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FilmotecaBiografía
Roberto Landell de Moura nació en la ciudad de Porto Alegre, capital del Estado de Rio Grande do Sul, en Brasil, el 21 de enero de 1861. Fue hijo del capitán del ejército y destacado comerciante de carbón Inácio José Ferreira de Moura, de origen portugués y de Sara Mariana Landell, de origen escocés. Era el cuarto de catorce hermanos, bautizado en la Iglesia del Rosario, junto a su hermana Rosa, el 19 de febrero de 1861.
Su padre le instruyó en las primeras letras antes de incorporarse a la escuela del profesor Hilário Ribeiro en Porto Alegre. De 1872 a 1873 estudió Humanidades, con su hermano Ignacio, en el Colegio Jesuita de Nossa Senhora da Conceição, en São Leopoldo, entonces el colegio más distinguido del Estado.
En 1874 regresó a Porto Alegre ingresando en la escuela más importante de la capital, del profesor Fernando Ferreira Gomes, un educador de gran prestigio y donde estudió gramática francesa, alemana y portuguesa.
Algunos de sus historiadores cuentan que a los dieciséis años, Roberto Landell había montado un teléfono siguiendo un esquema del patentado por Graham Bell.
Guillerme, un hermano de Roberto, se iba a trasladar a Roma para seguir la carrera eclesiástica y éste decidió acompañarle. Ambos ingresaron en el Colegio Pio Latino Americano. Roberto asistió al mismo tiempo a la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma de los Jesuitas, donde cursó estudios de Física y Química. En este periodo concibió la idea de lo que será su teoría "Unidad de Fuerzas Físicas y Armonía del Universo", base de sus inventos.
En 1886, tras ser ordenado sacerdote, Roberto Landell volvió a Brasil, residiendo en principio en su capital, Rio de Janeiro, sustituyendo al coadjutor del capellán del Palacio Imperial, lo que propició que mantuviese largas conversaciones de carácter científico con el emperador Pedro II. En febrero de 1887, el padre Landell regresó al Estado de Rio Grande do Sul como profesor de Historia Universal en el Seminario Episcopal de Porto Alegre. Cinco años después, en 1892, fue trasladado a São Paulo, donde comenzó sus investigaciones sobre los fenómenos físicos ondulatorios y las propiedades de la luz. Su dedicación a estos experimentos causaban el asombro y en ocasiones el rechazo de sus feligreses, lo que recomendó a sus superiores que el paso del padre Landell por las distintas parroquias fuese breve.
A partir de 1893, inició una serie de pruebas de transmisiones inalámbricas desde la parte alta de la Avenida Paulista hasta el cerro de Sant’Ana, a unos ocho kilómetros de distancia en línea recta. Pero no fue hasta 1899 cuando O Jornal do Comercio publicó en su número del 14 de julio que “Landell había realizado con éxito transmisiones inalámbricas de palabra hablada a distancias superiores a 7 kilómetros, utilizando el éter, las corrientes telúricas y el aire electrificado y empleando un enfoque que era completamente diferente de las de las invenciones europeas”.
Landell transmitió la voz humana mediante dos métodos diferentes. En el primero, un transmisor de ondas, dotado de un micrófono electromecánico de su invención, que recogía las ondas sonoras en una caja de resonancia en la que un diafragma metálico abría y cerraba el circuito primario de una bobina de Ruhmkorff e inducía en el secundario de esa bobina una alta tensión que era radiada a través de una antena o por medio de dos esferas luminosas. El segundo método era con un aparato telefónico inalámbrico que utilizaba la luz como onda portadora de la señal de audio. En este aparato, las variaciones de las presiones acústicas de la voz del locutor se transformaban en variaciones de intensidad de luz, que eran captadas por un espejo parabólico, en cuyo foco estaba instalado un dispositivo, cuya resistencia óhmica variaba siguiendo las variaciones de la intensidad de la luz recibida. El circuito de recepción estaba integrado por un dispositivo fotosensible, un interruptor, un par de auriculares y una batería.
La incomprensión de tan notable experimento, transmitiendo la voz de un punto a otro por el aire, añadida al papel de exorcista que ejercía en alguna de sus parroquias, provocó que en un tumulto el pueblo llano destruyese sus aparatos, creyéndole emisario del diablo. Asimismo entre las autoridades se ganó la fama de excéntrico que le acompañaría durante toda su vida.
A principios de 1900, Roberto Landell presentó en Brasil la solicitud de patente nº 2274 de su sistema de comunicación, como un “aparato destinado a la transmisión fonética a distancia, con o sin hilo, a través del espacio, de la tierra y de un medio acuoso", que le fue concedida el 9 de marzo de 1901 con el nº 3279. Landell también afirmaba que los "rayos actínicos" (luz ultravioleta y casi ultravioleta) aumentarían la eficiencia de transmisión.
Su primer registro indiscutible, documentado públicamente, fue el 3 de junio de 1900, probando con éxito dispositivos que transmitían señales y sonidos telegráficos de forma inalámbrica desde la parte alta de la Avenida Paulista, donde actualmente se hallan instaladas las antenas de difusión de TV, hasta el cerro del barrio de Sant’Ana. Presenciaron la demostración las autoridades, el vicecónsul británico en São Paulo, P. C. P. Lupton, al considerar a Roberto Landell un ciudadano de ascendencia escocesa, otras personas de la alta sociedad y representantes de la prensa, entre ellos el Dr. Rodrigues Botet, quien al dar noticia de estos ensayos, dijo que “ese fue el momento de la consagración del padre Landell como autor de maravillosos descubrimientos”.
En 1901, Roberto Landell viajó a Estados Unidos, estableciéndose en Nueva York, con el objeto de dar a conocer y patentar sus inventos. Llegó a endeudarse en 4000 dólares, que le prestó su amigo Daniel Tamagno, y que pudo devolverle cuando regresó años después a Brasil.
La primera patente, solicitada a la U.S. Patent Office el 4 de octubre de 1901 y concedida el 11 de octubre de 1904, con el nº 771.917, era para “un sistema de radiotelefonía fotofónica, en el que la luz era la portadora de las señales de audio, utilizando dispositivos parabólicos y una célula de selenio en el circuito receptor”. El 22 de noviembre del mismo año le fue otorgada la patente nº 775.337 para un teléfono inalámbrico y en el 22 de noviembre también de 1904, quedó registrada con el nº 775.846 la patente de un telégrafo inalámbrico.
Roberto Landell dio a otros de sus inventos nombres extraños, como "Telauxiofono", "Caleofono", "Anematofono", "Teletiton" y "Edifono", de los que, en 1907, The Brazil of Today proporcionó sus descripciones en inglés.
A principios de 1905, Landell regresó a su país y el Presidente de la República, Rodrigues Alves, conocedor de las patentes conseguidas en los EE.UU., se interesó en que se hiciese una demostración con sus equipos entre dos buques de la Armada brasileña. El funcionario encargado preguntó a Roberto Landell a cuántas millas entre sí deberían encontrarse los navíos. Y la respuesta de Landell fue: “Las que quieran o puedan, pues mis aparatos permiten establecer comunicación con casi todos los puntos de la Tierra, por muy alejados que se encuentren unos de los otros. Y eso actualmente, porque en el futuro servirán hasta para comunicaciones interplanetarias”. El funcionario regresó a Palacio diciendo: “Presidente, el hombre está totalmente loco, dice que sus aparatos servirán para comunicaciones con otros mundos”. Y la petición fue anulada.
Era intención de Landell volver a los EE.UU. para continuar el perfeccionamiento de sus aparatos, pero le fue negado el visado de salida.
Desencantado y desanimado, Landell abandonó todo interés por la experimentación y dejó sus libros, cuadernos y documentos. Volvió a su ciudad natal y consolidó su carrera en la Iglesia, siendo sucesivamente nombrado vicario general de la Archidiócesis de Porto Alegre, canónigo y penitenciario del Cabido Metropolitano, Monseñor y Archidiácono, responsable de la parroquia de Menino Deus y finalmente de la parroquia de Rosario, en cuya iglesia hoy están depositados sus restos.
Roberto Landell de Moura falleció en el Hospital de la Beneficiencia Portuguesa en Porto Alegre el 30 de junio de 1928, víctima de tuberculosis, agravada por el tabaquismo. Las exequias tuvieron lugar en la Catedral con gran solemnidad, concelebradas por el arzobispo y otros clérigos, acompañados por todo el Cabildo y con gran asistencia popular, en un día de lluvia torrencial. Sus restos se inhumaron en la Gruta de Nossa Senhora de Lourdes del Cementerio de São Miguel y Almas.
En el número del 16 de julio de 1933, el Jornal da Manhã de Porto Alegre, el periodista Jayme Leal Velloso escribió que Landell se había anticipado a Marconi en las radiocomunicaciones, pues oficialmente consta que, en 1895, el italiano transmitió señales telegráficas en código Morse, entre dos puntos separados un centenar de metros, utilizando el oscilador de Hertz, la antena de Popov y el cohesor de Branly. Y fue en 1893, cuando Roberto Landell realizó la primera transmisión inalámbrica entre dos puntos separados ocho kilómetros con equipos por él diseñados. Por ello, Brasil considera al padre Landell el primero en lograr la transmisión de señales sonoras y telegráficas de forma inalámbrica a través de ondas electromagnéticas. En 1984, la Fundação de Ciência e Tecnologia de Porto Alegre reconstruyó el Transmisor de Ondas que Roberto Landell había patentado
El 13 de julio de 2002, en una gran procesión popular, con presencia de autoridades civiles y militares, los restos de Roberto Landell de Moura fueron trasladados hasta la Iglesia del Rosario, donde reposan en un altar lateral, donde se instaló una placa conmemorativa.
Roberto Landell ha recibido muchos reconocimientos póstumos en su país. Es ciudadano honorario de la ciudad de São Paulo, patrón de la Ciencia, Tecnología e Innovación en el municipio de Porto Alegre, patrono de los radioaficionados brasileños, y en 2012, por decreto presidencial, su nombre fue inscrito en el Libro de los Héroes de la Patria. En Campinas, la compañía operadora Telebrás eligió al padre Landell como patrón de su avanzado Centro de Investigaciones, conocido como CPQD (Centro de Investigación y Desarrollo en Telecomunicaciones). Roberto Landell da nombre a las Ondas landellianas, producidas por movimientos vibratorios eléctricos que desempeñan un papel similar al de un conductor metálico en la telegrafía y la telefonía inalámbrica.
Más información
- Biografía en "A Minha Rádio"
- Artículo biográfico "Padre Roberto Landell de Moura - Inventor do Rádio", en AerBras
- Tributo al cura-cientista Roberto Landell de Moura el Pionero de las Telecomunicaciones, en Geocities
- Extracto biográfico en "Historia de las Telecomunicaciones" (histel.com)
- Biografía en "Portal São Francisco"
- Artículo biográfico "Nació hace 150 años, el brasileño que inventó la radio" en el blog Radioaficionados de Lobos
- Biografía en "Universidade Federal de Itajubá"