Dirigida por
Wally PfisterAño
2014Relación con las Telecomunicaciones
Situación: Aproximación al tema de la Singularidad Tecnológica y Cibernética, aquí llamada Trascendencia.Situación: Vinculación de la tecnología con la ética y la ecología.
Situación: La tecnología no es problema; el miedo a ella, sí.
Situación: ¿Hasta dónde podemos fusionarnos con la tecnología sin dejar de ser personas? ¿Puede ser eso una fuente de problemas, en cuanto a cómo nos definimos y al significado de la identidad?
Transcendence: se odia y se teme lo que no se comprende
El Dr. Will Caster está trabajando en el terreno de la inteligencia artificial. Entre sus colaboradores están su mujer, Evelyn, y su mejor amigo, Max. Sin embargo, Will está en el punto de mira de unos extremistas antitecnológicos que acabarán siendo los catalizadores de su propia trascendencia y de sus derivadas consecuencias.El enfrentamiento entre un grupo de activistas antitecnológicos y un gurú de la era digital sirve de prólogo al gran tema de esta película. Superado el pánico tradicional a la autodeterminación de las inteligencias artifciales, Pfister se interroga sobre la trascendencia digital del cuerpo y narra la evolución de una figura mesiánica, cuya amenaza se expresa en términos de bondad humanista y conciencia medioambiental.
La película no cuajó en taquilla, ni gustó especialmente a los críticos. Quizá porque pisa algún callo oportuno: no es que debamos temer a los ordenadores y a la tecnología porque puedan ser peligrosos, es que ese miedo tiene el potencial de ser más peligroso que todo lo demás. El film ya lo deja claro desde el mensaje que aparece al principio: se odia y se teme lo que no se comprende. Y... nadie entendió Transcendence.
Wally Pfister ha sido llamado, un poco con razón y otro mucho exagerando, el arma secreta de Christopher Nolan. El cine es imagen y Pfister ha sido el director de fotografía de Nolan hasta 'El caballero oscuro: La leyenda renace' (2012, Christopher Nolan).
Pfister tiene ideas concretas, nítidas y hasta esclarecedoras sobre la fotografía en el cine pero, ¿qué pasa cuando tiene que dar ese paso que lo transforma en director y se encuentra entre manos un proyecto de más de cien millones de dólares?: "Pasan cosas extrañas. Es muy difícil hacer una película tan grande. Te das cuenta del talento que hay detrás de cualquier director: hasta el más reprochable de ellos tiene una idea de cine, incluso simple. Y lograr que esa idea aflore manteniendo en control a un centenar de personas es un mérito. Incluso cuando sale mal".
Transcendence es una película que está enamorada del cine, algo que tanto puede ser bueno como malo, y que con sabia modestia combina reflexión y espectáculo. Pfister crea una película que cree en el cine físicamente: está filmada en 35mm, confía en los espacios abiertos y sus texturas, sabe capturar en determinadas miradas de los actores eso que queda borroso en los movimientos panorámicos; y espiritualmente, al enrocarse sobre nuestra dependencia de la vida digital y nuestra tendencia hacia la idea de ser una deidad de la información, a ser posible, de ámbito planetario. El director comenta al respecto: "Puede que su mensaje suene pesado, pero no era la idea: la idea era mostrar un mundo desde la forma de una ciencia ficción seca, que no busca el impacto por la grasa de la imagen sino por su fibra. Por eso, que Depp sea una presencia de audio, al vivir su mente en una computadora en el film y devenir una especie de HAL, me parece un gesto entre bello y fino: hay algo de Oz, hay otro algo del Welles radial; cosas que la inmediatez de algunos temas no deja ver y que definitivamente queríamos estuvieran ahí. Nadie quiere hacer películas ‘inteligentes’: uno quiere hacer películas que cualquiera quiera ver, incluso aunque no gusten, que hablen con este mundo, con el que había hace cien años, con el que habrá. Y eso, te lo puedo asegurar, es algo muy difícil de lograr. Pero lo intenté".
Si bien la trascendencia se queda en la pantalla, la película abre una ventana amplia, cinemascope, a la vinculación de la tecnología con la ética y la ecología. Es como si las teorías de Russell L. Ackoff se hicieran tangibles a través del centro de datos que construyen en mitad de la nada. Luego, el querer ir más allá (la teoría llega al cuarto nivel y el centro de datos está en el quinto) y la contradicción lógica que una persona soslaya de manera casi innata pero que a una máquina conduce al 'error' (aquí resuelto con un diálogo entre Max y Evelyn en nombre del amor: "Me he pasado la vida tratando de reducir el cerebro a una serie de impulsos eléctricos. ¡Cuán equivocado estaba!. La emoción humana puede contener un conflicto ilógico: puede amar a alguien y sin embargo odiar las cosas que hace. La máquina no puede reconciliar eso.") cierra el círculo y se vuelve al comienzo, a esa puerta que se abre al público atrancada con el teclado de un portátil, si bien unas gotas caídas del cielo apuntan hacia un más allá de lo visto.
Russell L. Ackoff fue pionero y promotor del enfoque de sistemas y coautor, en 1972, junto con Frederick E. Emery, de 'On purposeful systems', un libro fundamental para analizar las relaciones entre el pensamiento sistémico y el comportamiento humano, un elemento básico para el estudio de los sistemas con propósitos. He aquí unas muestras:
- Lo espiritual en la perspectiva de los sistemas corresponde a la transformación en unidad de todas las partes para que, por medio de la colaboración, se consiga el propósito del sistema.
- Al efecto de paz y plenitud, de identificación entre las partes y los sistemas entre sí, y además la identificación con un ideal universal de todas las partes y los sistemas le llamamos trascendencia.
- A la capacidad de cada parte y de cada sistema de autorregularse y convertirse en red le llamamos ética. Un sistema de cuarto nivel es una red y está autorregulado (ética), es pleno, altamente productivo y está en paz consigo mismo y los demás, y es responsable socialmente (ecológico) al cuidar tanto de su generación de valor como el impacto en los demás y el medio ambiente.
Vídeos
El Dr. Will Caster es el investigador más importante en el campo de la Inteligencia Artificial, trabajando en la creación de una máquina sensitiva que combine la inteligencia colectiva de todo lo conocido con el rango completo de emociones humanas. Sus experimentos altamente controvertidos le han hecho famoso, pero al mismo tiempo le han convertido en el principal objetivo de extremistas antitecnológicos que, en su intento de destruir a Will, se convertirán inadvertidamente en los catalizadores de su éxito haciéndole partícipe de su propia trascendencia. Para su mujer Evelyn y su mejor amigo Max Waters, ambos compañeros de investigación, la cuestión no es si pueden hacerlo... sino si deben hacerlo. Los peores miedos de Evelyn y Max se hacen realidad cuando la sed de conocimiento de Will evoluciona en una omnipresente búsqueda de poder de consecuencias desconocidas. Lo único que se vuelve terroríficamente incuestionable es que puede no haber modo de detenerle.
Durante 130.000 años nuestra capacidad de razonar se ha mantenido inalterable. La inteligencia combinada de los neurocientíficos, ingenieros, matemáticos y... 'hackers' de este auditorio palidece al compararse con la inteligencia artificial más básica. Una vez activada, una máquina sensible puede superar rápidamente los límites de la biología y en poco tiempo su poder analítico será mayor que la inteligencia colectiva de todas las personas que han pasado por la historia del mundo. Ahora imaginen tal entidad con una gama completa de emociones humanas además de una consciencia propia. Algunos científicos denominan esto 'La Singularidad'. Yo lo llamo 'Trascendencia'.
Son procesadores cuánticos avanzados. No encontrarán una potencia computacional más rápida en el mundo.
Clip: Soy PINN (Procesadores Independientes de Naturaleza Neuronal)
Hace una hora han reivindicado los asesinatos a través de un manifiesto: La inteligencia artifical es una abominación antinatural y una amenaza para la humanidad.
Clip: RIFT (Revolución de la Independencia Frente a la Tecnología)
Lo consiguió, hace seis meses.
¿Qué consiguió exactamente?
En lugar de crear una inteligencia artificial, duplicó una existente.
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El centro está en la planta -5, así podemos controlar la temperatura del laboratorio.
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