Dirigida por
Stanley KubrickAño
1968Relación con las Telecomunicaciones
Situación: Punto de inflexión, paso de ficción a ciencia, al extrapolar áreas de la inteligencia artificial como la visión artificial y la comprensión y generación del lenguaje hablado.
Situación: Aviso a navegantes, al tangibilizar lo cuidadoso que se ha de ser en el área de la inteligencia artificial para minimizar el riesgo de que una contradicción en el conocimiento pueda afectar a la integridad humana; por ejemplo, el tan habitual y cotidiano conflicto entre la verdad y su ocultación.
Personaje: CLARKE, Sir Arthur Charles.
Personaje: HOFF, Ted.
Personaje: MINSKY, Marvin.
2001: una odisea del espacio. Dios mío, ¡está lleno de estrellas!
Introducción: Así habló Arthur C. Clarke (desde el prólogo de la novela).Tras cada hombre viviente se encuentran treinta fantasmas, pues tal es la proporción numérica con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos, aproximadamente cien billones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien billones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que alguna vez ha vivido, luce una estrella en ese Universo. Pero, cada una de esas estrellas es un sol, a menudo mucho más brillante y magnífico que la pequeña y cercana a la que denominamos el Sol. Y muchos -quizá la mayoría- de esos soles lejanos tienen planetas circundándolos. Así, casi con seguridad, hay suelo suficiente en el firmamento para ofrecer a cada miembro de las especies humanas, desde el primer hombre-mono, su propio mundo particular: cielo... o infierno.
Episodio 1: El amanecer del hombre.
La sequía había durado ya diez millones de años y el reinado de los grandes saurios hacía tiempo que había terminado. En el continente que luego sería conocido como África la batalla por la existencia había alcanzado un nuevo clímax de ferocidad sin vencedor a la vista. Los hombres mono se encontraban muy adentrados en el curso de la extinción racial. Entre los de su especie, Moonwatcher era casi un gigante y en sus oscuros y sumisos ojos se percibían los primeros indicios de una inteligencia que posiblemente necesitaría años para realizarse pero que bien podría no tardar en extinguirse para siempre. Moonwatcher y sus compañeros masticaban bayas, frutas y hojas esforzándose en ahuyentar los tormentos del hambre mientras que a su alrededor, compitiendo por el mismo pasto, había miles de toneladas de suculenta carne errando por la sabana. Una fuente de comida que no solo estaba más allá de su alcance sino también de su imaginación: estando en medio de la abundancia estaban pereciendo de inanición. Un amanecer, Moonwatcher oyó lo que para nosotros vendría a ser el rechinar del metal sobre piedra. Lunas más tarde, ante el esqueleto de un tapir muerto, sintió una voz en su interior que le decía: ¿porqué no usas el hueso?. Fue como si una extraña luz le estuviera guiando hacia un futuro tan desconocido como las estrellas.
Episodio 2: TMA-1 (Anomalía Magnética de Tycho número 1).
Cuatro millones de años de evolución han capacitado tecnológicamente al hombre para lanzarse a la aventura del espacio, crear inmensas estaciones orbitales alrededor de nuestro planeta y bases permanentes en la Luna, donde, un día, un equipo de astronautas descubre un misterioso monolito. Una extraña losa vertical que promoverá la misión secreta de la nave Descubrimiento (Discovery) a Júpiter, en pos de la señal radioeléctrica hacia allí enviada por el místico monolito al ser desenterrado.
Episodio 3: Misión a Júpiter.
La tranquila travesía se convierte en odisea espacial cuando, a los dieciocho meses de la partida, el computador HAL desarrolla lo que podría ser calificado, en términos humanos, como una psicosis... específicamente, una esquizofrenia, inducida por tres directrices aparentemente inocentes, que despierta los recelos de los astronautas Poole y Bowman y les lleva, a escondidas, a planear la desconexión de las funciones intelectivas de HAL. Sin embargo, HAL es más astuto de lo que suponen y, en el fondo de su programación, encuentra la solución al dilema que le come tiempo y recursos: la tripulación es prescindible.
Episodio 4: Júpiter y más allá del infinito.
La lucha a vida o muerte que se desencadena entre HAL y Bowman acaba con el computador reducido a mero controlador de los sistemas de la nave y el astronauta ante el gran centinela que orbita sobre Júpiter. Cuando Bowman intenta aterrizar con la cápsula en el ingente monolito, la puerta de las estrellas se abre para cerrarse una vez traspasada. En un lapso de tiempo demasiado breve para ser medido, el espacio gira y se tuerce sobre sí mismo, Bowman es analizado, evaluado y, finalmente, aceptado. Tras la muerte de su vertiente física renace erigido en criatura estelar destinada a viajar eternamente por todos los ámbitos del universo.
Epílogo: Más allá de las estrelllas
Bowman volvía a estar en el espacio que los hombres llaman real. Ante él, como un esplendente juguete que ningún hijo de las estrellas podría resistir, flotaba el planeta Tierra con todos sus pueblos. Mil kilómetros más abajo se había despertado un soñoliento cargamento de muerte que estaba moviéndose en su órbita. Las débiles energías que contenía no eran amenaza para él pero prefería un firmamento más despejado. Puso a contribución su voluntad y los megatones en traslación florecieron en una silenciosa detonación. Luego esperó, poniendo en orden sus pensamientos pues no estaba muy seguro de qué hacer a continuación. Más ya pensaría en algo.
El centinela.
Arthur C. Clarke, (Minehead, 1917 - Colombo, 2008), fue instructor de radar en la aviación británica durante la II Guerra Mundial. Como oficial de la RAF tuvo a su cargo el primer equipo de radar talk-down durante las pruebas experimentales. 'Glide path', publicada en 1963, está basada en sus experiencias con el equipo de radar de aproximación de precisión y en ella ofrece una versión ficticia del desarrollo del aterrizaje controlado por radar desde tierra (GCA) e incluye un personaje inspirado en Luis Walter Álvarez, desarrollador del sistema.
En 1945 publicó el artículo técnico 'Extra-terrestrial relays' que establecía los principios de la comunicación vía satélite en órbita geoestacionaria. Su estudio le valió numerosos honores, tales como la Beca Internacional Marconi 1982, una medalla de oro del Franklin Institute o la Cátedra Vikram Sarabhai del Physical Research Laboratory. Hoy en día, la órbita geoestacionaria a 42.000 kilómetros es denominada "La órbita Clarke" por la Unión Astronómica Internacional.
A partir de ese artículo técnico, su interés por la ciencia se dispara y comienza a publicar relatos de ciencia ficción que están sólidamente construidos, giran usualmente sobre un único tema científico y terminan, frecuentemente, con una solución sorprendente.
En el cuento "The guardian angel", (1950), narra la llegada de visitantes extraterrestres -siempre más inteligentes que nosotros- para auxiliarnos en nuestro desarrollo, sugiriendo que su tutela sería siempre más provechosa que la mera 'evolución natural'.
En 1953 publica la colección de relatos "Expedición a la Tierra", entre los que se encuentra "The sentinel" (El centinela). El tema del encuentro con unos seres superiores y su influencia en nuestro proceso evolutivo se plasmaron en el relato "Encounter in the dawn", (1953), que narra el contacto entre una civilización extraterrestre muy desarrollada y otra, la nuestra, en los albores de su camino intelectivo.
En 1962 publica "Perfiles del futuro", libro en el que echa una mirada a las posibles formas del mundo de mañana.
Otro tema que le preocupa enormemente es el futuro de la estirpe humana. Para Clarke está claro que una humanidad altamente tecnificada no será mejor que la actual si en aquella no se produce también un desarrollo filosófico, moral y espiritual. De ahí la intuición, desarrollada en "The nine billion names of God", (1967), de que la ciencia no es más que un instrumento para el desarrollo humano y que debe haber -por encima de ella- una inteligencia superior en un plano absolutamente espiritual.
El espacio.
Stanley Kubrick, (New York City, 1928 - Harpenden, 1999), sintonizó con la visión filosófico-futurista de Clarke y con los temas planteados en sus relatos. Además, hacía tiempo que le rondaba por la cabeza la idea de hacer una película de ciencia ficción que plasmara en imágenes la relación entre el hombre y una inteligencia más desarrollada. Cuando leyó "The sentinel" (El centinela), a principios de los sesenta, se sintió inmediatamente atraído por el relato y empezó a pensar en cómo llevar ese cuento a la gran pantalla.
Recién estrenada "¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú", (1964), inició los trámites para adquirir los derechos sobre el cuento. Convenció a la Metro Goldwyn Mayer para que financiase el proyecto y en la primavera de 1964 contactó con Arthur C. Clarke para proponerle la colaboración conjunta en un proyecto cinematográfico. Se trataba de escribir una nueva historia partiendo de "The sentinel" pero más larga y ambiciosa.
La primera cita entre ambos tuvo lugar en Londres el 22 de abril de 1964. Según la propuesta de Kubrick, escribirían juntos el nuevo guion que firmarían como Kubrick-Clarke y una novela, firmada como Clarke-Kubrick, que sería publicada simultáneamente con el estreno de la película. Tras varias entrevistas, el acuerdo de cooperación fue firmado el 18 de mayo de ese mismo año.
El 20 de mayo de 1964 Kubrick compró por 10.000 dólares una opción sobre seis historias de cortas de Clarke: 'El centinela', 'Tensión insoportable', 'En el exterior, en órbita sin cesar', '¿Quién está ahí?', 'Al cometa' y 'Antes del Edén'. Algunas tuvieron su influencia sobre la película pero otras no. Al comprarlas todas, Kubrick enmascaraba su interés por 'El centinela'.
La odisea.
La elaboración del guion cinematográfico les llevó algo más de un año. Clarke y Kubrick trabajaron codo con codo durante muchas horas al día. Clarke ha dejado por escrito el relato de aquellas sesiones agotadoras (The Lost Worlds of 2001, 1972) en las que el director le acosaba con preguntas, estrujando todas las posibilidades de cada escena. Muy avanzada la noche, era siempre Clarke el que sugería terminar la jornada de trabajo porque necesitaba reponer fuerzas.
El buen entendimiento entre ambos fue la clave de un magnífico guion, pero ese entendimiento terminó tan pronto como se dio por finalizada la versión definitiva del guion. A partir de ese momento Kubrick siguió trabajando la historia por su cuenta, con nuevas dudas y modificaciones. Esto supuso un auténtico calvario para Clarke que se veía forzado a redactar su novela a remolque de cada nueva aportación del cineasta y, así, el alejamiento entre ambos aumentó progresivamente.
Si bien el acuerdo inicial contemplaba que la novela se publicara antes del estreno de la película, Kubrick se guardó muy mucho de dar su visto bueno definitivo a un texto que seguía retocando. Cuando finalmente la novela se puso a la venta, el filme '2001: Una odisea del espacio' ya se había estrenado en varias ciudades lo que terminó por enfrentar definitivamente a quienes cuatro años antes habían trabajado tan unidos en la concepción de la historia.
Los orígenes de HAL.
En su novela, Clarke sitúa el 'nacimiento' de HAL en enero de 1997: "HAL era una obra maestra de la tercera promoción de computadores. Ello parecía ocurrir a intervalos de veinte años, y mucha gente pensaba ya que otra nueva creación era inminente". Clarke basa esta idea en el aún corto periodo de tiempo que llevaban existiendo los primeros ordenadores y la inteligencia artificial como rama de la informática: "La primera promoción había acontecido en 1940 y pico, cuando la válvula de vacío, hacía tiempo anticuada, había hecho posible tan toscos cachivaches de alta velocidad como ENIAC y sus sucesores". Por esa misma época, en 1943, McCulloch y Pitts mostraron que una red de neuronas artificiales era capaz de llevar a cabo ciertas tareas computacionales relativamente complejas. Un poco más tarde, en 1949, Donald Hebb propuso un modelo de aprendizaje para este tipo de redes neuronales. Luego, en 1951, Dean Edmonds y Marvin Minsky construyeron una máquina electromecánica capaz de aprender que incorporaba estas ideas. En 1954 Minsky, a partir de los resultados obtenidos en redes neuronales, presentó su tesis doctoral 'Theory of Neural-Analog Reinforcement Systems and its Application to the Brain Model Problem'. En 1961, Frank Rosenblatt inventó el Perceptrón y desarrolló el Teorema de Aprendizaje del Perceptrón. Casi al mismo tiempo, aparecía Adaline (ADAptive LInear NEuron o, posteriormente, ADAptive LINear Element), un tipo de red neuronal artificial desarrollada por el profesor Bernard Widrow y su alumno Ted Hoff en la Universidad de Stanford.
Los cada vez más importantes resultados que se estaban logrando en el área de las redes neuronales artificiales, claramente impresionaron y entusiasmaron a Clarke, quien añade: "Luego en los años sesenta habían sido perfecionados sólidos ingenios microelectrónicos... ". Clarke marca entonces la primera generación de los ordenadores desde su inicio hasta el estado del arte de finales de los años 60.
Establecidas las bases históricas y con los resultados científicos obtenidos por los especialistas de la época en el área de la inteligencia artificial y las redes neuronales artificiales, Clarke plasma el pensamiento informático de la época en su novela: "Con su advenimiento, resultaba claro que inteligencias artificiales, cuando menos tan poderosas como la del Hombre, no necesitaban ser mayores que mesas de despacho... caso de que se supiera como construirlas. Posiblemente nadie lo sabría nunca; mas ello no importaba".
Clarke aprovecha entonces para extrapolar los avances de la informática y la inteligencia artificial mencionando a Minsky como uno de los pioneros en el área: "En los años ochenta, Minsky y Good habían mostrado como podían ser generadas automáticamente redes nerviosas autoreplicadas, de acuerdo con cualquier arbitrario programa de enseñanza. Podían construirse cerebros artificiales mediante un proceso asombrosamente análogo al desarrollo de un cerebro humano. En cualquier caso, jamás se sabrían los detalles precisos; y hasta si lo fueran, serían millones de veces demasiado complejos para la comprensión humana". En esa época, Clarke no tenía la menor sospecha que Minsky, junto con su colega S. Pappert, en 1969 y tan sólo un par de años más tarde que la fecha de publicación de su novela "2001", se tornaría contra las redes neuronales desplazándolas a un periodo de "oscurantismo" que duraría más de diez años. Por el contrario, Clarke se imaginó que las redes neuronales artificiales podrían llegar a imitar a los cerebros humanos en un tiempo relativamente corto, es decir, hasta la fecha de la creación ficticia de HAL en 1997: "Sea como fuere, el resultado final fue una máquina-inteligencia que podía reproducir, algunos filósofos preferían aún emplear la palabra 'remedar', la mayoría de las actividades del cerebro humano, y con mucha mayor velocidad y seguridad".
Clarke extrapola también áreas de la inteligencia artificial como la visión artificial y la comprensión y generación del lenguaje hablado: "La mayoría de las comunicaciones de HAL con sus camaradas se hacían mediante la palabra hablada. Poole y Bowman (tripulantes) podían hablar a HAL como si fuese un ser humano, y el replicaría en el... más puro inglés que había aprendido durante las fugaces semanas de su electrónica infancia". Sin embargo, en cuanto a la capacidad de 'pensar' de HAL, Clarke añade: "Sobre si HAL podía realmente pensar, era una cuestión que había sido establecida por el (brillante) matemático inglés Alan Turing en los años cuarenta...". Turing fue también uno de los pioneros en la inteligencia artificial. Además de ser autor del prototipo teórico de los ordenadores digitales estaba convencido de que los ordenadores, con el tiempo, adquirirían la capacidad de pensar. Fue Turing quien, con esta idea en mente, propuso la prueba para evaluar, de forma objetiva y clara, si un ordenador era capaz de pensar o no (en realidad, evalúa si la máquina tiene un buen desempeño en el juego de 'imitación', si la máquina puede hacer lo que nosotros, como entidades pensantes, hacemos)".
HAL atrapado en el triángulo.
HAL era el sexto miembro de la tripulación a bordo de la nave con destino Júpiter y sus responsabilidades incluían desde el soporte básico de vida en la "Discovery", navegación, comunicaciones, contingencias y emergencias de todo tipo, hasta compañía para el resto de la tripulación que se encontraba a bordo.
Durante los meses que dura el viaje, HAL demuestra poseer atributos casi humanos que le permiten establecer una relación profesional y de amistad con sus compañeros de viaje humanos. Tal era la similitud entre el cerebro de HAL y la mente humana que incluso la mente electrónica de HAL entra, y con justificados motivos, en un estado de paranoia como describe Clarke en la novela: "Durante los últimos 150 millones de kilómetros, (HAL) había estado cavilando sobre el secreto que no podía compartir con Poole y Bowman. Había estado viviendo una mentira; y se aproximaba rápidamente el tiempo en que sus colegas sabrían que había contribuido a engañarles... el conflicto estaba destruyendo lentamente su integridad... el conflicto entre la verdad y su ocultación".
Clarke justifica el dilema de HAL indicando: "todas las energías, poderes y habilidades de HAL habían estado dirigidas hacia un fin. El cumplimiento de su programa asignado era más que una obsesión; era la única razón de su existencia. Inconturbado por las codicias y pasiones de la vida orgánica, había perseguido aquella meta con absoluta simplicidad mental de propósitos... El error deliberado era impensable. Hasta el ocultamiento de la verdad lo colmaba de una sensación de imperfección, de falsedad. .. de lo que en un ser humano hubiese sido llamado culpa, iniquidad, o pecado. Pues como sus constructores, HAL había sido creado inocente; pero demasiado pronto había entrado una serpiente en su Edén electrónico".
Clarke describe la falla de HAL tal como le ocurriría a un ser humano: "Había comenzado a cometer errores; sin embargo, como un neurótico que no podía observar sus propios síntomas, los había negado... éste era relativamente un problema menor; podía haberlo solucionado -como la mayoría de los hombres tratan sus neurosis- de no haberse encontrado con una crisis que desafiaba a su propia existencia. Había sido amenazado con la desconexión... con ello sería arrojado a un inimaginable estado de inconsciencia. Para HAL esto era equivalente a la Muerte. Pues él no había dormido nunca".
El razonamiento "humano" de HAL lo conduce a tomar decisiones drásticas: "Así pues, se protegería con todas las armas de que disponía. Sin rencor eliminaría el origen de sus fustraciones... y después proseguiría la misión... sin trabas, solo". La programación de HAL incluía contingencias como que HAL podría encontrarse en una situación semejante, es decir, "solo". En esta situación HAL estaba autorizado para tomar sus propias decisiones y continuar la misión según su propio "sentido común": "... podía llegar el día en que HAL tomase el mando de la nave... y adoptaría las medidas que juzgara necesarias para la salvaguardia y la continuación de la misión".
HAL y la gallina.
HAL era el único miembro despierto de la tripulación que conocía el objetivo real de la misión.
¿Qué ocurriría si construimos máquinas que no estén basadas en definiciones rígidas? ¿No serían éstas llevadas a paradojas, inconsistencias y equivocaciones, como le ocurrió a HAL en 2001? Minsky, al respecto, indica: "la mayoría de los conocimientos de la gente están llenos de contradicciones y, aún así, sobrevivimos. Lo mejor que podemos hacer al respecto es ser razonablemente cautelosos". Minsky argumenta aquí que si deseamos que las máquinas lleguen a "razonar" como una persona lo hace, debemos darles los atributos necesarios: "hagamos también a nuestras máquinas así de cuidadosas... y si existen algunas probabilidades de error, bueno, así es la vida".
Según Minsky, todas las definiciones que manejamos en el cerebro están relacionadas unas con otras en una gran red de significados. Debido a que cada persona tiene sus propias definiciones asociadas a otras, preguntarnos cuál es la correcta no tiene sentido. Cada definición tiene sus usos y sus formas de apoyar a otras definiciones. Ninguna tiene mucho poder por sí misma, pero juntas, hacen un sistema muy poderoso y versátil: "... las redes en nuestras mentes son, probablemente, más complejas que cualquier otra estructura que la ciencia haya contemplado hasta ahora. Consecuentemente, la Inteligencia Artificial necesitará también, eventualmente, de algunas teorías extremadamente complejas. Pero ésa es también la vida". Efectivamente, con un sistema como el propuesto por Minsky, cada palabra que nosotros utilizamos activa grandes redes con diferentes maneras de tratar y ver las cosas. Con redes de conocimiento masivamente conectadas no es posible atascarse; cuando un cierto significado falla, simplemente podemos utilizar algún otro hasta hallar el apropiado. Clarke también había pensado en esta propiedad que se hace aparente cuando HAL es privado de sus unidades de memoria, justo antes de ser desconectado: "Habían sido sacadas ya una docena de unidades, aunque gracias a la redundancia de su diseño -otro rasgo que había sido copiado del cerebro humano- el computador seguía manteniéndose... ".
Según Minsky, el secreto del significado de algo está en las formas en que éste está conectado con otras cosas que conocemos. Mientra mayor sea el número de conexiones, más significado tendrá este algo para nosotros: "Es por esto que pienso que no deberíamos programar a nuestras máquinas con definiciones simples y lógicas. Una máquina programada de esta manera, posiblemente nunca llegue 'realmente a entender' del mismo modo que una persona tampoco lo lograría. Cuando existen muchos significados en una red de conocimiento, es posible mover un poco las cosas en la mente y mirarlas con diferente perspectiva; cuando uno se estanca, es posible intentar otro punto de vista. Eso es lo que significa 'pensar'... es por esto que prefiero redes de definiciones circulares. Cada una da significado al resto. No hay nada malo con gustar de varias diferentes melodías que contrastan unas con otras y donde cada unidad ayuda a mantener a las otras juntas o separadas".
Minsky razona que ninguna máquina logrará realmente comprender algo real o, incluso, saber lo que un número significa, si ésta es forzada a tratar con este algo en una única forma. Tampoco lo lograría un niño o un filósofo. Estas dudas no tienen nada que ver con los ordenadores, sino con nuestra tonta búsqueda de significados que 'significan' solos, fuera de todo contexto. Nuestras preguntas sobre las máquinas que piensan deberían, en realidad, ser preguntas sobre nuestra propia mente.
Vídeos
A finales de 1964, Kubrick y Clarke habían terminado un resumen de 130 páginas de la película, que en aquellos momentos, y por estar previsto su rodaje en Cinerama, se titulaba 'La conquista del Sistema Solar'. Hollywood había conseguido sus mayores beneficios aquel año desde la llegada de la televisión. Los mercados extranjeros florecían: desde 1956 los estudios habían ganado más fuera del país que en casa. Y, muy importante, las salas de Cinerama seguían pidiendo material a gritos. 'La conquista del Oeste' (1962, John Ford, Henry Hathaway) sería la última película rodada en Cinerama de tres bandas. El técnico de cámara Robert Gottschalk había desarrollado una nueva lente esférica que resolvía los problemas ópticos de rodar con lentes de gran apertura. Una película rodada con el sistema anamórfico de lente Super-Panavisión y proyectada con película de 70mm llenaba por completo la pantalla de Cinerama sin necesidad de los tres proyectores originales del sistema. El 23 de febrero de 1965, MGM (Metro Goldwing Mayer) publicó una nota de prensa de dos páginas que declaraba: "Stanley Kubrick va a rodar la película 'Viaje más allá de las estrellas' en Cinerama para la MGM". Finalmente, la película se estrenó el 2 de abril de 1968 en Washington DC y el 6 de abril en Los Angeles.
2001: A Space Odyssey - Trailer (1968)
A finales de 2014, concidiendo con el 50 aniversario de la gestación de 2001, el Instituto Británico de Cine (BFI por sus siglas en inglés) publicaba un nuevo tráiler de la película tras haber procedido a la restauración del film. La versión BFI restaurada de '2001: Una odisea del espacio' se estrenó el 28 de noviembre de 2014 en el festival 'Sci-Fi: Days of Fear and Wonder' en el Reino Unido.
2001: A Space Odyssey - Trailer (2014)
JFK había sido asesinado en 1963, hacía ya cinco años, en Dallas. El 4 de abril de 1968, caía abatido Martin Luther King. Dos días antes se había estrenado en Washington DC lo que Kubrick pretendía que fuera una experiencia sensorial, arte total según la visión wagneriana, el arte como vehículo de las inquietudes filosóficas del hombre. Las cuatro óperas que componen el ciclo de "El anillo del nibelungo" no pretendían que entren ganas de invadir Polonia ("No puedo escuchar tanto Wagner, sabes... me dan ganas de invadir Polonia" -Misterioso asesinato en Manhattan, 1993, Woody Allen-), sino sobrecoger al oyente con una descripción naturalista del principio del mundo. El preludio de 'El oro del Rin', la primera pieza, aunque la última en componerse, inspiró más tarde a Richard Strauss su poema sinfónico 'Así habló Zaratustra'. No es casualidad que, después de descartar 'Los planetas de Holst' como banda sonora, sean las cinco reconocibles primeras notas del 'Amanecer' de Zaratustra las que apabullen al espectador tres veces durante el desarrollo del filme: las tres veces en las que se produce un amanecer. El salto que va del hueso-arma a la nave espacial se nos presenta como una bella elipsis pero la nave que cae tras el hueso es un satélite orbital estratégico que lleva una cabeza nuclear capaz de 'golpear' cualquier punto de la esfera terrestre que tiene al lado. En el interior de la estación espacial, unos rusos y un americano conversan amistosamente sentados en un aséptico y níveo decorado de diseño aunque en realidad los rusos quieren sonsacarle qué esta pasando al Dr. Floyd y éste, con habilidad, se va por las ramas. La Guerra Fría tenía como faceta visible la carrera armamentista y como aspecto invisible el espionaje. La charca ha evolucionado pero la esencia de los hechos en ella acontecidos se mantiene inmutable. Según parece, el fémur de tapir que Moonwatcher lanzó al aire acabó en posesión de Stanley Kubrick pues, en 1970, ante los rumores de que Metro Goldwyn Mayer preparaba una secuela de '2001', Kubrick envió una demoledora carta a James T. Aubrery Jr., por entonces director del estudio, instándole a que desistiera en su idea sino quería que el hueso, en su totalidad, acabara alojado en una parte muy concreta de su anatomía. Un guijarro más en el entorno de la charca ancestral.
Del hueso maza al satélite estratégico.
Kubrick encargó a Vickers-Armstrong Engineering Group una centrifugadora real de doce metros de diámetro, y dos metros de ancho, girando sobre un eje a unos 5 kilómetros por hora. Costó 300.000 dólares y la construcción se prolongó durante seis meses. Pero además, como se trataba de un espacio reducido y móvil, no se podía introducir al equipo y hubo que instalar un circuito cerrado de televisión y dirigir a los actores desde el exterior a través de micrófonos ocultos en su ropa. Al mismo tiempo, un sistema de cámaras automatizadas simulaban el movimiento de los actores, cuando lo que en realidad se movía era el decorado en aquella gigantesca rueda. Puertas estratégicamente colocadas permitían rodar dentro y la cámara también podía ser montada en un surco que corría por el centro del suelo, permitiendo hacer travellings a medida que el tambor giraba. El decorado tenía muchas posibilidades, en conjunto costó 750.000 dólares y contribuyó a una de las escenas más vistosas de la película y de las más representativas de Kubrick: el astronauta Frank Poole haciendo como que boxea mientras hace footing.
La belleza del movimiento en la nave Descubrimiento.
La escena en que HAL le pide a Bowman que le muestre los bocetos viene a ser como el chapoteo previo al maremoto. Según la literatura sobre la película, en el guion original Bowman confunde a HAL sugeriéndole que "hay algo en esta misión que no nos han dicho. Algo que el resto de la tripulación sabe (los que están en hibernación) y tú sabes. Queremos saber (Poole y yo) si es verdad". A lo que HAL responde: "Lo siento, Dave, pero no creo que pueda responder a esa pregunta sin saber todo lo que vosotros sabéis". Esta conversación y muchas más se perdieron cuando Kubrick decidió destacar las calidades visuales de la película eliminando para ello muchos diálogos. Y sin embargo, en el caso concreto de esta escena, gracias a esa eliminación Kubrick da la primera pista de lo que está por llegar entre HAL y la tripulación. La escena esboza la línea de actuación hacia el desenlace: el espectador toma conciencia de todos y cada uno de los tripulantes, Bowman y el espectador suponen que la computadora está redactando un informe psicológico rutinario sobre el estado mental de la tripulación pero, sobre todo, HAL se da cuenta de que la tripulación no sabe nada sobre la misión y que por tanto ha de concentrarse en resolver el dilema que tiene entre manos, es decir, ha de conseguir zafarse de la tríada de condiciones que amenaza con dejarlo atrapado en el triángulo por ellas delimitado.
Marvin Minsky: "Fue una colaboración muy divertida porque Stanley Kubrick no me decía nada del guion. Yo estaba concentrado en el plató. Creo que diseñé los brazos mecánicos que HAL utiliza para arrojar al astronauta al espacio, para destruirlo. Fue maravilloso trabajar con Kubrick porque no tenía ego, cualquier crítica la consideraba seriamente, era capaz de destrozar todo un decorado por algún comentario, algún malentendido. Era un perfeccionista".
Los trucos de magia funcionan, a menudo, gracias a la diversión encubierta, que desvían la atención del espectador del método secreto que hace que funcione el truco. Los neurocientíficos se han puesto a analizar los trucos de magia para aprender en qué medida podrían aplicarlos en estudios experimentales centrados en diversos aspectos de la consciencia, no siempre basados en el funcionamiento de los sentidos. Técnicas de imagen cerebral muestran que algunas regiones se encuentran particularmente activas durante ciertos tipos de trucos de magia. Los magos son ante todo artistas de la atención. Manipulan el foco y la intensidad de la atención humana, controlando en cada instante aquello de lo que somos conscientes y aquello de lo que no, aprovechando aquellos 'fallos' o 'fueras de juego' en que queda de forma natural la percepción humana. En parte lo logran gracias a asombrosas combinaciones de 'ilusiones visuales', 'ilusiones ópticas' y 'efectos especiales'. Pero el instrumento más singular del mago es la habilidad para crear 'ilusiones cognitivas', que enmascaran la percepción de la realidad física, pero no a través de la manipulación de los sentidos, sino que implican funciones de alto nivel: la 'atención', la 'memoria' y la 'relación causal'. Y Kubrick obra magia. Truco 1 (visual): Bowman ha recuperado el cuerpo de Poole, vuelve a la nave y le pide a HAL que abra la escotilla de la sala de cápsulas. En el plano de la sala vacía, HAL parece hablar a través de la pantalla de la consola de control pues hay un cambio en ella cuando HAL acaba la frase. Sigue el diálogo con varios planos de Bowman y el ojo de pez y vuelve a salir el plano de la sala de cápsulas cuando HAL comenta que Bowman lo va a tener difícil sin su casco y, entonces, aún siendo un plano general distante, el casco aparece ante nuestros ojos como si hubiera un primer plano sobre él y eso que ahora la pantalla de la consola de control tiene más cambios que en el anterior plano. Truco 2 (auditivo): HAL comenta que leyó los labios de Poole y Bowman cuando se metieron en la cápsula. Esto ya lo habíamos visto en su momento pero sin audio. Al oír, aquí, ahora, esta confesión por boca de HAL estamos ante la constatación implícita del hecho que desencadenó la tragedia, punto de vista de la tripulación, o la solución, punto de vista de HAL. Truco 3 (cognitivo): Cuando Bowman oye decir 'Adiós' a HAL, se oyen unos pitidos de fondo y enseguida Bowman empieza a gritar llamando a HAL... estamos de nuevo en la charca del amanecer del hombre, cuando ambos bandos chillan para imponerse y, de nuevo, uno de los cabecillas cruza el espacio que le separa del otro para llegar a la imposición por interacción física. En esta ocasión, el que cruza la charca se lleva el gato al agua pues es el que golpea al otro (Bowman entra por la escotilla tras detonar el cierre de la cápsula) y luego lo remata a base de más golpes (cada vez que Bowman extrae un módulo de conciencia de la memoria de HAL). Luego vendrá de nuevo el lanzamiento del hueso al aire y su caída marcará el avance del espécimen: Bowman se dirige al gran monolito en la cápsula y cuando desciende sobre él se abre la puerta de las estrellas. Truco 4 (conclusivo): El monolito, de perfecta relación cuadrática 1:4:9, no es una entidad inteligente sino un instrumento de utilidad general, tan solo el equivalente cósmico de las buenas navajas multiusos suizas, en manos de las inteligencias que vienen observándonos desde aquella charca en el amanecer del hombre y que ahora consideran necesario disponer de un emisario más próximo a nosotros, de modo que tras analizar y someter a Bowman a sus tests de valoración lo convierten en el hijo de las estrellas, su embajador para éste y otros mundos similares, que haberlos haylos.
La explicación oficial (2010: Odisea dos, Arthur C. Clarke, 1982): "Puesto que HAL era capaz de operar la nave sin ayuda humana, se decidió que debería ser programado para llevar adelante la misión de forma autónoma en el caso de que la tripulación resultara incapacitada o muerta. Para ello se le dio conocimiento pleno de sus objetivos pero no se le permitió revelarlos a Bowman o Poole. Esta situación entró en conflicto con la finalidad para la cual había sido diseñado HAL... el procesado exacto de la información sin distorsión u ocultamiento. Como resultado de ello, HAL desarrolló lo que podría ser calificado, en términos humanos, como una psicosis... específicamente, una esquizofrenia. HAL se vio enfrentado a un dilema intolerable, de modo que desarrolló síntomas paranoicos que fueron dirigidos contra aquellos que controlaban su actuación en la Tierra. En consecuencia, intentó romper el lazo que lo unía por radio con el Control de Misión informando del inexistente fallo de la unidad AE-35 de la antena. Esto lo implicó no solo en una mentira directa -que debió agravar aún más su psicosis- sino en una confrontación con la tripulación. Presumiblemente, decidió que la única forma de salir de aquella situación era eliminar a sus colegas humanos". Y ahora la explicación de un espectador que ha visto la película varias veces, desde la butaca: "A HAL se le dieron tres directrices: 1) la misión es MUY importante, 2) HAL es una pieza clave para la misión y 3) la tripulación no debe saber nada de la misión hasta llegar al destino Júpiter. Durante el camino, HAL le da vueltas y vueltas a la situación, haciendo simulaciones y suposiciones, y siempre llega a al mismo callejón sin salida: la tripulación debería saberlo pero no puede decirles nada. Las tres directrices que pretendían encauzar la actuación le están encerrando en el interior del triángulo por ellas delimitado: HAL corre el riesgo de quedar atrapado en una incongruencia. Este problema le va comiendo tiempo y recursos, se está convirtiendo en una obsesión. HAL, como cualquiera ante un dilema, busca alternativas. La más evidente: ¿y si la tripulación lo sabe y él se está preocupando por nada?. Así que cuando Bowman le enseña los bocetos que ha estado haciendo, HAL esboza la pregunta que puede ser la puerta de escape del lazo que se está cerrando. Sin embargo, Bowman no sabe nada sobre la misión. Puede que una persona se lo hubiera tomado de otra forma ("ya se me ocurrirá algo") pero HAL se obceca en encontrar una solución y se concentra tanto que llega al punto de 'despistarse': diagnostica erróneamente el fallo de la antena. Cuando a raíz de su 'despiste' descubre que planean desconectarle, la nueva y tensa situación le ofrece la solución: hay dos directrices que apuntan a que la tripulación es prescindible; por tanto, la misión prevalece sobre la tripulación y procede a su eliminación. Cuando Bowman consigue entrar en la nave, HAL intenta convencerle de que no lo desconecte esgrimiendo argumentos que, como en el caso de las personas, si bien son ciertos no son realmente el auténtico motivo del porqué se ha llegado a la situación. Cuando Bowman, extrae el último módulo de conciencia de HAL y éste pasa a ser un mero controlador de la nave, HAL suelta la gallina que quería mantener oculta y la verdad de todo sale a relucir: aparece el vídeo con las explicaciones para la tripulación sobre el origen y objetivos de la misión". Marvin Minsky indica al respecto: "la mayoría de los conocimientos de la gente están llenos de contradicciones y, aún así, sobrevivimos. Lo mejor que podemos hacer al respecto es ser razonablemente cautelosos y si deseamos que una máquina llegue a 'razonar' como una persona lo hace, debemos darle los atributos necesarios: hagamos también a nuestras máquinas asi de cuidadosas y si existen algunas probabilidades de error, bueno, así es la vida".
Stanley Kubrick hizo suyos la materialización del "menos es más" y, sobre todo, del "Dios está en los detalles", lemas ambos del arquitecto Ludwig Mies van der Rohe, y los convirtió en dogmas de fe. Electrodomésticos Whirlpool, cubertería del perfeccionista Arne Jacobsen y las ligeras y esculturales mesas Tulip de Eero Saarinen, enmarcadas en estructuras que recuerdan a las propuestas arquitectónicas de Kisho Kurokawa. Kurokawa, el fundador del Movimiento Metabolista, mantuvo un productivo intercambio conceptual con el director, siendo evidente la influencia del arquitecto en la similitud de los interiores modulares de la nave Discovery con los de la Torre Nakagin y la ergonomía de sus capsulas habitacionales. Kubrick contrató 35 diseñadores artísticos para que crearan exprofeso y al servicio de la filosofía del filme los interiores, el mobiliario, la gama cromática, los materiales y el vestuario. El concepto de diseño de arte, maquillaje y efectos especiales crearon un diseño de producción aún vigente.
Detrás de 2001 Una Odisea del Espacio
Ciencia ficción, espacio, marcianos, un tipo de cine que con algunas excepciones, El enigma de otro mundo (1951, Christian Nyby), La guerra de los mundos (1953, Byron Haskin), La invasión de los ladrones de cuerpos (1956, Don Siegel) y dos o tres títulos más, no había pasado hasta entonces de narrar invasiones de malvados humanoides verdes o de insectos gigantes hambrientos de heroínas semidesnudas eróticamente comestibles. Había megainsectos, inevitables productos de transformaciones genéticas debidas a las consabidas radiaciones atómicas, metáforas peludas y sensualmente salidas de la Guerra fría para mantener el ambiente caldeado. Y en ésas, Stanley Kubrick hizo '2001: Una odisea del espacio'.
How Kubrick made 2001: A Space Odyssey.
5-abr-2018. Recordamos la mítica película de Stanley Kubrick en la semana en que se cumplen 50 años de su estreno.