Los tripulantes del pesquero "Lutèce" que faena en el Mar del Norte van cayendo enfermos uno tras otro y solamente una vacuna, administrada en las siguientes doce horas, podrá salvarlos. Una desesperada llamada de socorro captada por un radioaficionado inicia una cadena de solidaridad: en Togo diagnostican el envenenamiento, en París consiguen la vacuna que es enviada a Berlín y tras pasar al sector ruso, finalmente, un avión danés la lanza en paracaídas. Gracias a la dedicación y esfuerzo de todos, y particularmente a la de los radioaficionados, la tripulación regresará sana y salva. 

La película se basa en la novela "Si tous les gars du monde" de Jacques Rémy, publicada por Robert Laffont en 1956 (tamaño 14x19cm - 213 páginas). El propio Rémy participó en el guión. El poblado de Togo, conformado por 16 casas y unas 60 cabañas, se construyó en los Studios de la Victorine de Niza (con posterioridad, los estudios pasaron a llamarse Studios Riviera) y para simular el tornado que azota el pueblo se utilizaron motores de avión. Las últimas escenas de Berlín se tuvieron que filmar sin autorización expresa pero, haciendo honor al significado del título original, con la abierta colaboración de los sectores occidental y oriental. El tema principal de la película fue interpretado por Les Compagnons de la Chanson pero también fue versionado por Armand Mestral, François Deguelt, Charles Genteis y el Trío Musette. 

El director supo impregnar los diálogos del lenguaje de los radioaficionados lo que supuso un espaldarazo y un reconocimiento social a una afición cuya labor, por ejemplo, ya había sido reflejada en el diario Informaciones de Madrid de 11 mayo de 1956 con la cabecera: "Los radioaficionados son auténticos héroes desconocidos".