Salvador Sánchez–Terán Hernández nació en Logroño (La Rioja) el 19 de abril de 1934. La familia procedía de Ciudad Rodrigo (Salamanca) y su padre era Magistrado y Presidente de la Audiencia Provincial de Logroño. Salvador cursó los estudios primarios y el bachillerato en el Colegio San José HH. Maristas.

 

En 1950, Salvador Sánchez–Terán se trasladó a Madrid con la finalidad de cursar los estudios de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. En 1952, superó las pruebas de ingreso en esta Escuela. Y, en 1958, obtuvo el título de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.

 

Durante su estancia en el Colegio Mayor Universitario San Pablo, convivió con otros compañeros, como Alfonso Osorio o Marcelino Oreja que, más tarde, desempeñarían una labor de primera fila en la Transición política española. Puso toda su inteligencia y capacidad de acción al servicio de los ideales que dieron vida a la gran obra de la Transición, que asumió en plenitud: la España de la concordia, superadora de las «dos Españas» enfrentadas, su integración en las democracias liberales de Europa y su modernización en el marco de una economía social de mercado.

 

En 1959 fue elegido Presidente de la Juventud Nacional de Acción Católica y, en 1960 Vicepresidente de la Federación Internacional de las Juventudes Católicas.

 

Fue en 1959, cuando Sánchez–Terán inició su actividad profesional en la empresa privada, aunque pocos meses después fue contratado por el Ministerio de la Vivienda y de allí pasó al de Obras Públicas, convirtiéndose en breve en jefe del Servicio de Planificación de obras de la Dirección General de Carreteras.

 

Entre 1970 y 1973, fue director general de RENFE. En 1973, fue nombrado Subsecretario de Obras Públicas.

 

Entre 1977 y 1978, ocupó la Secretaría de Organización de la UCD.

 

En 1976, el primer gobierno de la Monarquía lo nombró Gobernador Civil en Barcelona. Un año más tarde, fue nombrado asesor del presidente Adolfo Suárez como delegado del Gobierno en las negociaciones con Josep Tarradellas para el restablecimiento de la Generalidad de Cataluña. En las primeras elecciones generales del año 1977, Salvador Sánchez-Terán fue elegido diputado por UCD en el Congreso por la provincia de Salamanca. En 1979, fue reelegido diputado.

 

Entre febrero de 1978 y mayo de 1980, fue Ministro de Transportes y Comunicaciones.

 

En mayo de 1980, fue nombrado Ministro de Trabajo, cargo en el que sólo se mantuvo cuatro meses.

 

El 21 de noviembre de 1980, Salvador Sánchez–Terán fue nombrado Presidente de la CTNE (Compañía Telefónica Nacional de España), en la que su compañero de clase en la Escuela de Caminos, Diego Martínez-Boudes, era Director General.

 

La CTNE era entonces una empresa con participación del Estado, concesionaria en régimen de monopolio del servicio telefónico, cotizaba en Bolsa y seguía un modelo de gestión de estilo privado. Gestionaba las redes con 12 millones de teléfonos fijos (30% de penetración), 500 teléfonos móviles, un 98% del servicio automatizado, más de 500.000 peticiones pendientes, con un año de espera media y 64.000 empleados.

 

El contexto económico entonces era, tal como lo definió Sánchez–Terán, “de inflación elevada, dinero caro, altas tasas de desempleo y bajos niveles de consumo”. Ante esta situación, estableció en CTNE una planificación estratégica rigurosa, implicando a todos los niveles de la compañía, basada en tres fases temporales relacionadas entre sí, a partir de un Plan a largo plazo, en el que se contemplaban las grandes opciones y oportunidades tecnológicas. Las doce directrices expuestas por Salvador Sánchez-Terán en la Junta de Accionistas del año 1981 pretendían definir su proyecto empresarial.

 

Instauró una política restrictiva de los gastos de explotación, impulsó las excelentes oportunidades tecnológicas que se presentaban e inició la digitalización total de todos los elementos de la red, incluyendo tanto a los sistemas de transmisión como a las centrales de conmutación, configurando una infraestructura digital que sería el germen de la impresionante digitalización en la actualidad.

 

Estableció un amplio portafolio de Servicios Telefónicos Suplementarios como marcación abreviada, llamada en espera, rellamada o conferencia a tres. Apoyó decididamente el desarrollo de la Red Especial de Transmisión de Datos, siendo pioneros en este tipo de soluciones, y de los servicios telemáticos: teletex, videotex, telefax y datáfono. Durante la presidencia de Salvador Sánchez-Terán se planificaron dos importantes estaciones terrenas de comunicación por satélite, Buitrago V y Guadalajara.

 

La atención a las zonas rurales se llevó a cabo mediante la nueva figura del teléfono público de servicio que, en 1981, alcanzó la cifra de 10.615 unidades.

 

El 14 de julio de 1981 se inauguró la primera central automática de conmutación digital en Madrid/Atocha y el presidente Sánchez-Terán pronunció estas palabras representativas de la innovación tecnológica de la CTNE: “La Compañía Telefónica ha asumido el doble reto de continuar en la vanguardia de la inversión en la economía española y de asumir los avances tecnológicos que supongan una mejora de la calidad de vida de los españoles. Esta es la razón por la cual se pone en servicio la nueva central electrónica de Atocha, que es la de mayor capacidad del mundo con tecnología digital en este momento, y que se inaugura casi al mismo tiempo en que ha comenzado a funcionar otra similar en Valencia. España entra así de lleno en la era de la electrónica telefónica en la cual se va a desenvolver, durante la presente década, el 30% del tráfico telefónico en el mundo”.

 

En 1982, se implantó la Mecanización Integral de la Gestión de Abonados (MIGA), que aceleraba la atención de las solicitudes de nuevos servicios telefónicos en todo el ámbito nacional.

 

Un gran impacto en las actividades comerciales en España tuvo lugar al conectar el datáfono a la Red Especial de Transmisión de Datos (RETD), que permitió utilizar las tarjetas de crédito en las compras.

 

Las primeras actuaciones de la política de apertura de la CTNE al exterior arrancan con la directriz duodécima del proyecto empresarial de Sánchez-Terán que contempla el mercado sudamericano. A tal fin, se celebró en Madrid, entre el 14 y el 16 de octubre de 1981, la Cumbre de la Asamblea Hispanoamericana de Centros de Investigación y Estudio de Telecomunicaciones, con asistencia de 16 países hispanoamericanos, así como de ASETA (Asociación de Empresas de Telecomunicación del Acuerdo Andino) y CITEL (Conferencia Iberoamericana de Telecomunicaciones).

 

Asimismo, y durante su presidencia, Sánchez–Terán tuvo que gestionar situaciones singulares:

Sánchez–Terán dejó la Presidencia de CTNE en diciembre de 1982. En 2009 se incorporó como Patrono Nato a la Fundación Telefónica, donde permaneció durante 13 años. Se dedicó también a otras actividades privadas, entre ellas las presidencias de la COPE y de Tata Motors en España.

 

Tras la desaparición de UCD, Salvador Sánchez-Terán formó parte de la Fundación España Constitucional, junto a exministros de UCD, PP y PSOE. Escribió esporádicamente artículos en diversos periódicos y publicó dos libros: “De Franco a la Generalitat” (Barcelona, Planeta, 1988) y “La Transición. Síntesis y claves” (Barcelona, Planeta, 2008).

 

Sánchez–Terán fue Consejero del Instituto Nacional de Industria (INI), Vicepresidente del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y Presidente del Patronato del CEU.

 

Hasta 2012, fue Presidente del Consejo Social de la Universidad de Salamanca, y patrono de la Fundación Villalar-Castilla y León, en representación de los Consejos Sociales de las Universidad Públicas de esta Comunidad Autónoma.

 

Sánchez–Terán estaba en posesión de:

La profesionalidad y la sensibilidad social de Salvador Sánchez-Terán, que desempeñó, con notable coherencia y lealtad a lo largo de su vida, eran rasgos distintivos de su personalidad.

 

Salvador Sánchez–Terán falleció en Madrid el 31 de diciembre de 2022.