Dirigida por
Sue KimAño
2020Relación con las Telecomunicaciones
Situación: El teléfono inalámbrico como efectivo catalizador relacional.Los speedcubers: Eso fue un gran avance, así empezó a abrir su mundo
El documental, corto en metraje, dura unos 40 minutos, se centra en una pareja de competidores profesionales que se enfrentan en el Campeonato Mundial de la Asociación Mundial del Cubo de Rubik en Melbourne, Australia, en 2019.
Feliks Zemdegs es un joven australiano de 23 años que intenta conservar sus récords de cubo de Rubik, especialmente en la prueba 3x3x3, en la que los competidores intentan resolver un cubo de Rubik clásico en el menor tiempo posible. Durante casi una década, Feliks -oriundo de Melbourne- ha venido dominando el deporte sin oposición siendo considerado el rey de los cubos.
Max Park es un hábil estadounidense de 17 años con autismo que, además de practicar el 'speedcubing' por diversión, utiliza este deporte para superar sus dificultades sociales. Aunque al principio Max idolatra a Feliks, con el tiempo se vuelve más hábil y se convierte en un competidor serio.
La rivalidad entre ambos no les impide hacerse amigos y animarse mutuamente. De hecho, Feliks siempre se apresura a felicitar a su amigo, incluso cuando eso significa que sus propios récords han sido superados.
El documental nos abre la ventana al 'speedcubing': los participantes son brillantes, los comentaristas son tan dinámicos como los locutores de otros deportes y los seguidores están totalmente enganchados. Alegra ver a tantos niños y jóvenes entusiasmados con un evento tan poco convencional y reconforta ver a Max y Feliks animarse mutuamente cuando no lo hacen tan bien como esperan.
No es la primera vez que un documental se adentra en el mundo de los aficionados al cubo, con anterioridad lo hicieron Why we cube (2018, Christopher Olson) y Cubers (2008, Richard Leblanc). Sin embargo, 'Los speedcubers' es una historia que llega al corazón, una historia de amistad y superación a partir de un juguete que casi todos hemos tenido en nuestras manos; sin olvidar el significativo detalle del cambio que produce en Max jugar con un teléfono inalámbrico y la repercusión que este cambio acaba teniendo en su familia en particular y en el mundo cubero en general.
Vídeos
Este inspirador cortometraje documental es lo suficientemente conciso, emocionante, estimulante y conmovedor para exaltar las bondades de la competencia así como los valores que están presentes en el deporte y que significan tanto cuando uno es niño: el esfuerzo, la disciplina, la salud, el compañerismo, el éxito, el respeto y la amistad, por mencionar algunos. Y, también, el efectivo catalizador relacional que puede resultar un teléfono inalámbrico.
Miki Park: "Un día estaba hecha polvo. No me mira, no juega conmigo, está en su mundo solo. Así que hice lo mismo que él. Si él se tumbaba, yo me tumbaba. El hacía algo, yo hacía lo mismo. Y no le preguntaba nada. Era mi manera de decirle que estaba ahí y que cuando estuviera listo yo estaría ahí con él. Y entonces un día, estábamos jugando con el teléfono: ¿hola? Y me cogió la mano y luego se quedó mirando a papá con cara de 'papá no estás invitado'. Y bajó la cremallera. Eso fue un gran avance. Así empezó a abrir su mundo".