BETANCOURT y MOLINA, Agustín de
Descripción
Agustín de Betancourt y Molina (Puerto de la Cruz, 1758 - San Petersburgo, 1824). Ingeniero e inventor. Fundador de la Escuela de Caminos, Canales y Puertos de Madrid. Inventó, junto con Abraham Louis Breguet, un sistema de telegrafía óptica que mejoraba el de Chappe. Diseñó la primera línea de telegrafía óptica que funcionó, a modo de ensayo, entre Madrid y Aranjuez. Director General del Instituto del Cuerpo de Vías de Comunicación en Rusia y Teniente General del Ejército ruso.
Biografía
Agustín de Betancourt (en ruso Августин Августинович де Бетанкур) nació el 1º de febrero de 1758 en el Puerto de la Cruz (Tenerife) en el seno de una familia acomodada. Su padre era caballero de la Orden de Calatrava y capitán de milicias provinciales, y su madre era hija del marqués de Villafuerte, José Alonso de Molina Ponte y Castilla. Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal con profesores particulares.
A los 18 años construye, junto con su hermana, una máquina de coser para seda, que es presentada ante la Sociedad Económica de La Laguna.
En 1777 ingresó como cadete en el regimiento de milicias provinciales, alcanzando el grado de teniente en 1778.
El 19 de octubre de este año se trasladó a Madrid para proseguir sus estudios, con una beca conseguida probablemente por influencia de su primo, Estanislao de Lugo y Molina, director de los Reales Estudios de San Isidro. En este centro Betancourt estudió análisis matemático, cálculo diferencial e integral, teoría de las curvas y mecánica analítica, así como física durante el período 1779-1780. También cursó estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En 1783, por encargo del Secretario de Estado José Moñino, conde de Floridablanca; Betancourt realizó sendas visitas de inspección, la una a las obras del Canal de Aragón, y la otra a las minas de Almadén, redactando las correspondientes Memorias que se encuentran en la Biblioteca Nacional de Madrid.
El 29 de noviembre de ese mismo año consiguió elevar por primera vez en España, y ante la Corte congregada en El Escorial, un globo aerostático de aire caliente, de siete pies de diámetro y confeccionado con tafetán barnizado. Recibió como premio una beca de 1.500 reales al mes, para estudiar Química y Geología, y ampliar sus conocimientos en Metalurgia y Física, en París. Asistió a los cursos de la École des Ponts et Chaussées, que Betancourt propuso al Conde de Floridablanca utilizar como modelo para crear en España una Escuela de Caminos y Canales. Su iniciativa fue aprobada y para su implantación Betancourt permaneció pensionado en París durante cuatro años.
En 1788, viaja a Londres, donde permaneció durante un periodo de tres semanas, para estudiar la máquina de vapor de Watt. Aunque éste y Boulton no le quisieron mostrar los detalles de las nuevas máquinas, Betancourt, de camino a Londres, observó desde el exterior, una máquina de vapor en funcionamiento en una panificadora, lo que le permitió ya en París diseñar un modelo de máquina de doble efecto, redactando una Mémoire sur une machine a vapeur a double effet, que presentó en la École des Ponts et Chaussées y en la Académie Royale des Sciences, siendo el primero en revelar en el continente europeo el secreto de esta nueva fuente de energía.
En 1788 el Conde de Floridablanca aprobó el proyecto de crear un Gabinete de Máquinas, partiendo de 210 modelos o maquetas, 359 planos y 99 memorias, elaborados por Betancourt y sus colaboradores. Obviamente Betancourt fue nombrado su director. Posteriormente el Gabinete fue incorporado a la Escuela de Caminos y Canales, que se hallaba en El Retiro de Madrid.
En 1793 viajó de nuevo a Inglaterra, comisionado por el gobierno español. Durante tres años realizó proyectos y estudios sobre excavadoras, dragas y transmisiones para molinos de viento y comenzó sus trabajos de telegrafía óptica.
En 1795 obtuvo, en concurso público, un premio convocado por la Society for the Encouregement of Arts Manufactures and Commerce por una máquina para cortar hierba en los ríos y canales. Ganó además dos premios, otorgados por la Royal Society of Agriculture de Londres, que lo nombró socio de mérito.
En 1796, de regreso a París, Betancourt estudió la telegrafía óptica de Chappe, pero viendo la complicación del sistema propuso a Abraham Louis Breguet la creación de un sistema de telegrafía óptica que experimentan en Meudon. El telégrafo diseñado por ambos consistía en una aguja, que se movía a modo de un reloj, pudiéndose detener en 36 posiciones distintas, de forma que cada 10 grados se representaba una letra o un número. Mediante un sistema mecánico de sincronización se transmitía entre estaciones. El invento se denominó telégrafo de aguja (no confundir con los primeros telégrafos eléctricos de aguja que se diseñaron en los inicios de la telegrafía eléctrica). En 1797 Betancourt y Breguet diseñaron una variante, el telégrafo en T, que consistía en sustituir la flecha de la aguja por un brazo en forma de ’T’ a fin de reducir las posibilidades de ambigüedad, el aparato, técnicamente muy avanzado, permitía incluso la impresión del mensaje.
Juntos redactaron una Mémoire sur un noveau Télégraphe et quelques idées sur la Langue Télégraphique, que presentaron al directorio de la República. El ministro del Interior del Directorio solicitó en 1797 a la Academia de Ciencias un informe comparativo entre el telégrafo de Chappe y el de Betancourt y Breguet, formándose para el dictamen un deslumbrante Comité de Sabios. La prueba se limitó a experimentar el nuevo telégrafo, ya que Chappe se negó a someterse a la comparación. El informe emitido por el Comité de Sabios no pudo ser más elogioso. Las ventajas del nuevo telégrafo eran indudables, pues, aunque su construcción era más compleja, su uso resultaba más sencillo y rápido.
En 1798 Betancourt regresó a Madrid. El gobierno español había decidido instalar en España la telegrafía, encargando a Betancourt la dirección del proyecto de construcción de una línea telegráfica entre Madrid y Cádiz. El primer tramo de la línea, entre Madrid y Aranjuez, se inauguró, a modo de ensayo, en agosto de 1800. El resto de la línea nunca llegó a realizarse.
Existe una controversia sobre la aplicación de la electricidad en los telégrafos de Betancourt debido a interpretaciones erróneas de alguno de sus biógrafos; Recientes trabajos (ver Gouzevitch 2016) han llegado a la conclusión que no se conoce que Betancourt haya experimentado con dispositivos eléctricos.
En 1802 se fundaron los Estudios de la Inspección General de Caminos que, en 1803, por decisión de Betancourt, pasaron a denominarse Escuela de Caminos y Canales. Betancourt asumió la dirección de la Escuela desde 1802 hasta 1807, y redactó su plan de estudios. La Escuela fue clausurada en 1808, al estallar la guerra de la Independencia, y Betancourt acepta la invitación del ministro ruso Rumiánstsev a recorrer las principales industrias del Imperio ruso.
Regresó a París a recoger a su familia y en 1808 decidió trasladarse a la capital rusa de San Petersburgo, donde el zar Alejandro I lo nombra Mayor General en el Departamento de Vías de Comunicación para ejecutar “misiones especiales de su Majestad Imperial”.
En 1809 Betancourt fue ascendido a Teniente General del Ejército ruso y designado Inspector del nuevo Instituto del Cuerpo de Vías de Comunicación creado bajo sus auspicios. Ese mismo año visitó la fábrica de armas de Tula y proyectó su modernización. Propuso una potente draga de vapor para la limpieza del puerto de Kronstadt y su construcción fue aprobada por el propio zar Alejandro I.
En noviembre de ese mismo año se iniciaron las clases en el Instituto de Vías de Comunicación con profesores venidos de Francia elegidos por Betancourt durante su estancia en la École de Ponts et Chausseés. Aparte de la labor pedagógica, Betancourt continuó desarrollando su actividad como ingeniero y entre 1810 y 1812 proyectó diversos puentes, entre ellos el primer gran puente permanente de arco construido en Rusia, el Kamennoostrovski, sobre el Málaia Nevka y los puentes sobre el Izhora y el Slavianka en la carretera de Moscú. Un año más tarde fue condecorado con la Orden de San Alejandro Nevski. El año 1813 se inauguró oficialmente el Museo Central del Transporte Ferroviario de Rusia. Un año más tarde se instala la máquina de vapor de la fábrica de Tula. Y en 1815, rechazadas las tropas napoleónicas, regresaron a San Petersburgo los ingenieros franceses deportados a Siberia, continuando sus clases en el Instituto.
Betancourt trabajó en 1816 en el montaje de una nueva fábrica de papel moneda hasta el punto que en 1820 se procedió al cambio total de los billetes que circulaban en Rusia.
El 15 de mayo de 1816 se creó en San Petersburgo el Comité de Construcciones y Obras Hidráulicas, al frente del cual se puso a Betancourt, para la urbanización y el ornato de la ciudad, de la mejora del trazado de las calles, de la urbanización de los suburbios, del cuidado de los canales, y de la construcción de nuevos puentes. El zar le encomienda también el proyecto del canal Obvodny en la ciudad.
Quien visite San Petersburgo se sorprenderá al observar que las inscripciones de la hermosa catedral de San Isaac, actualmente desacralizada, están escritas en ruso, en francés y en español. La explicación radica en el encargo que el zar Alejandro I hizo a Agustín de Betancourt para que se hiciera cargo de los aspectos técnicos de la reconstrucción de la catedral. Los guías turísticos suelen explicar los ingeniosos mecanismos elevadores de las columnas y andamios diseñados por Betancourt, no sólo de la catedral de San Isaac sino también de la conocidísima columna de Alejandro en la Plaza del Almirantazgo junto al Museo del Ermitage.
También en Moscú la sociedad hablaba con admiración de la Sala de ejercicios, conocida como El Picadero, y de la feria de Nizny Novgorod, proyectos redactados por Agustín de Betancourt en 1817. Poco después el zar le asignó la exclusiva responsabilidad de desarrollar la feria comercial de Macarief, levantada en la confluencia de los ríos Volga y Oca, con edificios para contener tres mil tiendas espaciosas, posiblemente la obra más importante de Betancourt.
A su regreso a San Petersburgo, Betancourt proyectó nuevas barcas para el puente de San Isaac sobre el Gran Neva. En 1819 Betancourt fue designado Director General del Departamento de Vías de Comunicación además de mantener el cargo de Inspector del Instituto homónimo. Se le nombró asimismo miembro de la Sociedad Imperial de Mineralogía de Rusia.
A lo largo de 1820 Betancourt realizó grandes viajes por el corazón de Rusia para conocer el estado de las vías de comunicación del Imperio ruso que dio a conocer al Zar antes de finalizar el año. Pese a lo crítico de la situación se experimentó un notable impulso a la construcción y reparaciones de obras como canales, esclusas, vías de navegación interior, entre otras infraestructuras. Dos nuevos españoles se incorporaron en 1821 al Cuerpo de Ingenieros de Vías de Comunicación: su sobrino Agustín de Monteverde y Betancourt, que se encargó inicialmente de la construcción del camino entre San Petersburgo y Moscú, para luego pasar a Odesa (fundada por otro español, José de Ribas, en 1784) donde se encargó del abastecimiento del agua a la ciudad, y Miguel Espejo que se dedicó a la construcción de puentes y caminos. Antes de finalizar el año se reconstruyen acueductos y se finalizó el abastecimiento de aguas a distintas poblaciones rusas a orillas del Volga.
En 1822 Betancourt pierde su influencia en la Corte por irregularidades de algunos de sus subordinados. Fue apartado de la dirección del Instituto de Vías de Comunicación y obligado a abandonar su domicilio en la sede del Instituto. Mantuvo la dirección del Comité de Construcciones de San Petersburgo, la Catedral de San Isaac y la Feria de Nizhni Novgorod.
Cuando Nicolás I subió al trono, se puso un mayor énfasis en la construcción de líneas de telegrafía óptica. En 1824 se inauguró la primera línea de telégrafo óptico en Rusia, que unía San Petersburgo con el lago Ladoga, la línea se construyó según proyecto y bajo la dirección del general de división Piotr Kozen. Aunque se desconocen los detalles técnicos del telégrafo de Kozen, es muy probable que el responsable compartiera impresiones con Betancourt en sus primeras fases de desarrollo. Su puesta en servicio, coincidió con el fallecimiento de Betancourt (Shilov et alt., 2012).
Betancourt pidió audiencia al zar Alejandro I, que se la concedió el día 27 de enero de 1824, y le expuso su deseo de jubilarse. La dimisión de todos sus cargos le fue aceptada el 4 de febrero siguiente, pero mantuvo su obsesión por acabar las obras de Nizhni Novgorod.
Su hijo Alfonso ingresó en 1823 como alumno en el Primer Regimiento de Caballería de la Guardia Imperial Rusa. Las fuerzas físicas y anímicas le fueron abandonando y, con su preocupación puesta en su mujer e hijos, escribió una patética carta al Zar pidiéndole protección para ellos. Alejandro I le contestó: “Es muy doloroso para mí conocer vuestros sufrimientos e inquietante estado y hago sinceros votos porque hayáis experimentado algún alivio. Los servicios eminentes que habéis rendido al Estado os deben tranquilizar sobre la suerte de vuestra familia, pues me considero en el deber de testimoniarle lo mucho que los aprecio. Contad con la seguridad de mi estimación”. Pocos días más tarde, el 14 de julio de 1824, Agustín de Betancourt y Molina falleció en San Petersburgo, a la edad de 66 años. Está enterrado en el cementerio-museo de Lazarevkoye, donde reposan los restos de célebres ciudadanos rusos.
Agustín de Betancourt estuvo casado con Ana Jourdain, de nacionalidad inglesa, con la que tuvo cuatro hijos. Fue Caballero de la Orden de Santiago y de la de San Alejandro, y miembro de la Academia Real de Ciencias de París.
Agustín de Betancourt (en ruso Августин Августинович де Бетанкур) nació el 1º de febrero de 1758 en el Puerto de la Cruz (Tenerife) en el seno de una familia acomodada. Su padre era caballero de la Orden de Calatrava y capitán de milicias provinciales, y su madre era hija del marqués de Villafuerte, José Alonso de Molina Ponte y Castilla. Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal con profesores particulares.
A los 18 años construye, junto con su hermana, una máquina de coser para seda, que es presentada ante la Sociedad Económica de La Laguna.
En 1777 ingresó como cadete en el regimiento de milicias provinciales, alcanzando el grado de teniente en 1778.
El 19 de octubre de este año se trasladó a Madrid para proseguir sus estudios, con una beca conseguida probablemente por influencia de su primo, Estanislao de Lugo y Molina, director de los Reales Estudios de San Isidro. En este centro Betancourt estudió análisis matemático, cálculo diferencial e integral, teoría de las curvas y mecánica analítica, así como física durante el período 1779-1780. También cursó estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En 1783, por encargo del Secretario de Estado José Moñino, conde de Floridablanca; Betancourt realizó sendas visitas de inspección, la una a las obras del Canal de Aragón, y la otra a las minas de Almadén, redactando las correspondientes Memorias que se encuentran en la Biblioteca Nacional de Madrid.
El 29 de noviembre de ese mismo año consiguió elevar por primera vez en España, y ante la Corte congregada en El Escorial, un globo aerostático de aire caliente, de siete pies de diámetro y confeccionado con tafetán barnizado. Recibió como premio una beca de 1.500 reales al mes, para estudiar Química y Geología, y ampliar sus conocimientos en Metalurgia y Física, en París. Asistió a los cursos de la École des Ponts et Chaussées, que Betancourt propuso al Conde de Floridablanca utilizar como modelo para crear en España una Escuela de Caminos y Canales. Su iniciativa fue aprobada y para su implantación Betancourt permaneció pensionado en París durante cuatro años.
En 1788, viaja a Londres, donde permaneció durante un periodo de tres semanas, para estudiar la máquina de vapor de Watt. Aunque éste y Boulton no le quisieron mostrar los detalles de las nuevas máquinas, Betancourt, de camino a Londres, observó desde el exterior, una máquina de vapor en funcionamiento en una panificadora, lo que le permitió ya en París diseñar un modelo de máquina de doble efecto, redactando una Mémoire sur une machine a vapeur a double effet, que presentó en la École des Ponts et Chaussées y en la Académie Royale des Sciences, siendo el primero en revelar en el continente europeo el secreto de esta nueva fuente de energía.
En 1788 el Conde de Floridablanca aprobó el proyecto de crear un Gabinete de Máquinas, partiendo de 210 modelos o maquetas, 359 planos y 99 memorias, elaborados por Betancourt y sus colaboradores. Obviamente Betancourt fue nombrado su director. Posteriormente el Gabinete fue incorporado a la Escuela de Caminos y Canales, que se hallaba en El Retiro de Madrid.
En 1793 viajó de nuevo a Inglaterra, comisionado por el gobierno español. Durante tres años realizó proyectos y estudios sobre excavadoras, dragas y transmisiones para molinos de viento y comenzó sus trabajos de telegrafía óptica.
En 1795 obtuvo, en concurso público, un premio convocado por la Society for the Encouregement of Arts Manufactures and Commerce por una máquina para cortar hierba en los ríos y canales. Ganó además dos premios, otorgados por la Royal Society of Agriculture de Londres, que lo nombró socio de mérito.
En 1796, de regreso a París, Betancourt estudió la telegrafía óptica de Chappe, pero viendo la complicación del sistema propuso a Abraham Louis Breguet la creación de un sistema de telegrafía óptica que experimentan en Meudon. El telégrafo diseñado por ambos consistía en una aguja, que se movía a modo de un reloj, pudiéndose detener en 36 posiciones distintas, de forma que cada 10 grados se representaba una letra o un número. Mediante un sistema mecánico de sincronización se transmitía entre estaciones. El invento se denominó telégrafo de aguja (no confundir con los primeros telégrafos eléctricos de aguja que se diseñaron en los inicios de la telegrafía eléctrica). En 1797 Betancourt y Breguet diseñaron una variante, el telégrafo en T, que consistía en sustituir la flecha de la aguja por un brazo en forma de ’T’ a fin de reducir las posibilidades de ambigüedad, el aparato, técnicamente muy avanzado, permitía incluso la impresión del mensaje.
Juntos redactaron una Mémoire sur un noveau Télégraphe et quelques idées sur la Langue Télégraphique, que presentaron al directorio de la República. El ministro del Interior del Directorio solicitó en 1797 a la Academia de Ciencias un informe comparativo entre el telégrafo de Chappe y el de Betancourt y Breguet, formándose para el dictamen un deslumbrante Comité de Sabios. La prueba se limitó a experimentar el nuevo telégrafo, ya que Chappe se negó a someterse a la comparación. El informe emitido por el Comité de Sabios no pudo ser más elogioso. Las ventajas del nuevo telégrafo eran indudables, pues, aunque su construcción era más compleja, su uso resultaba más sencillo y rápido.
En 1798 Betancourt regresó a Madrid. El gobierno español había decidido instalar en España la telegrafía, encargando a Betancourt la dirección del proyecto de construcción de una línea telegráfica entre Madrid y Cádiz. El primer tramo de la línea, entre Madrid y Aranjuez, se inauguró, a modo de ensayo, en agosto de 1800. El resto de la línea nunca llegó a realizarse.
Existe una controversia sobre la aplicación de la electricidad en los telégrafos de Betancourt debido a interpretaciones erróneas de alguno de sus biógrafos; Recientes trabajos (ver Gouzevitch 2016) han llegado a la conclusión que no se conoce que Betancourt haya experimentado con dispositivos eléctricos.
En 1802 se fundaron los Estudios de la Inspección General de Caminos que, en 1803, por decisión de Betancourt, pasaron a denominarse Escuela de Caminos y Canales. Betancourt asumió la dirección de la Escuela desde 1802 hasta 1807, y redactó su plan de estudios. La Escuela fue clausurada en 1808, al estallar la guerra de la Independencia, y Betancourt acepta la invitación del ministro ruso Rumiánstsev a recorrer las principales industrias del Imperio ruso.
Regresó a París a recoger a su familia y en 1808 decidió trasladarse a la capital rusa de San Petersburgo, donde el zar Alejandro I lo nombra Mayor General en el Departamento de Vías de Comunicación para ejecutar “misiones especiales de su Majestad Imperial”.
En 1809 Betancourt fue ascendido a Teniente General del Ejército ruso y designado Inspector del nuevo Instituto del Cuerpo de Vías de Comunicación creado bajo sus auspicios. Ese mismo año visitó la fábrica de armas de Tula y proyectó su modernización. Propuso una potente draga de vapor para la limpieza del puerto de Kronstadt y su construcción fue aprobada por el propio zar Alejandro I.
En noviembre de ese mismo año se iniciaron las clases en el Instituto de Vías de Comunicación con profesores venidos de Francia elegidos por Betancourt durante su estancia en la École de Ponts et Chausseés. Aparte de la labor pedagógica, Betancourt continuó desarrollando su actividad como ingeniero y entre 1810 y 1812 proyectó diversos puentes, entre ellos el primer gran puente permanente de arco construido en Rusia, el Kamennoostrovski, sobre el Málaia Nevka y los puentes sobre el Izhora y el Slavianka en la carretera de Moscú. Un año más tarde fue condecorado con la Orden de San Alejandro Nevski. El año 1813 se inauguró oficialmente el Museo Central del Transporte Ferroviario de Rusia. Un año más tarde se instala la máquina de vapor de la fábrica de Tula. Y en 1815, rechazadas las tropas napoleónicas, regresaron a San Petersburgo los ingenieros franceses deportados a Siberia, continuando sus clases en el Instituto.
Betancourt trabajó en 1816 en el montaje de una nueva fábrica de papel moneda hasta el punto que en 1820 se procedió al cambio total de los billetes que circulaban en Rusia.
El 15 de mayo de 1816 se creó en San Petersburgo el Comité de Construcciones y Obras Hidráulicas, al frente del cual se puso a Betancourt, para la urbanización y el ornato de la ciudad, de la mejora del trazado de las calles, de la urbanización de los suburbios, del cuidado de los canales, y de la construcción de nuevos puentes. El zar le encomienda también el proyecto del canal Obvodny en la ciudad.
Quien visite San Petersburgo se sorprenderá al observar que las inscripciones de la hermosa catedral de San Isaac, actualmente desacralizada, están escritas en ruso, en francés y en español. La explicación radica en el encargo que el zar Alejandro I hizo a Agustín de Betancourt para que se hiciera cargo de los aspectos técnicos de la reconstrucción de la catedral. Los guías turísticos suelen explicar los ingeniosos mecanismos elevadores de las columnas y andamios diseñados por Betancourt, no sólo de la catedral de San Isaac sino también de la conocidísima columna de Alejandro en la Plaza del Almirantazgo junto al Museo del Ermitage.
También en Moscú la sociedad hablaba con admiración de la Sala de ejercicios, conocida como El Picadero, y de la feria de Nizny Novgorod, proyectos redactados por Agustín de Betancourt en 1817. Poco después el zar le asignó la exclusiva responsabilidad de desarrollar la feria comercial de Macarief, levantada en la confluencia de los ríos Volga y Oca, con edificios para contener tres mil tiendas espaciosas, posiblemente la obra más importante de Betancourt.
A su regreso a San Petersburgo, Betancourt proyectó nuevas barcas para el puente de San Isaac sobre el Gran Neva. En 1819 Betancourt fue designado Director General del Departamento de Vías de Comunicación además de mantener el cargo de Inspector del Instituto homónimo. Se le nombró asimismo miembro de la Sociedad Imperial de Mineralogía de Rusia.
A lo largo de 1820 Betancourt realizó grandes viajes por el corazón de Rusia para conocer el estado de las vías de comunicación del Imperio ruso que dio a conocer al Zar antes de finalizar el año. Pese a lo crítico de la situación se experimentó un notable impulso a la construcción y reparaciones de obras como canales, esclusas, vías de navegación interior, entre otras infraestructuras. Dos nuevos españoles se incorporaron en 1821 al Cuerpo de Ingenieros de Vías de Comunicación: su sobrino Agustín de Monteverde y Betancourt, que se encargó inicialmente de la construcción del camino entre San Petersburgo y Moscú, para luego pasar a Odesa (fundada por otro español, José de Ribas, en 1784) donde se encargó del abastecimiento del agua a la ciudad, y Miguel Espejo que se dedicó a la construcción de puentes y caminos. Antes de finalizar el año se reconstruyen acueductos y se finalizó el abastecimiento de aguas a distintas poblaciones rusas a orillas del Volga.
En 1822 Betancourt pierde su influencia en la Corte por irregularidades de algunos de sus subordinados. Fue apartado de la dirección del Instituto de Vías de Comunicación y obligado a abandonar su domicilio en la sede del Instituto. Mantuvo la dirección del Comité de Construcciones de San Petersburgo, la Catedral de San Isaac y la Feria de Nizhni Novgorod.
Cuando Nicolás I subió al trono, se puso un mayor énfasis en la construcción de líneas de telegrafía óptica. En 1824 se inauguró la primera línea de telégrafo óptico en Rusia, que unía San Petersburgo con el lago Ladoga, la línea se construyó según proyecto y bajo la dirección del general de división Piotr Kozen. Aunque se desconocen los detalles técnicos del telégrafo de Kozen, es muy probable que el responsable compartiera impresiones con Betancourt en sus primeras fases de desarrollo. Su puesta en servicio, coincidió con el fallecimiento de Betancourt (Shilov et alt., 2012).
Betancourt pidió audiencia al zar Alejandro I, que se la concedió el día 27 de enero de 1824, y le expuso su deseo de jubilarse. La dimisión de todos sus cargos le fue aceptada el 4 de febrero siguiente, pero mantuvo su obsesión por acabar las obras de Nizhni Novgorod.
Su hijo Alfonso ingresó en 1823 como alumno en el Primer Regimiento de Caballería de la Guardia Imperial Rusa. Las fuerzas físicas y anímicas le fueron abandonando y, con su preocupación puesta en su mujer e hijos, escribió una patética carta al Zar pidiéndole protección para ellos. Alejandro I le contestó: “Es muy doloroso para mí conocer vuestros sufrimientos e inquietante estado y hago sinceros votos porque hayáis experimentado algún alivio. Los servicios eminentes que habéis rendido al Estado os deben tranquilizar sobre la suerte de vuestra familia, pues me considero en el deber de testimoniarle lo mucho que los aprecio. Contad con la seguridad de mi estimación”. Pocos días más tarde, el 14 de julio de 1824, Agustín de Betancourt y Molina falleció en San Petersburgo, a la edad de 66 años. Está enterrado en el cementerio-museo de Lazarevkoye, donde reposan los restos de célebres ciudadanos rusos.
Agustín de Betancourt estuvo casado con Ana Jourdain, de nacionalidad inglesa, con la que tuvo cuatro hijos. Fue Caballero de la Orden de Santiago y de la de San Alejandro, y miembro de la Academia Real de Ciencias de París.
Más información
- Artículo "Agustín de Betancourt, el olvidado padre de la ingeniería" en el blog cultural de Javier Peláez "la aldea irreductible"
- Biografía en Wikipedia
- Biografía en la web de las biografías (mcnbiografias.com)
- Biografía en la web del Gobierno de Canarias (cienciacanaria.es)
- Gouzévitch, Irina. 2016. “Betancourt et Le Télégraphe Électrique: L'anatomie D'un Apocryphe.” Article. Quaderns D'història de L'enginyeria XV: 395–420
- Shilov V., Kitov V. y Nazarov Y., "Optical telegraphy in Russia: 1794–1854," 2012 Third IEEE HISTory of ELectro-technology CONference (HISTELCON), Pavia, Italy, 2012, pp. 1-9
- Villar Ribera, R. A., “Estudio del telégrafo de Agustín de Betancourt”, tesis 2012