la venganza compensación, para lo que se atrinchera en el cuarto eléctrico y procede a realizar cambios aleatorios en el cableado de la casa.

The electric house

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