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SendasBiografía
Ambrosio Garcés de Marcilla y Cerdán nació en Valencia el 30 de mayo de 1816. Hijo del mariscal de campo Antonio Garcés de Marcilla y Llorens, Barón de Andilla y de Josefa Cerdán y Encalada. Fue el segundo de al menos cinco hermanos. El apellido Garcés de Marcilla proviene de un antiguo linaje de origen navarro. El hermano mayor heredó el título y, seguramente, los otros hermanos varones fueron orientados a la milicia.
En 1833, con solo dieciséis años, Ambrosio Garcés de Marcilla solicitó ser admitido en las pruebas de ingreso en el Real Cuerpo de Ingenieros, haciéndolo al año siguiente en la Academia de Ingenieros de Guadalajara. Como consecuencia de la guerra carlista, la Academia se había trasladado provisionalmente a Madrid, de donde en 1837 Garcés de Marcilla salió como teniente con el número 4 de una promoción formada por 15 alumnos.
Al salir de la Academia de Ingenieros, en plena primera guerra carlista, su destino fue el Regimiento de Zapadores Minadores. Realizó obras de fortificación en el entorno de los ejes de comunicaciones Norte-Sur y pronto conoció los rigores de la campaña. Las intervenciones con su unidad le valieron la concesión de la Cruz de Distinción, por Real Cédula de 25 de abril de 1838.
Tras sucesivos destinos, en 1844 Garcés de Marcilla alcanzó el grado de comandante de Infantería y pasó a la Dirección - Subinspección de Ingenieros de Valencia, haciéndose cargo de la Comandancia de la plaza de Cartagena. Allí le sorprendió el levantamiento progresista de 1 de febrero de 1844. Garcés de Marcilla, tras negarse a unirse a los sublevados, fue detenido al ir a reunirse con el General Gobernador, aunque más tarde fue liberado. Obtuvo refugio en casa del cónsul de Francia hasta el 7 de marzo, cuando éste le permitió embarcarse en un barco de guerra francés que le trasladó hasta Alicante, donde la rebelión acababa de ser sofocada. Por diversas actuaciones en el periodo 1844 a 1846, se le concedió la Cruz de San Fernando de 1ª clase y alcanzó el grado de capitán del Cuerpo de Ingenieros.
En los años 1846 y 1847, formó parte de la “Comisión de indagaciones militares”, dirigida por el Ingeniero General D. Antonio Remón y Zarco del Valle, quien envió a varios profesores de la Academia, así como a otros oficiales de Ingenieros, a recorrer Europa con el fin de conocer cuántos adelantos de las Ciencias pudiesen ser de interés para el Cuerpo. La Comisión atravesó Francia, Bélgica, los Estados de la Confederación Germánica y Prusia, haciendo parada en cada una de las plazas de guerra que encontraban a su paso, y desde Berlín pasó a Dinamarca, Suecia, Rusia, Turquía, Grecia, Italia, Austria, Hungría, Baviera y Württemberg, regresando a Berlín y de París a la Península.
A su vuelta a Madrid, a Garcés de Marcilla, que ascendió a teniente coronel, se le encargó redactar los correspondientes informes: uno sobre el ejército ruso y los establecimientos militares de aquel Imperio y otro sobre el ejército sueco. Además, en el tiempo que pasó en Madrid estudió alemán en una escuela, apoyándose en las nociones que había adquirido en su viaje. También se encargó de traducir el libro de estrategia “Teoría de la gran guerra aplicada a las campañas de los rusos en Polonia en 1831”.
En 1850, Garcés de Marcilla fue destinado a la Dirección Subinspección de Ingenieros de Cataluña, donde participó en la comisión encargada del plano general de Barcelona y del proyecto de ensanche de la plaza. Estuvo ocupado también en auxiliar a la Comisión de Telégrafos Militares Ópticos de Cataluña. En 1851 viajó a Inglaterra para conocer los adelantos de la “Exposición General de Industria” de Londres. En ese mismo año, también se le encargó la elaboración del proyecto de un cuartel en Granollers.
En 1851, la prensa de Barcelona, que hasta entonces se había limitado a informar sobre los progresos de la telegrafía eléctrica en el extranjero, comenzó a plantear la necesidad de que ésta llegara a España. El diputado Benavides propuso iniciar el despliegue de la telegrafía eléctrica con los fondos asignados para torres ópticas. El atractivo que las telecomunicaciones despertaban en los militares españoles, atentos a las nuevas tecnologías, hizo que Garcés de Marcilla, que conoció el funcionamiento de la telegrafía eléctrica en su viaje por Europa, publicase en Barcelona su “Tratado de telegrafía Eléctrica” (1851), que está considerado como el primer estudio de este tema en España. Este libro, después de algunas consideraciones generales sobre la telegrafía, en las que se hace ver la superioridad del telégrafo eléctrico sobre los telégrafos ópticos, divide la obra en tres partes: histórica, teórica y descriptiva, terminando con un cálculo aproximado del coste del establecimiento en España de una línea telegráfica eléctrica.
En el libro, Garcés de Marcilla dedicó su atención también a las líneas subterráneas, y en el presupuesto de dicha línea telegráfica consideró las opciones de colgar los hilos de postes o enterrarlos. Posiblemente sus conocimientos de alemán le permitirían leer literatura técnica en esta lengua y conocer que en los países germánicos enterrar los hilos era la solución adoptada mayoritariamente. También incluyó una descripción de los telégrafos de Juan Agell y Torrents, socio de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona y el texto íntegro, hasta entonces inédito, de la “Adición sobre la aplicación del galvanismo a la telegrafía”, memoria leída en la Academia por Francisco Salvá y Campillo el 14 de mayo de 1800. El “Tratado de telegrafía Eléctrica” se recomendó a los ingenieros militares y se incorporó a los archivos y bibliotecas del Cuerpo y a Garcés de Marcilla se le concedió la Cruz sencilla de Carlos III.
Más información
- Real Academia de la Historia, Ambrosio Garcés de Marcilla
- El ingeniero militar Ambrosio Garcés de Marcilla (1816-1859) y su contribución a la introducción del telégrafo eléctrico en España, Foro Histórico de las Telecomunicaciones
- De las señales de humo a la Sociedad del Conocimiento. 150 años de telecomunicaciones en España
- Tratado de telegrafía eléctrica. Por el Teniente Coronel D. Ambrosio Garcés de Marcilla
- Las primeras aplicaciones de la electricidad en Barcelona en torno a 1850